Cuantas veces nos
decimos: “No soy capaz”, “Es que no puedo”, “No estoy a la altura”; sí,
lo reconozco, pero te aconsejo que no pienses así. Esas actitudes negativas que
a veces escuchamos sobre nosotros, sobre todo cuando éramos pequeños, calan en
nuestra mente, que al final se convierten en barreras, haciendo que todo lo
veamos imposible.
Hay
personas que han tenido éxito en sus vidas sin establecer ninguna meta. Sin
embargo, estas personas tenían una pasión en sus vidas. Seguro que esa pasión
les hizo alcanzar su meta. Si no tienes metas, si todo te da lo mismo, si te
dejas llevar por los demás, entonces no llegarás a ninguna parte o seguramente
llegues a un lugar que te resulte insatisfactorio y te haga desgraciado. Por tanto,
no seas indiferente.
Pensamos
que la vida se compone sólo de caminos y destinos, y es ahí donde nos
encontraremos con la felicidad y la adversidad. La felicidad, bien venida sea,
pero la adversidad, no tenemos más remedio que superarlas. ¿Cómo? Solo existe
una manera haciéndoles frente y sobrellevarla son paciencia y serenidad.
Existen muchas personas que padecen de insatisfacción constante; es decir: nada
les parece bien, están en una situación admirable y sólo ven problemas y
situaciones adversas. Ante la armonía y el equilibrio solo se fijan en lo que
no está de acuerdo con ellos mismos, siendo capaces de ver siempre lo negativo
en un conjunto de cosas maravillosas. Y en verdad eso es un verdadero lastre
que nunca te dejará avanzar.
Una
de las principales cualidades que debemos poseer es la constancia: liberarte de
las limitaciones que te imponen los demás, con el fin de realizar cualquier
actividad que te propongas. Ante este vértigo sólo nos queda fiarnos de nuestra
intuición y sentirnos que realmente somo capaz… Piensas siempre que las metas
deben ser tuyas, no de los demás. No dejes que los demás determinen lo que
significa tener éxito. Para unos el éxito puede ser el dinero, para otros el
tiempo libre y para otros quizás algo muy diferente.
Si
fijamos nuestra mente en la idea de rendirnos, no es una opción, no podemos
darnos por vencidos y continuar luchando. Es cierto que podemos tener más o
menos éxito a la hora de conseguir esos objetivos que nos hemos planteado, pero
lo que está claro, es que tenemos muchísimas más posibilidades de triunfar si
seguimos luchando que si nos damos por vencidos, puesto que al rendirnos
nuestras posibilidades irán reduciéndose a cero.
Una
vez que tengamos identificado el origen de nuestras barreras, podremos trabajar
para extirpar esos pensamientos que al principio citaba, De esa forma
lograremos desactivar el influjo de aquellas personas del pasado que nos hacían
ver que seríamos incapaces de conseguir nuestras metas. Aprender a vivir, es
ser capaz de superar las frustraciones que la vida nos impone, con el único
fin de encontrarnos con lo mejor de sí, braceando contra el oleaje, a pesar de
que la vida nos impida avanzar.
Una
vez conseguido estos objetivos, llega el momento de confiar plenamente en
nosotros mismos y de seguir nuestro auténtico camino, que no es otro, que de conseguir
nuestras metas.
Meditación:
Siempre hay que tratar de ser el mejor, pero nunca creerse el mejor.