lunes, 31 de diciembre de 2018

La gratitud brota del alma.

Desde pequeños nos enseñaron la importancia de dar las gracias. Es de buena educación, y una manera muy simple de hacer que el otro se sienta bien. Tanto es así que, esa gratitud entre amigos, nos ayudará a “revitalizar” nuestras relaciones. Se ha llegado a la conclusión que las expresiones de gratitud fortalecen las relaciones. Aún recuerdo el libro que de pequeño estudiaba de Ética y Moral, “Valentín, el niño bien educado”, el cual decía en su prólogo: “Buen porte y finos modales, abren puertas principales”; hoy desgraciadamente eso ya no se estudia.
            Además, una reciente investigación sugiere que estos sentimientos se pueden adaptar en última instancia, creando vínculos con la gente que se preocupan por el bienestar de los demás. La gratitud provoca una cascada de respuestas dentro de las personas, al mismo tiempo, cambia la visión de todo el que se beneficia de estos sentimientos, por lo que crea un afecto multiplicador.
            La gratitud no significa "devolver el favor": si alguien me sirve una taza de café no significa que después debo servir a la misma persona una taza y quedar igual... El agradecimiento no es pagar una deuda, es reconocer la generosidad ajena.
            La persona agradecida busca tener otras atenciones con las personas, no pensando en "pagar" por el beneficio recibido, sino en devolver la muestra de afecto o el cuidado que tuvo en un momento determinado. ¿Has notado como los niños agradecen los obsequios de sus padres?       Los pequeños muestran su gratitud con una sonrisa, un abrazo o un beso. ¿De qué otra manera se puede agradecer y corresponder a esa edad? Y con eso, a los padres les basta. Ser agradecido es más que saber pronunciar unas palabras de forma mecánica; la gratitud es aquella actitud que nace del corazón, dirigida a aquellos que hicieron un bien por nosotros.
A veces pienso que escribir sobre las cosas o personas de las cuales me siento agradecido me llena de felicidad. Puesto que dar las gracias a otros seres o a la Divina Providencia, me incita aprecio, serenidad, paz, felicidad, etc.
Desgraciadamente existen personas que se incomodan cuando reciben el reconocimiento o la gratitud de los demás; ya sea por modestia, pudor, falta de humildad o porque no creen en sus propios valores personales, no sabiendo cómo integrar el agradecimiento de los demás hacia ellos. La gratitud es sencillamente dar las gracias de forma asociada al reconocimiento, a la lealtad, al cariño, a la amistad e íntimamente vinculado a la solidaridad, a la satisfacción y a la felicidad. Las personas conscientes de apreciar haber logrado lo que querían y practican el agradecimiento de forma cotidiana son más felices y optimistas, llegando a poseer una autoestima muy elevada.

Meditación: El que da, no debe volver a acordarse; pero el que recibe nunca debe olvidar.


miércoles, 26 de diciembre de 2018

Ser dueño de uno mismo.

Siempre andamos con los consabidos problemas de: “qué pensarán si hago esto” “cuál es la mejor forma de actuar” o “fulanito siempre les salen bien todo”. En fin, eso es lo que diariamente andamos titubeando, y al final nunca estamos conformes con lo que hacemos. Y sólo por la fea costumbre de compararnos con lo que hacen los demás.
Pensar que en determinado momento no obramos bien, es cosa muy natural, pero, mantener la misma actitud durante años, ¿crees que haces bien? Por eso no te fijes en los demás y, obra por lo que tu conciencia te diga. A veces por mucho que intentes creer que hiciste bien, está ese dicho tan popular que nos dice ¡Siempre tu conciencia, te dictará tu deber! Nadie más que tú “hace” que te sientas enfadado, triste, indeciso, feliz, etc. Piensas siempre que en cualquier momento estás en el proceso de decidir por ti mismo y actuar de esa forma que quizás hace tiempo lo vengas pensando. Y te digo ¿por qué no adueñarte del poder de tus propias decisiones? Y no pensar más, en ¡qué dirán de ti! Es de suma importancia hablar claro, decir lo que nos parece mal, pero siempre del modo más apropiado y respetando el hecho de que existen circunstancias que no son opinables. Cuando hagas algo, o quizás hace mucho tiempo que hiciste algo, solo por ética y moral, deberías pensar que los demás son libres de sentirse “dañados”, y pueden opinar acerca de tu actitud, siendo posible a que nunca se pronuncien. Para ti, sin embargo, solo estás siendo auténtico, actuando con la libertad propia de ti mismo.
Si te sientes malinterpretado, puedes elegir aclarar el malentendido a través de la comunicación. No es necesario que cambies tu forma de “ser” por la forma en que los demás se sientan. Si eliges cambiar, debe ser porque tiene sentido para ti hacer las cosas de distinta forma. Todo es cuestión de acicalar el habla con total razonamiento. Piensas que de esa forma embellecerás tus pensamientos y tu propia forma de ser.
Si quieres ser dueño de tu libertad, es posible que estés deseando reconocer la felicidad de los demás también. Es entonces cuando comprenderás que los demás no estén tristes, si no que ellos puedan también decidir su forma personal de pensar. Presta siempre atención a las palabras que utilizas o utilizaste, porque ellas forman la base de tu forma de sentimientos. Escucha tus palabras, tu actitud, tu forma de actuar, y observas que si ellas reflejan o reflejaron tú forma de ser o simplemente si fuiste dueño de ti mismo.
Aunque muchas veces pensamos, ¿Por qué las amistades fallan? ¿Por qué nos traicionan y no están a nuestro lado en los momentos críticos? La amistad es el más noble sentimiento que se caracteriza por su lealtad hacia los demás. Deberíamos ver siempre en los amigos lo mejor que tienen, y comprender los defectos con una identificación moral y afectiva. Pero si hemos de romper con quien ha sido nuestro mejor amigo, la forma de hacerlo es con un acto de sinceridad, a fin de mantener siempre las formas de compartirlas. Es de vital importancia, las despedidas, tanto como el inicio de cualquier tipo de amistad.
Ser dueño de uno mismo es una tarea difícil de lograr que requiere tiempo y esfuerzo. Quien lo logra, quien consigue vencerse a sí mismo, consigue un gran triunfo personal. Para ellos es fundamental saber cómo somos, conocer lo que deseamos, aquello que nos gusta y lo que rechazamos, cuáles son nuestros defectos, y nuestras virtudes, para de esta forma, poder ir actuando sobre aquello que deseamos mejorar o cambiar en nosotros.

Meditación: Nunca es demasiado tarde para ser lo que podrías haber sido

viernes, 21 de diciembre de 2018

La fantasía es libre.


        Existe una máxima que ha sobrevivido a través de los siglos, creo que es del filósofo griego Sócrates; la cual dice: “Conócete a ti mismo” Esta máxima que ha perdurado a través de los tiempos y al mismo tiempo ha impregnado gran parte de nuestro pensamiento a lo largo de la historia, tiene como finalidad orientar al ser humano hacia la exploración de la realidad con la que se pueda encontrar en su interior.
               La fantasía es la facultad humana que nos permite reproducir, por medio de imágenes mentales, cosas pasadas o representar sucesos que no pertenecen al ámbito de la realidad, aunque puede ser también entendida como el grado superior de la imaginación o del pensamiento en grado de ingenio.
            La fantasía tiene algo especial, que es imposible tocar con nuestras manos, pero que te atrapa de tal manera que acabas por sucumbir a sus encantos; una vez que la pruebas no puedes dejar de soñar.
               Y porque no hablar de las “fantasías sexuales”. Aquellas que todos ponemos en prácticas, cuando deseamos lo que posiblemente no se nos hace realidad.
            Todo comienza en nuestra imaginación, hacemos una imagen de nuestra pareja ideal, haciendo junto lo que nosotros desearíamos que hiciera en un ambiente perfecto.
            Estos pensamientos no son particulares de hombres o mujeres, cualquiera los puede tener. Existen muchas fantasías que son compartidas por mucha gente como: tener un encuentro con un desconocido que hayas conocido a través de algunas “redes sociales” En realidad son muchos los tipos de fantasía, las hay raras, comunes o particulares, en realidad, sean como sean, tratamos de realizarlas, llegando a pensar que “aquello” se está llevando a la práctica, pero como su nombre lo indica, no dejan de ser fantasías, aunque en algunos casos, pueden llegar a ser realidad.
            En verdad lo que visualizamos a través de nuestra imaginación, no es otra cosa que esa fantasía transformada en imágenes simbólicas, solo con el deseo de que pudieran llevarse a la realidad.
            Este tipo de fantasía, siempre guardan una magia muy especial en nuestra mente, ya que muchas veces al ser realizadas pueden perder ese toque singular que nos provoca esas sensaciones, y es que no es lo mismo visualizar algo que nos satisface en todos los sentidos, que compartir esa experiencia con aquella persona que posiblemente también lo desea.
            Cuanto más claridad y profundidad tengamos acerca de nosotros mismos de quienes somos y cómo funcionamos, más capacidad de atención personal podremos ofrecer a través de esa fantasía. Pero siempre debemos de considerar nuestro autodominio y nuestro equilibrio, hasta saber dónde están los límites de nuestra vida real, para poder controlar dichas fantasías.

Meditación: Necesitamos de la fantasía, puesto que la realidad es muy difícil.


lunes, 17 de diciembre de 2018

Saber vivir.


      Para conocerse a uno mismo no es necesario abandonar el mundo e irnos a la cima de la montaña, sino adentrarnos en nuestro interior, con atención y con todas las situaciones que la vida nos propone. Es decir, convertir la vida en una experiencia y no en un mero pensamiento.
            Las experiencias son situaciones concretas de la vida. Y no hay que confundir una experiencia con un experimento. Un experimento es un ejercicio en el cual, tratamos de reproducir una situación de la vida. La vida nos propone muchas experiencias a diario. Cuando las evitamos, cuando las tenemos y nos vamos por los atajos o nos refugiamos fuera del mundo, nos limitamos a los experimentos.
            También deberíamos acrecentar nuestra imaginación, ya que ella es el arma con la que podemos crear. Si antes decimos “saber vivir” ahora deberíamos decir “saber construir” La vida nos propone muchas experiencias a diario. 
            La imaginación no es perdernos en los recovecos de fantásticas imágenes que nos arrebatan y que nos ayudan a escondernos, para no a afrontar la vida, sino que es el espejo, es la capacidad de captar imágenes superiores, es decir; es la fuerza de hacer que esas imágenes superiores se conviertan en realidad para nuestro mundo.
            Se suele decir que las personas con mucha experiencia; -ya sea en amores, en amistades, en trabajos, en aventuras, en estudios, en lo que fuere-. Verás. Ser experimentado no es ser sabio. Quien vive mucho tiempo pasa tal vez por más experiencias, pero no necesariamente alcanza una mayor sabiduría. Una es consecuencia de la vida, mientras que la sabiduría depende de lo que haga con tus experiencias.
            El conocimiento nos sirve para ganarnos la vida; la sabiduría nos ayuda a vivir. A eso le llamamos “saber vivir”, memorizar, no repetir los mismos errores, quitar del refranero aquello de que el hombre es el único animal que tropieza no dos veces, sino mil con la misma piedra. Deberíamos tropezar una vez, y si hay memoria, no olvidar a hacerlo nunca más Esto es acrecentar nuestra memoria, aquí y ahora.
            Pero lo que descubrimos es que no son los demás quienes nos darán aquello que buscamos para sentir que nuestra vida alcance un sentido. La sabiduría es una herramienta existencial que no se trae incorporada desde el nacimiento, ni se adhiere a través de las experiencias, ni de los pensamientos de otros. Lo más importante es la propia vida, las propias elecciones y las tomas de decisiones.
            La sabiduría no está reservada a unos pocos elegidos. Es una posibilidad humana. No se destaca por grandes palabras o por pensamientos deslumbrantes, sino por sencillas acciones mediante las cuales vamos acompasando nuestra vida.

Meditación: La vida es como un beso, debes compartirla para disfrutar de ella.


miércoles, 12 de diciembre de 2018

¿La pasión vuelve?


Todos sabemos o deberíamos saber que, al cabo de cierto tiempo, el amor se instala en la pareja y a veces se aleja ese sentimiento arrebatador del principio de la relación. Pero eso no significa que se acabe definitivamente, las emociones profundas y los sentimientos continúan a flor de piel.
            Por eso, aquellos que han franqueado ya algunos años de vida en común, saben que el peso de las obligaciones y las rutinas juegan en contra de la pasión y que, con el tiempo, ésta se diluye. Pero es conveniente saber también que, si se cuida esta relación, puede continuar creciendo para volverse cada vez más rica en matices y volverse a llenar de plenitud. Quizás no podamos recuperar el enamoramiento idealizado del principio, pero es posible que podamos avivar la llama del amor regándolo y abonándolo de nuevo. A veces nos preguntamos ¿cuándo será cuándo? y así nos pregunta la mente; pero nuestro corazón responde “pronto” ¡Será un día inesperado! Y nos aferramos a la fe, mientras la razón nos tortura, y el pensamiento nos dice pronto. La vida nos pone condiciones y problemas que nunca llegamos a comprender, pero nunca perdemos la esperanza de que ese “cuando” o ese “pronto” algún día llegará.
            Al principio de la relación tratamos de conquistar al otro mostrando lo mejor de uno mismo, con detalles hacia la pareja, tratando siempre de agradar.
            Pero con el paso del tiempo, querer seguir seduciendo al otro, sorprendiéndolo y dando emoción a la relación, es la mejor forma de que, a pesar de los inevitables altibajos, la relación siga estando cargada de inquietud.
            Es fundamental expresar a la pareja ese amor pasado haciendo valorar la relación, No se trata sólo de apreciar lo bueno de la relación, sino de expresarlo declarando ese amor pasado, mostrando nuestros sentimientos con palabras y con hechos, recordando que a ambos nos motiva para que se valoren esos nuevos esfuerzos.
            También es digno de considerar que la relación amorosa se alimenta de confianza, complicidad y amistad. No hay duda de que la comunicación es uno de los elementos claves de la pareja, porque por mucho que a veces parezca que estamos empeñados en creer lo contrario, el otro no puede siempre adivinarlo.
            Al mismo tiempo, se ha de hacer un esfuerzo con el fin de intentar comprender a la persona que está a nuestro lado para volver a establecer esa complicidad que es uno de los grandes alicientes de cualquier relación y la ayuda para avivar la llama de la pasión. Por tanto, valorar lo que tenemos es el primer requisito para cuidarla.

Meditación: La persona que mereces, es aquella que teniendo la libertad de hacer lo que quiera, te elige a ti en todo momento.

viernes, 7 de diciembre de 2018

Tomar decisiones.


          Está claro de tomar decisiones no es nada fácil. Pero ¿por qué nos cuesta tanto tomarlas? ¿Verdad que nos resulta más sencillo afrontar las dificultades, aunque no entendamos por qué se producen? La toma de cualquier decisión no es nada más que un cálculo de probabilidades en un proceso que va más allá de la mera evaluación ante diversas alternativas.
            Para tomar una acertada decisión, es necesario estar relativamente informado de las características y de las posibles consecuencias de cada una de las alternativas, que podamos tomar, pudiendo considerarse éstas como un paso previo a la elección de una alternativa concreta, ya que, para realizarse, debemos tener en cuenta también otros factores, como los distintos procesos que nos pueden perjudicar al realizarlas.
            Es muy de tener en cuenta que el simple hecho de vivir, ya es decidirse, puesto que ya estamos implicados en la vida desde nuestros orígenes. Ya he hablado en  párrafos anteriores de la información al tomar decisiones y, si lo pensamos, el acceso a cualquier tipo de información ya es un privilegio y algo a la que la mayoría no estamos dispuestos a renunciar, pero; ¡cuánto nos dificulta la toma de decisiones! Todo porque el proceso se hace relativamente largo y en ocasiones interminable.
            En todos los tiempos el ser humano ha tenido que hacer uso de elecciones sobre diferentes aspectos de su vida cotidiana. En el día a día esta toma de decisiones es una tarea que debemos asumir. Siempre nos surge eso de: ¿lo hago o no lo hago?, ¿de qué manera sería mejor?, ¿pregunto antes? Si lo pensamos bien, no hacerlo puedes traernos preocupaciones importantes puesto que la toma de una u otra decisión, deja de ser problema ante el hecho de no haberlas tomados.
            También es muy frecuente estar sometido al riego del fracaso. La sociedad en que nos movemos nos enseña que, si nos equivocamos en tomar una decisión, termina siendo un fracaso. Y que no estamos acostumbrados a ver los errores como fuentes de aprendizaje, sino como el origen de algo vergonzoso. Existen momentos o determinadas situaciones en que podemos tener suerte y las cosas se “resuelven solas”, pero el tiempo, no nos suele poner fácil. En esa situación es cuando quedamos desorientados sin saber a qué atenernos. Tengamos en cuenta que tomar decisiones a corto plazo el problema parece estar resuelto, sin embargo, a largo plazo puede tener soluciones más acertadas. Aunque en la vida hay muchas cosas que se escapan a nuestro control, siempre podremos decidir algo sobre ellas. Por lo general, respetamos más a las personas que son capaces de tomar sus propias decisiones, es decir; de asumir errores y de intentar conseguir lo que se proponen.
            No olvidemos que los errores traen lecciones, y que el hecho de decidir algo para luego ver que no nos gusta es también una valiosa lección, ya que todo nos ayudará a superarnos mejor.

Meditación: Esperar duele, olvidar duele, pero el peor de los sufrimientos, es no saber qué decisión tomar.


sábado, 1 de diciembre de 2018

Siempre podemos aprender.


     Y es así, por mucho que sepamos de cualquier materia, siempre habrá alguien por insignificante que le consideremos que algo nuevo nos enseñará. Nunca deberíamos menospreciar sus cortos conocimientos, puesto que a veces nos quedaremos sorprendidos, diciendo: “jamás pensé que de esta persona pudiera ampliar mis conocimientos. Aunque en ciertas materias nos consideremos profundamente eruditos, seamos humildes, y tengamos en cuentas que todos podemos crecer en nuestro saber. En cierta ocasión dije: “es mucho más lo que no sabemos, que lo que conocemos
Cuántas veces pensamos encerrados en un sin vivir, frases como éstas: “mi vida es un desastre”, “nada me sale bien”, “estas cosas sólo me pasan a mí” Mi pregunta es la siguiente: ¿te has propuesto cambiar? Piensas que cada persona somos como “islas”, necesitamos “istmos” es decir, “puentes” para comunicarnos con los demás y así establecer esos vínculos que todos necesitamos para sobrevivir. Ante nuestro modelo social predomina, el querer realizar todos nuestros actos por medio de nuestro conocimiento, pero nunca pensamos que cerca de ti, puede haber una persona que te ayude, que te saque de atolladero en el que te encuentras. Para ello tenemos que ser humildes y emprender una selección natural de aquellos que están a tu lado y emprender un largo proceso de equilibrio y entendimiento. Nuestros sentidos trabajan con nuestra inteligencia para llegar a resultados positivos y se esa manera satisfacer nuestras incógnitas, para a través de ellas resolver nuestros conflictos.
Es verdad que existen personas que nacen con una predisposición a ver las cosas siempre desde un punto de vista negativo, aunque desgraciadamente siempre no es así, y necesitamos de la comunicación. Lo realmente importante es que, antes cualquier acto de comunicación, siempre debe existir una presencia de entendimiento.
Por favor; no subestimes a nadie y recordemos que una relación de comunicación es algo que  existe físicamente. Se trata de algo creado por nuestra mente, la cual hace que veamos lo que antes hayamos tenido durante un determinado tiempo. En estos casos, ante nuestra incapacidad de ver las cosas a primera vista, nos convertimos en dependientes de las circunstancias de esa otra persona. Reconozcamos que esa persona puede tener más elementos a su alcance, y que siempre estará en condiciones de cumplir de una manera eficaz, que haga que sus conocimientos sirvan para brindarte un panorama más amplio en tu vida personal.

Meditación: Nunca dejes de aprender, porque la vida nunca deja de enseñar.


domingo, 25 de noviembre de 2018

Ganar confianza.


¿Cómo ganar confianza para que todo salga bien, cuando todo parece ir mal? Debemos de considerar que la confianza en uno mismo empieza a construirse en la infancia, esa seguridad interior que nos empuja y nos motiva puede también desarrollarse de forma consciente en la edad adulta. Por eso tomar perspectivas ante las dificultades, crear vínculos y abrirnos a los demás, centrarnos para saber focalizar nuestras energías, reinventarnos y atrevernos a actuar, son propuestas para ganar la confianza necesaria para avanzar en la vida.
            En realidad, la confianza en uno mismo se construye con los logros que vamos alcanzando, y también superándonos ante las dificultades o sabiendo sobrellevarlas. La confianza tiene que ser primero en ti, y a partir de ahí podemos construir el resto. Por eso para confiar en el futuro hay que cultivar el presente.
            Ahora que estamos en una situación tan complicada, tenemos que intentar sacar de todo lo malo algo positivo en todos los casos. Debemos estar siempre avanzados, siempre hay que estar luchando, y hay que situarse en el escenario, no conformarse con ser un simple espectador mirando la obra de “teatro”.
            A mi parecer, tenemos muchas distracciones, cada vez tenemos ambiciones más absurdas, exigimos demasiado, y nos perdemos las cosas verdaderamente importantes.
            No hay duda que vivimos momentos difíciles, y de que en una situación así, cuando parece que todo se tambalea, no es sencillo confiar en nosotros mismos ni en el futuro. Sin embargo, si miramos las cosas desde un ángulo distinto, también podemos encontrar argumentos para el optimismo, como el hecho de que empecemos a cuestionarnos, que debemos estar más dispuesto a ayudarnos y a unirnos para cambiar el rumbo de los acontecimientos, que seamos más solidarios hacia los que están pasando un mal momento.
            Aunque hoy en día existen muchas razones de peso por las que preocuparse, también es cierto que a menudo nos dejamos robar el sueño por problemas que, vistos con una cierta perspectiva, no son tan importantes. Normalmente nos miramos mucho el ombligo, y eso hace que los problemas se magnifiquen. Es justo tomar conciencia de que hay gente a nuestro alrededor que afrontan situaciones más difíciles que las nuestras. Pero también existen muchas personas que lo tienen absolutamente todo: salud, dinero, familia… y se hunden en un vaso de agua. Ven su problema como el más grande del mundo. Y es porque sólo se mira a sí misma. Cuantas veces nuestro ego es mucho más grande y al mismo tiempo nuestro peor enemigo.
La seguridad en uno mismo es un compromiso diario. Ganar confianza y ser más seguro puede hacer que crezcas en bienestar y felicidad. Así, te enfrentas mejor a los retos diarios, alcanzas tus metas y el camino es mucho más fácil. Eres el reflejo que transmites a los demás. Por tanto, es importante mostrar seguridad y confianza en uno mismo. Siempre las sobrecargas de tareas que todo vivimos y las dificultades que afrontamos son un lógico desencadenante del estrés. Pero confiar más en nuestra capacidad, para solucionar los contratiempos y en que las cosas acabarán saliendo bien, sin dudas, nos ayudarán a aliviarnos. Ganar confianzas en nosotros mismos nos vuelve más resolutivos, animándonos a actuar y siempre nos ayudará a reducir el agotador y limitante exceso del estrés.

Meditación: La vida te pondrá obstáculos, pero los límites los pones tú.


jueves, 15 de noviembre de 2018

Cerrar una etapa.

Decía en uno de mis artículos, que la vida nos presenta continuamente, facetas, épocas y situaciones distintas, a veces tremendamente complicadas; ¿Por qué empeñarnos en mantenerlas siempre presentes? ¿Por qué nos empecinamos en recordarlas, si sabemos que el solo hecho de mencionarlas, ya nos hace daño? Nuestra mente está llena de almacenamientos que se van incorporando desde que nacemos, ya sean creencias, conceptos, situaciones, etc., casi todas por lo general cada vez más complicadas. Entonces, te pregunto: ¿por qué no cerrar definitivamente esas etapas?
Si deseas olvidar, ¡olvida! Si crees que debes perdonar, ¡perdona! Piensas siempre que ni no cierras esa etapa, jamás podrás abrir otra. Lo fundamental es descubrir que siempre optamos con una nueva posibilidad, una nueva alternativa y una nueva opción, para emprender una nueva etapa. No guardes rencor, ni ira, ni desprecio, ni indiferencia, ni desconfianza; analizas que hemos sido diseñados para que nuestras vidas se manifiesten lo más felizmente posible, por tanto, enfócala desde el presente, para poder alcanzar un futuro lleno de posibilidades.
El éxito no entiende de tiempo, ni de resultados. Observas que tienes un potencial y una capacidad lo suficientemente necesaria, para poder abordar ese pasado   que tanto daño te hizo. Nunca actúes por temor a fracasar, debido a que esas “posturas” son siempre lamentables, generando ideas que sólo llegan a confundirnos aún más, e impidiendo que no encontremos la forma de cerrar aquellas etapas. Observa que existen momentos relevantes, en todos los perjuicios que debemos dejar de lado y poder transitar sobre un sentido justo ante una nueva posibilidad.
Así decimos que cuando se disipan las dudas, florece la esperanza y todo es posible. Siempre las equivocaciones son también señales de advertencia que, si las tenemos en cuenta permanentemente, pueden servirnos para evitar reincidir nuevamente. Si somos personas que nos negamos a admitir nuestras propias equivocaciones, jamás sacaremos nada bueno de ellas. Es cierto que cuando nos equivocamos, tenemos cierta tendencia a ignorar o culpar a otros. Asumir nuestros fallos e intentar sacar consecuencias positivas, llevándonos a una visión más amplia de la realidad y dotándonos de nuevas experiencias para el futuro. De esa manera sucede que, cuando nos impedimos limitar esos “cambios” o a cerrar esas etapas, nos paralizamos y anulamos todo lo que está por delante. No voy a negar que el pasado forma parte de nuestras vidas, e indudablemente ha contribuido a que seamos lo que somos. Pero, ¿por qué no, desprendernos de él si nos hace daño y nos atormenta?
 Nunca nos hemos parado a pensar que en todo error siempre hay un “beneficio”, una nueva oportunidad, el quid es saber encontrarlo. Porque si no fuera así, no existiría ese dicho popular que nos dice: “de los errores se aprende” ya que, si durante toda nuestra vida nos empeñamos en vivir pensando en el pasado, jamás podremos vivir el presente, sin poder desprendernos del influjo que nunca nos dejará avanzar. De modo que la respuesta es relativamente sencilla; todo consiste en cerrar esas etapas que tanto nos atosiga, y volvamos a vivir con nuevas energías, e intentar olvidar los malentendidos, abriendo de nuevo las puertas a una posibilidad para que a través de ellas podamos manifestar esos sentimientos que nos hagan conectar con la auténtica felicidad.

Meditación: Para poder seguir, a veces tenemos que empezar todo de nuevo.

sábado, 10 de noviembre de 2018

Afrontar la tristeza.

A veces estar triste nos hace creer que estamos enfermo. Pensemos que esa profunda tristeza, puede nacer de causas físicas o morales, arrastrando una desgana de vivir, que al mismo tiempo nos lleva a consecuencias, que nos hace imposible abortar la capacidad de adaptación de nuestro cuerpo. La tristeza es como una emoción que generalmente surge ante las pérdidas que sufrimos en la vida, de ahí que sea tan intensa como profundo sea el vínculo de lo perdido
En general, cuando sentimos tristeza es porque hemos perdido algo, ya sea real o fantaseado. Es decir, que carecemos de aquello que antes tuvimos y ahora es cuando verdaderamente no hay posibilidades de recuperarlo. Es por ello que la tristeza nos implica la ausencia de energía, dejándonos inactivos para ceder paso a la aceptación, de esa nueva situación. Al no tener esta fuerza, no queda más acción posible que la de aceptar, contribuyendo a dejar de “forzar” la realidad. Aquello que antes manteníamos, ahora, debido a la ausencia de energía es cuando se apodera esa sensación de tristeza, que nos hace imposible soltarla.
Inmediatamente se nos viene a la mente cosas como “todo esto es por mi culpa”, “nunca voy a salir”, “siempre todo lo malo me pasa a mí”, “jamás voy a superarlo”, “si yo hubiera…”, etc., quedando de esa forma estancado. De este modo permanece el foco de atención de aquellas fantasías o aquel imposible, renovándose la tristeza una y otra vez en ese sentir que ya no tiene remedio
Comprendo que estar triste no es nada agradable. La mayoría de nosotros, cuando estamos tristes, lo que queremos es dejar a un lado esas ideas negativas y pensar en algo positivo. Cuantas veces no sabemos por qué estamos tristes y de qué manera cambiar nuestros sentimientos. La tristeza es una de las emociones más frecuentes en los seres humanos y se puede desencadenar por miles de motivos. El hecho de llorar o expresar nuestros sentimientos está mal visto por buena parte de la sociedad, sin embargo, es lo que muchas veces necesitamos para sentirnos mejor.
Siempre existe aquella persona que te dice: “eso tienes que superarlo” Para ello, tenemos que entender que las emociones no son ni malas ni buenas, sino que simplemente es nuestro cuerpo el que debe intentar adaptarse a ese nuevo evento. La clave es no enredarse en ellas ni dejar que influyan en nuestra vida.
Por tanto, deberíamos estar preparado para cuando nos aborda la tristeza, elaborando una lista de recuerdos agradables como: aquellos juegos de juventud, aquella melodía que nos hacía soñar o incluso aquella bonita amistad que nos proporcionaba una tremenda ilusión, etc. Cualquier cosa que nos permita sentir la calidez de una emoción positiva, y que al mismo tiempo genere un sentimiento en nuestro corazón. Mis estimados amigos: intentemos revivir de nuevo aquellos recuerdos felices. Todo bastará para paliar, haciendo huir la emoción de la tristeza.

Meditación: Mirad hacia adelante… que para atrás ya dolió bastante.

martes, 6 de noviembre de 2018

Confiar en el amor.

Indudablemente el título es muy atractivo, pero ¿cómo se mantiene esa confianza? Empezamos demasiado pronto a sentir o a decir que amamos, y eso hace que al poco tiempo todo ese furor se rompa. Cada vez es más habitual encontrar personas perdidas, que no saben cómo afrontar el amor. Las condiciones pueden ser de distintas índoles, como: “honestidad duradera” “llegar a conocer realmente a tu pareja” “combatir los buenos y los malos momentos” Estos son algunos de los requisitos, necesarios para poder confiar en el amor e indispensable para llegar a la conclusión de que tu relación puede llegar a ser maravillosa.
            Existe una teoría muy concluyente que de jóvenes nos dicen: “el amor es eterno” una vez que amas a una persona, la amas para siempre. Si amas a una persona y posteriormente sientes que ya no le amas, significa que nunca le amaste. Incluso estando juntos durante varios años no somos capaces de profundizar o experimentar una verdadera felicidad dentro de esa relación, puesto que no existe una base firme de confianza.
            No es necesario de grandes proezas ni de grandes sacrificios, solo para que el verdadero amor fluya con naturalidad, se necesita que exista confianza, puesto que ello nos ayudará a aceptarnos tal como somos, y al mismo tiempo expresar nuestros sentimientos de forma recíproca, reconociendo nuestras virtudes y nuestros defectos.
            Cuántas veces nos mostramos ante nuestra pareja, como la persona ideal, es decir; sin defectos y sólo cualidades. ¡Es entonces cuando idealizamos a ese ser que amamos! Pero una vez pasado un tiempo, inevitablemente nos estrellamos, porque no le conocíamos bien o no conocía nuestros hábitos, formas, costumbres, etc., entonces nos sorprendemos y hasta llegamos a desilusionarnos. Solo ha sido producto de una falta de tiempo para conocernos, motivo por el cual florece esa falta de confianza.
            El amor no es un sentimiento fácil, pensemos siempre que requiere de un desarrollo personal que nos permita una situación desinteresada hacia la otra persona, pero sólo por amor. Indudablemente es una actitud comprometida, que sólo se llega con humildad, con una férrea voluntad y sobre todo, con absoluta confianza mutua.
            ¡Ama! Aunque al decir esto, no expreso que el sólo hecho de amar haga desaparecer la desconfianza. En nuestro interior esa desconfianza luchará contra ti mismo, porque en el fondo, sólo queremos ¡amar! La falta de confianza siempre estará presente intentando “luchar” para vencernos. Pero pensemos que el verdadero amor puede vencer la desconfianza. De esa manera el amor no se destruye, sino que se enriquece de una manera absoluta.
            Cuando la desconfianza se instala en nuestra relación, no hay mucho que se pueda hacer para recuperar el vínculo que al principio se mantenía. He de reconocer que dentro de la gran variedad de agravios, ofensas y sinsabores que vivimos los seres humanos, la pérdida de la confianza es lo que más estragos causa durante mucho tiempo, siendo necesario para recuperarla vivir un verdadero suplicio por el orgullo y la capacidad de perdón que se necesita.

Meditación: Confía en lo que sientes, más que en lo que piensas.

viernes, 2 de noviembre de 2018

¿Por qué estamos estresados?

                  Creo haber dicho en alguna ocasión que el estrés y la ansiedad lo usamos como sinónimos, entendiendo en ambos casos, como un tipo de reacción emocional, caracterizado por la alta presión en que vivimos. En verdad el estrés sólo es un proceso de no adaptación al medio de nuestro desarrollo habitual.
            Cuando programamos previamente lo que vamos a hacer, nos tomamos en serio nuestro trabajo o nuestra actividad. Y, normalmente, eso da pie a que no ajustamos nuestros proyectos y programas a situaciones reales. Sin embargo, cuando nos paramos a pensar en ello, es cuando nuestro “tic” social continuamente nos dice: “Debo detenerme y pensar” “No puedo perder el tiempo” dejándonos llevar por el estrés. En cambio, la ansiedad es una reacción emocional de alerta ante una amenaza. Digamos que es un proceso interno de cambios, que nos conduce al estrés. Así podríamos decir que la ansiedad es la reacción emocional más frecuente. Ante esta situación, nos dejamos llevar por el estrés, produciéndonos de esta manera casos de ansiedad, realizando entonces trabajos con prisas y mal acabados.  Así, cuando actuamos de esa forma continuada, nos provoca a la larga, ese malestar personal, todo debido a la precariedad de la situación que nos rodean.
            La pregunta que enseguida nos viene a la mente es la siguiente: ¿cómo podemos actuar para evitarlo?  Basta con hacer un ejercicio diario de algún tipo de actividad que nos ayude a desarrollar nuestro control mental. No hace falta dedicarle mucho tiempo, pero debemos ser constantes. Es posible que unos lo logren, y otros no; sólo se debe a que unos poseen una naturaleza que les hace más especiales, y les ayudan a lograrlo, utilizando los medios oportunos para apartarlos de las conductas precipitadas.
            Realmente lo importante en estos casos es no ir siempre con prisas, ello nos ayudará a apreciar más las cosas. Se trata simplemente de asombrarnos con lo que poseemos, deleitándonos y gozando de las pequeñas cosas que nos rodean, puesto que a menudo las vamos aparcadas y no nos fijamos en ellas.  Hoy en día nos enfrentamos a situaciones en las que nuestra existencia corre peligro, Entonces el estrés se agudiza, estando presente en nuestro organismo, el cual se dispara cuando nos encontramos ante situaciones que previamente hemos considerado como amenazantes para nuestra integridad. Si esta situación, u otras que nos generan grados de tensión, y se repiten de manera continuada, nuestro cuerpo debe prepararse para luchar o huir de ese estado permanente. Es la típica sensación de agobio, ante la cual cada día nos encontramos. Todas las preparaciones en forma de cambios físicos, deben evitar el peligro para liberarnos que nos hagan estresarnos
            La mejor manera de evitar el estrés es prevenirlo. Posiblemente me dirás ¿Cómo? En primer lugar, aprender a reconocer cuando estamos sufriendo, y admitir los problemas cuando llegan, como una situación más de nuestra vida, no dejándonos llevar por pequeñas preocupaciones. A veces son consecuencias de esa debilidad que todos padecemos y no somos capaces de dominar a su tiempo, convirtiéndose en amenazas emocionales imaginarias, las cuales generan situaciones crónicas. 

Meditación: Hacer lo que te gusta es libertad. Gustarte lo que haces es felicidad.

lunes, 29 de octubre de 2018

Tu vida es solo tuya.

Pensemos que nuestra vida es sólo nuestra, y que sólo tú eres el único responsable de como la utilices. Mirándolo desde un punto metafísico, no solo debemos tener en cuenta lo que debemos hacer con ella, sino también como podríamos haber llegado a mejorarla. Es decir, el ser humano debe intentar por todos los medios realizar a través de sus actos, tratar de conseguir lo mayores beneficiosos para ella, ya que con ese propósito nos haremos partícipes de llegar a encontrarle un verdadero sentido a nuestra vida. Además, tenemos que aprender a dar la bienvenida a los obstáculos, que diariamente se nos presentan, potenciando automáticamente de esta manera nuestra capacidad para encontrarnos con aquellas dificultades a las que nos enfrentamos a lo largo de ella. Muchos, nos arrepentimos a una determinada edad, de no haber hecho aquello que realmente queríamos cuando éramos jóvenes. Y no porque no hayamos podido corregir ciertas decisiones, sino porque el tiempo se ha cumplido de forma irremediable y ya nos es imposible que vuelva.
Tu vida es como una cuenta en un banco, ésta requiere tener un propósito de obtener rédito con el fin de saber organizarla ante un enfoque bien dirigido para que en su momento puedas disfrutar de ella. Ese “banco” no admite transferencias. Cada noche se hace balance y se cierra. Si no utilizas tus “depósitos”, las pérdidas se acumulan, y te das cuenta de que no puedes echar marcha atrás. Nadie te puede dar un préstamo, porque que solo tú, eres el administrador de esa cuenta que en definitiva es tu propia vida. Cuántas veces decimos” el tiempo pasa volando”. La velocidad con que transcurre nuestras vidas es a veces subjetiva, así observamos que existen personas que desearían seguir viviendo en una adolescencia eterna, porque consideran que ese tiempo fuera los únicos momentos buenos de su vida.
No obstante, existen tendencias; por así llamarlas, que se consideran como básicas para poder evaluar una vida como poseedora de calidad, aquellas que fundamentalmente nos produce la satisfacción de las necesidades tal y como la vida nos la plantea, y ello queda en evidencia si se le pregunta a una persona, ¿qué es calidad de vida? muchos lo relacionan con el acceso a un trabajo digno y bien remunerado que les permita acceder a bienes y servicios básicos como vivienda, educación, salud, nutrición, servicios públicos, movilidad vial, recreación, seguridad, entre muchos otros.
Pero siempre debemos tener en cuenta las adversidades que no golpean; todos atravesamos emociones muy poderosas. Es conveniente expresar dichos sentimientos, ya sea contándoselos a un amigo o "volcándolos" en un papel en blanco. De esta forma es realmente esencial para recuperar el equilibrio. Existen varias maneras de enfrentarse a las dificultades: afrontarlas o ignorarlas. Afrontarlas es analizar el problema y las circunstancias que lo causaron, buscar una solución, y encontrar la salida del mismo. Si por el contrario, decidimos cerrar los ojos y hacer como si no existieran, los problemas no desaparecerán, seguiremos sufriendo inútilmente, y además, los problemas sin resolver se irán acumulando, hasta generar una sensación de dolor, estrés frustración, angustia, etc. A través de nuestra propia vida, es posible que en determinados momentos tengamos tendencias a buscar y esperar rápidos resultados concretos de nuestro trabajo interior. Pero con frecuencia se nos olvida que la vida es un fiel reflejo de como tú la has tratado y sus resultados ni más ni menos son las consecuencias de tu paso por ella. Así mis estimados amigos, desgraciadamente a lo largo de toda ella, sólo te puede ofrecer lo que tú les has dado.

Meditación: La vida es muy simple, pero nos empeñamos en hacerla difícil.


jueves, 25 de octubre de 2018

Los nuevos propósitos.

¿Quién a largo de su vida, no se ha planteado algún nuevo reto? Unos se plantean nuevas propuestas, como si el hecho de decirlo fuese suficiente para el cumplimiento de algo, muchos la olvidan y jamás llegan a realizarse. En determinados momentos todo se ve claro, todo es posible y no se tiene miedo a soñar y desear aquello que nos gustaría hacer en nuestra vida. No podemos soñar que lo que se desea será realizado sólo con decirlo. El trabajo y la decisión son una misma cosa. Solo hace que nuestro sueño se imposible: “el miedo a fracasar”
Si no soñáramos, difícilmente conseguiremos librarnos de todas las trabas que se nos presentan, puesto que siempre primará eso tan habitual de “no puedo” o “me es imposible”. De esta forma dejaremos de ser nosotros mismos bajo la sombra de los miedos a realizar nuevos propósitos. Elegir una nueva forma de actuar, comprendo que no es nada fácil, puesto que a veces vienen dadas por presiones familiares o de tu círculo social, lo que lleva a que a falta de interés no podamos conseguir cumplirlo,
Para realizar determinados actos, debemos concentrarnos en ese nuevo hacer e intentar lograr pequeñas metas cada día, nadie se despierta un día y pasa de no tener paciencia a tenerla, lo que sí es realista es hacer cada día pequeñas acciones que nos lleven a obtener el fin de hacernos más pacientes tras un tiempo. Sólo se trata de trabajar poco a poco en nuestra propia evolución y nunca olvidar que deseamos cumplir nuestro propósito para ser mejores personas.
Uno de los propósitos de vida más auténticos es el de caminar hacia la consecución de nuestros sueños. Así para saber cuáles son y cuál es nuestro verdadero propósito, primero tendremos que hacernos esta pregunta: ¿cuál es mi propósito? En principio no se trata de un objetivo de fin de semana o de donde nos gustaría ir de vacaciones; estos son deseos de corto alcance o de plazos determinados.
El problema radica no tanto en los buenos deseos, sino en la buena voluntad de mejorar y de cumplir unos propósitos adquiridos, como en la manera más eficaz y práctica de llegar a convertirlos en realidad. No basta querer cambiar a mejor, que no es poco, sino en saber qué es lo que se debe hacer para que un buen propósito sea algo más que buenas palabras. Sin embargo, en ocasiones hemos creído en nuestro sueño y luego se ha roto, las personas nos han fallado, nosotros nos hemos desviado debido a nuevas circunstancias que se nos presentan o han aparecido inconvenientes que nos han llevado a un “descalabro” Otras veces hemos dejado de creer en él porque la realidad del “día a día” siempre es realmente dura. Es entonces, cuando podemos caer en la tentación de resignarnos y “tirar la toalla”
Ser constante es la clave del éxito. Un hábito no es más que un comportamiento que repetimos día tras día, hasta llegar a un momento en que es raro que no esté presente en nuestras vidas. Es decir, un hábito es un comportamiento que se repite a diario y que ya forma parte de nuestra rutina, así como de nuestra vida, tanto que, si se nos ausenta, lo extrañamos. Siempre existe el miedo al cambio y a salir de la rutina en que vivimos. Mis estimados amigos; conecta con tu propia verdad y siente cómo a la larga, nos proporcionará esa fuerza que necesitamos para cumplir con un nuevo propósito.

Meditación: La clave de una vida feliz es alcanzar metas de las que te sientas orgulloso y un propósito que cumplir.

lunes, 22 de octubre de 2018

¿Perdemos la confianza?

Sería más correcto empezar diciendo: ¿pero es que alguna vez tuvimos plena confianza? Bueno, en verdad casi nunca se tiene plena confianza, por lo general somos desconfiados en todos nuestros quehaceres. Siempre existen esos “resquemores” que nos hacen dudar, y el final es que no nos confiamos prácticamente de nada.
La confianza es la mejor manera de estar convencido de que somos capaces de realizar buenas acciones. Así podemos decir que la confianza es como un proceso de auto superación de enfrentarnos a dos tendencias fundamentales. La consolidación de la necesidad de tomar un cambio en tu vida y la relación de la incertidumbre que pueda generar; este es un concepto muy necesario en nuestro desarrollo personal. Por tanto, nunca llegará el éxito a mejor nivel que el que alcancemos a través de una plena confianza para poder lograrlo.
Todo está basado sencillamente en que la confianza es el grado de interés y la fiabilidad que nos aporta determinadas personas, cuando algo nos proponen. Aunque he de reconocer que siempre persiste en nosotros ese pensamiento de “que no valemos” tanto como los demás, haciendo esto, que crezca nuestra inseguridad y aparezca la desconfianza. Ese sentimiento de inseguridad en uno mismo, hace que establezca en nuestro interior una sensación de inestabilidad, la cual hará que nunca podamos conseguir lo que deseamos.
Así es, cuando solemos decir; “no me fío de nadie”. Ya que el compromiso siempre que queramos ganar “algo” es preferible aportar algo de confianza, ante cualquier situación. ¿Cuántas veces un proceso de confianza se desarrolla ante el entorno de alguien al quien no conocemos, llegando a compartir intimidades con personas que no hemos visto nunca, e incluso la desarrollamos en un tiempo record? Es entonces cuando pronto aflora la desconfianza, ya que estamos inmersos en un ámbito generacional de últimas tecnologías, las cuales sólo nos aportan desconfianza.
Siempre existen motivos para desconfiar de alguien, debido que algunos alteran las normas, llegando al plano de la lógica afirmaciones corruptas, y haciendo poner en dudas el plano emocional. Pero consideremos que ser perfecto no es un fin, y sólo añadir que el fracaso también es parte de nuestra confianza, la cual hará que en lo sucesivo siempre estaremos alerta ante cualquiera futura proposición. 
Si a pesar de todo los anteriormente dicho sientes que no puedes mejorar tu confianza o que tiene demasiadas dificultades para conseguirla no dudes en buscar a esa persona amiga que siempre estará dispuesta a ofrécete esa seguridad que necesitas. Ella siempre te ayudará y en tu caso particular te dará las pautas necesarias para ir progresando poco a poco hasta finalmente volver a sentirte seguro.
Y una vez dicho lo cual nos preguntamos; ¿qué influencia puede tener todo esto en la actualidad? Es necesario que todo ocurra por y para algo positivo, ya que es más que probable que te ofrezcan la oportunidad de una confianza que en definitiva te haga “crecer”, aunque siempre es recomendable poner en alerta todos los sentidos y acoger con los brazos abiertos todo lo bueno que la vida puede darte, ante de entregarte a una plena desconfianza.

Meditación: La confianza en uno mismo, es el primer secreto de éxito.

viernes, 19 de octubre de 2018

Conflictos de pareja.

Aunque no lo creáis, no es nada fácil hoy tener una buena relación de pareja. Siempre he considerado que estar en pareja es algo saludable, enriquecedor y, sobre todo, beneficioso. En definitiva, es un estado ante el cual nos aporta estabilidad entre ambos. Lo cierto es que no sabemos “por qué” pero observamos que con el tiempo algo va mal a través de nuestras relaciones.  Y todo es casi siempre a la “dichosa culpa”, la cual nunca sabremos a quien otorgársela. En tiempos de dificultades es fácil caer en el desánimo o en el conformismo. Incluso puede que lleguemos a pensar que debemos renunciar a nuestros sueños, sólo pensando que “aquello no tiene solución” refiriéndonos a lo que en un principio hubiésemos deseado que fuera, llegando a pensar en la ruptura. Pero si nos detenemos y conjuntamente lo meditamos, son esos mismos problemas los que nos ayudarán a salir a delante en esos momentos difíciles.
Antes esta situación debemos ser realista, y pensar que lo más importante en estos casos, es vencer esas dificultades, para volver a encausar cuanto antes esas actitudes que hoy nos parecen imposible conseguir, con el fin de poder alcanzar aquellos sueños que en tiempo anteriores eran nuestros ideales. Por azar o por simple coincidencia, hace unos días estuve hablando con un miembro de una pareja, la cual reflejaba las mismas condiciones a las que aquí me reflejo. Todo eran desánimos, falta de ilusión, aunque lo principal que enseguida noté y lo más acuciante era la falta de diálogo.    
Recuerdo que siempre me decía: “es que no tenemos de que hablar”. Nada más importante en una relación de pareja es el diálogo entre ambos, por insignificante que sea. Todo lo debemos compartir, puesto que, si de esa manera no fuera, nuestra actitud empeoraría, haciendo que poco a poco se suele ir destruyendo hasta llegar a no podernos soportar. Muchos creemos que tolerar es aguantar y soportar, ¡nada más incierto! En estos casos lo importante es comprender que debemos superar los problemas que diariamente nos rodean, y para ello necesitamos el poder interno que ambos poseemos y, por otro lado, la capacidad de entender lo que significa la tolerancia entre parejas. A través de la tolerancia se comprende que aquello que decimos, lo estamos aguantando o soportando.
Cuántas veces, estos llamados problemas que a diario nos surgen y en definitiva no son otros que esas situaciones, a las cuales las definimos diciendo que no nos soportamos. Casi siempre son debido a aptitudes con carencias de importancia. Pero para nosotros las vemos como un fastidio, sólo por el hecho de que ninguno deseamos concedernos la razón.  Ante esto, la transigencia es de vital importancia, sobre todo si queremos que todo aquello no se nos derrumbe, llegando al mismo tiempo a un equilibrio que entre ambos debe ser acertado sin condiciones. 
Para ello siempre deberíamos estar dispuesto a cuestionarnos que tenemos ambos que dedicarnos a esa intimidad que con el tiempo parece que se ha ido desmoronando, al fin de volver a obtener esa relación de pareja que al principio soñamos, tanto a través de deseos sexuales, confidencias, amor, etc. y que si no lo remediamos veremos que con el tiempo puedan desaparecer.

Meditación: A veces buscamos lo que todavía no estamos preparados para encontrar.

martes, 16 de octubre de 2018

Sufrir por lo ajeno.

¿Cuántas veces nos encontramos mal, sólo por ver sufrir a nuestros semejantes? Una pena de amor, una amistad que nos decepciona, una humillación personal, etc. En general lo pasamos mal cuando vemos que nuestro prójimo lo pasa mal, despertando en nuestro interior un fuerte deseo de ayudar. A esto nos preguntamos: ¿Qué podemos hacer ante el sufrimiento ajeno; tanto para evitarlo cómo para aliviarlo? Es cierto que para eso están los Gobiernos, pero: ¿y a nivel personal? Deberíamos preguntarnos: “Qué estoy haciendo yo frente a ese sufrimiento que diariamente nos presenta la vida”
Desgraciadamente pocos podemos hacer, sin embargo, en determinadas ocasiones queriendo consolar muchas veces, solo logramos incomodar o forzar un alivio aparente. La naturaleza bien gestionada tiene suficientes recursos para resolver esos problemas y solucionarlos. Si nuestro entorno se degrada, si se despilfarra los recursos en estupideces, si se recortan las ayudas al desarrollo, lo primero es exigir responsabilidades a sus directos responsables. Sirve de poco lamentarse de esos problemas que nosotros contribuimos a perpetuar.
Diariamente, el dolor sufrido por muchos de nuestros semejantes, golpea nuestra conciencia, se mezcla con la indignación e impotencia que muchas veces nos avergonzamos de pertenecer al género humano. Reconozco que plantearse esto, nos hace partícipe y responsable del sufrimiento a que la vida nos presenta.
Y no digamos cuando aparecen los sufrimientos terribles, los ligados al duelo; la muerte de una persona amada o la enfermedad incurable de un ser querido. Estos sufrimientos suelen ser inconsolables: nuestras palabras se presentan “torpes” ante tanto dolor, nuestros intentos de reconfortar nos parecen irrisorios, actuando ante una impotencia, frente al problema que se nos presenta.
En estos casos suele aparecer la llamada “compasión emocional” que va dirigida a ese sufrimiento ajeno, con el simple deseo de eliminar el padecimiento ajeno y sobre todo a intentar producir un estado de bienestar al que sufre. Ante esas situaciones hacen que aparezcan, los llamados “impulsos personales” los cuales van dirigidos a paliar el sufrimiento que percibimos. Esta conducta compasiva genera fuertes reacciones en nuestro ser, que van dirigidas a compadecernos de la situación de nuestros semejantes, queriendo aliviar ese sufrimiento ajeno.
Muchos le llaman “momentos de consolación”. El consuelo es sencillamente esas palabras y gestos que dedicamos a alguien que sufre, cuando no podemos hacer nada para aliviarlo. El consuelo no es una ayuda material concreta para arreglar ese problema, ni una asistencia para disminuirlo: es simplemente tu presencia la que hace que el sufrimiento no se acreciente aún más, haciendo más benévolo esos momentos por los cuales la vida nos ha hecho pasar.
Ese gesto de tristeza y compasión, genera una situación de consuelo y afecto por el ser humano que sufre ante nosotros, y que por mucho que lo deseemos no podemos detener su dolor, sólo mostrarle nuestras condolencias y nuestro afecto. No es fácil saber mostrarse ante esas situaciones, puesto que para compartir ese sufrimiento es necesario aceptar nuestra impotencia para saber actuar, sobre todo cuando quien sufre es un ser querido.

Meditación: Sufrir sin quejarnos es una lección que debemos aprender en esta vida.

viernes, 12 de octubre de 2018

Algo se derrumba.

No sé si a algunos de vosotros os ha pasado esto alguna vez. Sucede, que aquello que era imprescindible deja de serlo de repente. Así sin solución de continuidad. Un día ya no interesa aquello por lo que el día anterior casi hubieras dado tú vida. No es la sensación de una renuncia. No, es justo lo contrario: un día sencillamente, uno mismo se sorprende de la falta de pasión por algo que nos sucede, hasta aquello que, casi un instante formaba parte de tus ilusiones.
            Es como si en vez de ser la persona la que prescindiera de las cosas, fuera las cosas las que nos abandonan, es realmente un abandono indoloro, puesto que uno se queda estupefacto por ese repentino vacío de interés, mientras en verdad, resulta que no era para tanto, que se puede vivir perfectamente sin eso. Y eso que se desvanece pueden ser objetos, personas, gustos, costumbres; en verdad absolutamente de todo.
            Este fenómeno forma parte de algo mucho más profundo. Quizás se deba a que ya hemos andado mucho por el camino de la vida y nos convertimos en un espontáneo filósofo que observamos el mundo con la aceptación y, la distancia de quien se va, se hace cada vez mayor. Un mundo en el que casi todo va valiendo menos. Aquella amistad tan genial, ya no le encuentras genialidad por ninguna parte, o es ese hobby al que dedicábamos horas y horas a la semana ha hecho mutis por el foro.
            Y lo más emocionante, por llamarlo de algún modo, son que esos repentinos desintereses no son previsibles. Nunca sabremos que pueda ser lo próximo que nos abandone. Si me propongo encontrar alguna lógica a esta desbandaba no la encuentro, porque no es solo lo superfluo lo que se desvanece, sino también lo fundamental.
            En los “adioses” siempre debe haber orden, lógica, sensatez, etc. Eso lo dicen los actos y las personas. Ante esto no tengo nada que objetar, simplemente es la razón la que a veces no cuenta, aunque aquellos fueran tiempos sumamente importantes en nuestra vida. Suelen ser momentos en que la armonía que teníamos se rompe. Es como un rompecabezas en el que una pieza no encaja bien ¿Qué ha ocurrido?, ¿Por qué de repente todo se vuelve en nuestra contra? Aquellos pilares fuertes y seguros, se convierten en débiles llenos de grietas. Mis estimados amigos, no debemos rendirnos, ni siquiera cuando perdemos la confianza en que todo volverá a ir bien. Aunque tu mundo esté hecho trizas, recuerda que rendirse no es una opción. ¿De verdad quieres abandonar antes de intentarlo? No esquives el tema, ¡desahógate! Este es el primer paso a afrontar, para que nada se derrumbe.

Meditación: Una flor se marchita, un castillo se derrumba, la verdadera amistad se conserva hasta la tumba.