El hecho de
sentirte agradecido, nos es más que una felicidad que encontramos en nuestro
interior, que a veces es el resultado de una serenidad de nuestro espíritu que,
cuando está cuidado y fortalecido nos muestra la verdadera identidad, y al
mismo tiempo representa la verdadera existencia de una vida sana y equilibrada.
Si hiciéramos un
recorrido a través de nuestra vida, serían innumerables las gentes que han
hecho posible que sigamos ante nuestro “estatus” social o que disfrutemos de
nuestro momento actual tal como es. Y para poder expresarlo sería necesario
tenerlas muy presentes y seamos conscientes de las cosas buenas y positivas que
en determinado momento nos recomendaron.
Todo es una
disposición natural de nuestra mente, y sin duda, la relación con los demás, al
establecer con ellos un vínculo de afecto, puesto que, al fin y al cabo, no es
más que una parte de nuestro instinto emocional. Posiblemente esto te haya
sucedido: que descubrieras al cabo de muchos años… un amigo que quizás tú no lo
considerabas y, en cambio otra persona que tenías muy descuidada, resultó ser
un gran amigo. En estos casos, también es una gran dicha y un enorme placer,
pedirle perdón y darles las gracias, porque, aunque tarde, seguro que no se enojará.
Es justo sentirse
agradecido a la vida por lo que somos, y estar siempre preparados para el fin
de nuestros días. Consideras siempre que el significado de nuestros sufrimientos
y enfermedades, identifican de alguna manera un sentido en nuestras vidas; amar
todas las cosas que nos rodean con verdadera empatía sin esperar nada a cambio,
aprendiendo al mismo tiempo de las adversidades que, inevitablemente fuimos
encontrando. Todo ello son actitudes que todos nosotros podemos ir adoptando
desde nuestros primeros años, hasta el fin de nuestros días.
Siempre lo
espiritual nos aportará cierto placer interior, dotando de sentido nuestros
momentos cotidianos, orientándonos y testificando la base de nuestros sueños y
esperanzas. Levantarse cada día siendo agradecido por lo que eres, y por lo que
ya tienes, ya es un triunfo personal. Piensas al menos en una cosa, “sentirte
orgulloso de haberlo conseguido… y das las gracias por todo ello” ¡Alégrate por
ello! Sí, las gracias por hacerte valorar y conservar lo que ya eres, tienes y
haces. Y lo más importante es que tu mente se alegra y al mismo tiempo se
tranquiliza y se calma para emprender y tomar las decisiones más adecuadas para
ti cada día.
Por eso, cultivar
y custodiar nuestra naturaleza espiritual es una responsabilidad que todo ser
humano debería ejercer, puesto que siempre nos conducirá a nuestro bienestar
físico y psicológico hacia una vida feliz.
Han pasado muchos
años y aquí estoy… compartiendo sensaciones, pensamientos y todo aquello que me
hace ser consciente de que el tiempo pasa. Para algunas personas sería
conveniente recordarles aquello de: Lo
que naturaleza no da, Salamanca no lo otorga. Mi estimado amigo que me
sigues, piensas que la vida es un suspiro y se vive antes de que puedas darte
cuenta. Y aunque estés muy lejos y el mundo parezca inmenso, gracias a las
nuevas tecnologías, siempre estamos globalizados y algún día llegaremos a
encontrarnos, compartiendo vivencias, emociones y sentimientos.
Meditación:
Aquel que no agradece un pequeño favor, jamás agradecerá uno grande.