jueves, 25 de octubre de 2018

Los nuevos propósitos.

¿Quién a largo de su vida, no se ha planteado algún nuevo reto? Unos se plantean nuevas propuestas, como si el hecho de decirlo fuese suficiente para el cumplimiento de algo, muchos la olvidan y jamás llegan a realizarse. En determinados momentos todo se ve claro, todo es posible y no se tiene miedo a soñar y desear aquello que nos gustaría hacer en nuestra vida. No podemos soñar que lo que se desea será realizado sólo con decirlo. El trabajo y la decisión son una misma cosa. Solo hace que nuestro sueño se imposible: “el miedo a fracasar”
Si no soñáramos, difícilmente conseguiremos librarnos de todas las trabas que se nos presentan, puesto que siempre primará eso tan habitual de “no puedo” o “me es imposible”. De esta forma dejaremos de ser nosotros mismos bajo la sombra de los miedos a realizar nuevos propósitos. Elegir una nueva forma de actuar, comprendo que no es nada fácil, puesto que a veces vienen dadas por presiones familiares o de tu círculo social, lo que lleva a que a falta de interés no podamos conseguir cumplirlo,
Para realizar determinados actos, debemos concentrarnos en ese nuevo hacer e intentar lograr pequeñas metas cada día, nadie se despierta un día y pasa de no tener paciencia a tenerla, lo que sí es realista es hacer cada día pequeñas acciones que nos lleven a obtener el fin de hacernos más pacientes tras un tiempo. Sólo se trata de trabajar poco a poco en nuestra propia evolución y nunca olvidar que deseamos cumplir nuestro propósito para ser mejores personas.
Uno de los propósitos de vida más auténticos es el de caminar hacia la consecución de nuestros sueños. Así para saber cuáles son y cuál es nuestro verdadero propósito, primero tendremos que hacernos esta pregunta: ¿cuál es mi propósito? En principio no se trata de un objetivo de fin de semana o de donde nos gustaría ir de vacaciones; estos son deseos de corto alcance o de plazos determinados.
El problema radica no tanto en los buenos deseos, sino en la buena voluntad de mejorar y de cumplir unos propósitos adquiridos, como en la manera más eficaz y práctica de llegar a convertirlos en realidad. No basta querer cambiar a mejor, que no es poco, sino en saber qué es lo que se debe hacer para que un buen propósito sea algo más que buenas palabras. Sin embargo, en ocasiones hemos creído en nuestro sueño y luego se ha roto, las personas nos han fallado, nosotros nos hemos desviado debido a nuevas circunstancias que se nos presentan o han aparecido inconvenientes que nos han llevado a un “descalabro” Otras veces hemos dejado de creer en él porque la realidad del “día a día” siempre es realmente dura. Es entonces, cuando podemos caer en la tentación de resignarnos y “tirar la toalla”
Ser constante es la clave del éxito. Un hábito no es más que un comportamiento que repetimos día tras día, hasta llegar a un momento en que es raro que no esté presente en nuestras vidas. Es decir, un hábito es un comportamiento que se repite a diario y que ya forma parte de nuestra rutina, así como de nuestra vida, tanto que, si se nos ausenta, lo extrañamos. Siempre existe el miedo al cambio y a salir de la rutina en que vivimos. Mis estimados amigos; conecta con tu propia verdad y siente cómo a la larga, nos proporcionará esa fuerza que necesitamos para cumplir con un nuevo propósito.

Meditación: La clave de una vida feliz es alcanzar metas de las que te sientas orgulloso y un propósito que cumplir.

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