Cuando
programamos previamente lo que vamos a hacer, nos tomamos en serio nuestro
trabajo o nuestra actividad. Y, normalmente, eso da pie a que no ajustamos
nuestros proyectos y programas a situaciones reales. Sin embargo, cuando nos
paramos a pensar en ello, es cuando nuestro “tic” social continuamente nos
dice: “Debo detenerme y pensar” “No puedo perder el tiempo” dejándonos llevar
por el estrés. En cambio, la ansiedad es una reacción emocional de alerta ante
una amenaza. Digamos que es un proceso interno de cambios, que nos conduce al
estrés. Así podríamos decir que la ansiedad es la reacción emocional más
frecuente. Ante esta situación, nos dejamos llevar por el estrés,
produciéndonos de esta manera casos de ansiedad, realizando entonces trabajos
con prisas y mal acabados. Así, cuando
actuamos de esa forma continuada, nos provoca a la larga, ese malestar personal,
todo debido a la precariedad de la situación que nos rodean.
La
pregunta que enseguida nos viene a la mente es la siguiente: ¿cómo podemos
actuar para evitarlo? Basta con hacer un
ejercicio diario de algún tipo de actividad que nos ayude a desarrollar nuestro
control mental. No hace falta dedicarle mucho tiempo, pero debemos ser
constantes. Es posible que unos lo logren, y otros no; sólo se debe a que unos
poseen una naturaleza que les hace más especiales, y les ayudan a lograrlo,
utilizando los medios oportunos para apartarlos de las conductas precipitadas.
Realmente
lo importante en estos casos es no ir siempre con prisas, ello nos ayudará a
apreciar más las cosas. Se trata simplemente de asombrarnos con lo que
poseemos, deleitándonos y gozando de las pequeñas cosas que nos rodean, puesto
que a menudo las vamos aparcadas y no nos fijamos en ellas. Hoy en día nos enfrentamos a situaciones en las
que nuestra existencia corre peligro, Entonces el estrés se agudiza, estando
presente en nuestro organismo, el cual se dispara cuando nos encontramos ante
situaciones que previamente hemos considerado como amenazantes para nuestra
integridad. Si esta situación, u otras que nos generan grados de tensión, y se
repiten de manera continuada, nuestro cuerpo debe prepararse para luchar o huir
de ese estado permanente. Es la típica sensación de agobio, ante la cual cada
día nos encontramos. Todas las preparaciones en forma de cambios físicos, deben
evitar el peligro para liberarnos que nos hagan estresarnos
La
mejor manera de evitar el estrés es prevenirlo. Posiblemente me dirás ¿Cómo? En
primer lugar, aprender a reconocer cuando estamos sufriendo, y admitir los
problemas cuando llegan, como una situación más de nuestra vida, no dejándonos
llevar por pequeñas preocupaciones. A veces son consecuencias de esa debilidad
que todos padecemos y no somos capaces de dominar a su tiempo, convirtiéndose
en amenazas emocionales imaginarias, las cuales generan situaciones
crónicas.
Meditación:
Hacer
lo que te gusta es libertad. Gustarte lo que haces es felicidad.
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