¿Quién a largo
de su vida, no se ha planteado algún nuevo reto? Unos se plantean nuevas
propuestas, como si el hecho de decirlo fuese suficiente para el cumplimiento
de algo, muchos la olvidan y jamás llegan a realizarse. En determinados
momentos todo se ve claro, todo es posible y no se tiene miedo a soñar y desear
aquello que nos gustaría hacer en nuestra vida. No podemos soñar que lo que se
desea será realizado sólo con decirlo. El trabajo y la decisión son una misma
cosa. Solo hace que nuestro sueño se imposible: “el miedo a fracasar”
Si no soñáramos,
difícilmente conseguiremos librarnos de todas las trabas que se nos presentan,
puesto que siempre primará eso tan habitual de “no puedo” o “me es imposible”.
De esta forma dejaremos de ser nosotros mismos bajo la sombra de los miedos a
realizar nuevos propósitos. Elegir una nueva forma de actuar, comprendo que no
es nada fácil, puesto que a veces vienen dadas por presiones familiares o de tu
círculo social, lo que lleva a que a falta de interés no podamos conseguir
cumplirlo,
Para realizar
determinados actos, debemos concentrarnos en ese nuevo hacer e intentar lograr
pequeñas metas cada día, nadie se despierta un día y pasa de no tener paciencia
a tenerla, lo que sí es realista es hacer cada día pequeñas acciones que nos
lleven a obtener el fin de hacernos más pacientes tras un tiempo. Sólo se trata
de trabajar poco a poco en nuestra propia evolución y nunca olvidar que
deseamos cumplir nuestro propósito para ser mejores personas.
Uno de los
propósitos de vida más auténticos es el de caminar hacia la consecución de
nuestros sueños. Así para saber cuáles son y cuál es nuestro verdadero
propósito, primero tendremos que hacernos esta pregunta: ¿cuál es mi propósito?
En principio no se trata de un objetivo de fin de semana o de donde nos
gustaría ir de vacaciones; estos son deseos de corto alcance o de plazos
determinados.
El problema radica
no tanto en los buenos deseos, sino en la buena voluntad de mejorar y de
cumplir unos propósitos adquiridos, como en la manera más eficaz y práctica de
llegar a convertirlos en realidad. No basta querer cambiar a mejor, que no es
poco, sino en saber qué es lo que se debe hacer para que un buen propósito sea
algo más que buenas palabras. Sin embargo, en ocasiones hemos creído en nuestro
sueño y luego se ha roto, las personas nos han fallado, nosotros nos hemos
desviado debido a nuevas circunstancias que se nos presentan o han aparecido
inconvenientes que nos han llevado a un “descalabro” Otras veces hemos dejado
de creer en él porque la realidad del “día a día” siempre es realmente dura. Es
entonces, cuando podemos caer en la tentación de resignarnos y “tirar la
toalla”
Ser constante es
la clave del éxito. Un hábito no es más que un comportamiento que repetimos día
tras día, hasta llegar a un momento en que es raro que no esté presente en
nuestras vidas. Es decir, un hábito es un comportamiento que se repite a diario
y que ya forma parte de nuestra rutina, así como de nuestra vida, tanto que, si
se nos ausenta, lo extrañamos. Siempre existe el miedo al cambio y a salir de
la rutina en que vivimos. Mis estimados amigos; conecta con tu propia verdad y
siente cómo a la larga, nos proporcionará esa fuerza que necesitamos para
cumplir con un nuevo propósito.
Meditación:
La clave de una vida feliz es alcanzar metas de las que te sientas orgulloso y
un propósito que cumplir.
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