sábado, 16 de septiembre de 2017

Sentirte agradecido.

El hecho de sentirse agradecido, nos es más que una felicidad que encontramos en nuestro interior, que a veces es el resultado de una serenidad de nuestro espíritu que, cuando está cuidado y fortalecido nos muestra la verdadera identidad, y al mismo tiempo representa la verdadera existencia de una vida sana y equilibrada.
Si hiciéramos un recorrido a través de nuestra vida, serían innumerables las gentes que han hecho posible que sigamos ante nuestro “estatus” social o que disfrutemos de nuestro momento actual tal como es. Y para poder expresarlo sería necesario tenerlas muy presentes y seamos conscientes de las cosas buenas y positivas que en determinado momento nos recomendaron.
Todo es una disposición natural de nuestra mente, y sin duda, la relación con los demás, al establecer con ellos un vínculo de afecto, puesto que, al fin y al cabo, no es más que una parte de nuestro instinto emocional. Posiblemente esto te haya sucedido: que descubrieras al cabo de muchos años… un amigo que quizás tú no lo considerabas y, en cambio otra persona que tenías muy descuidada, resultó ser un gran amigo. En estos casos, también es una gran dicha y un enorme placer, darles las gracias, porque, aunque tarde, seguro que no se enojará.
Es justo sentirse agradecido a la vida por lo que somos, y sentirse siempre preparados para el fin de nuestros días; entendamos la muerte, el significado de nuestros sufrimientos y enfermedades, identificando un sentido en nuestras vidas, amar todas las cosas que nos rodean con verdadera empatía sin esperar nada a cambio, aprendiendo al mismo tiempo de las adversidades que, inevitablemente nos iremos encontrando. Todo ello son actitudes que todos nosotros podemos ir adoptando desde nuestros primeros años, hasta el fin de nuestros días.
Siempre lo espiritual nos aportará cierto placer interior, dotando de sentido nuestros momentos cotidianos, orientándonos y testificando la base de nuestros sueños y esperanzas. Levantarse cada día siendo agradecido por lo que eres, y por lo que ya tienes, ya es un triunfo personal. Piensas al menos en una cosa, por ejemplo: en algo que estés muy orgulloso de haberlo conseguido… y das las gracias por todo ello. Alégrate por ello. Dar las gracias por hacerte valorar y conservar lo que ya eres, tienes y haces. Y lo más importante es que tu mente se alegra y al mismo tiempo se tranquiliza y se calma para emprender y tomar decisiones más adecuadas para ti, cada día.
Por eso, cultivar y custodiar el sentido del agradecimiento es una responsabilidad que todo ser humano debería ejercer, así decimos en Psicología: que es un estado que siempre nos conducirá a nuestro bienestar físico y estable hacia una vida feliz.
Pueden pasar muchos años y aquí estamos… compartiendo sensaciones, pensamientos y todo aquello que nos hace ser consciente de que el tiempo pasa. La vida es un suspiro y se vive antes de que puedas darte cuenta. Y aunque estés muy lejos y el mundo parezca inmenso, gracias a las nuevas tecnologías, siempre estamos globalizados y algún día llegaremos a encontrarnos, compartiremos vivencias, emociones y sentimientos a través de aquellas acciones.


Meditación: La gratitud no es la mayor de las virtudes, sino la madre de todas las demás.

jueves, 7 de septiembre de 2017

¿Por qué no meditamos?

La pregunta es muy sencilla. ¿Por qué no dedicamos un poco de nuestro tiempo a meditar? Es tal fácil. Cuando nuestra mente está tranquila, todo está en calma. Pero basta que nos encontremos en estado de inquietud, para que aparezcan nuestros sufrimientos, momentos de desesperanza, desesperaciones, etc. No todos vemos las cosas de la misma manera, cada persona percibe “sus momentos”, de acuerdo a su condición mental. A pesar de todo, es muy frecuente escuchar esa decisión de decir; “lo mejor es hacer las cosas sin pensar” ¡Nada más erróneo! Nuestra mente se convierte en un instrumento útil, ¿por qué no utilizarla? Y en determinadas ocasiones, es posible que evitemos decir: “si lo hubiera pensado antes” o “si no me hubiera decidido de forma tan precipitada”. Solo por unos momentos de meditación, análisis, reflexión, o como quiera que le llamemos, hubiéramos evitados situaciones realmente comprometidas.
La meditación puede hacernos cambiar nuestra manera de pensar y de actuar, es algo que sólo sirve para poner orden y tranquilidad en nuestro interior, evitando que nos creemos falsos problemas. Cuando estamos en estado de meditación, nos convertimos en espectadores de nosotros mismos; no debemos analizar el “problema” lo importante es sopesar nuestra capacidad de posibilidades para poder solucionar el “dilema" que se nos presenta, simplemente manteniéndonos de forma serena y aplicando siempre nuestra capacidad de un juicio personal. 
Si nos acostumbramos a meditar, empezamos a experimentar todo tipo de sentimientos y sensaciones que a la larga nos servirán de guía para todo acto a realizar. Son muchas las personas que relacionan la meditación con aspectos religiosos, con gurús o prácticas sectarias. Por meditación debemos atenernos sólo a una práctica intelectual a través de la cual se potencia nuestra atención a determinados problemas y a tomar conciencia de en un momento o situación que se nos presente. 
Ni que decir tiene que el ritmo de vida de nuestra sociedad actual, ya de por sí nos causa infinidad de problemas. Si no intentamos meditar, reflexionar, o como quiera que le llamemos, siempre estaremos llenos de tensiones las cuales nos afectarán a nuestra vida cotidiana. La meditación consciente nos ayudará a liberarnos de esas tensiones y a ver los problemas de otra forma.
La meditación no solo es buena por el hecho de “encontrarnos consigo mismo”, además es una experiencia que nos ayuda a equilibrar nuestros pensamientos tras una jornada de trabajo y a reencontrarnos interiormente con nuestra conciencia. Así de sencillo y simple es un estado de meditación.
La meditación es como una “herramienta mal entendida”. Desgraciadamente nos tomamos muy poco tiempo para pensar, y siempre he aconsejado que pensar es muy útil y además gratis. Reconozco que en esta acelerada y agobiada vida, muchos me dirán:  “eso de meditar no está hecho para mi” Eso sí, el móvil que no se nos olvide, porque quizás podamos “morir de ansiedad” Acostumbrémonos a meditar o lo que es lo mismo, educar nuestra mente para la consecución de nuestros objetivos más valiosos.


Meditación: La meditación es una actividad que es capaz de realizar cualquier ser humano y que facilita la reflexión profunda acerca de cosas, personas, ideas y pensamientos.

domingo, 3 de septiembre de 2017

Toda una vida para amar.

No pensemos en el tiempo. Cada minuto es el comienzo de “algo” ¿De qué? No lo sabemos; ¡Esperemos que pase! Nunca trates de medir el tiempo, el tiempo no pasa, pasamos nosotros, así podemos entender que siempre estamos en el “tiempo” o quizás si nos aferramos al tiempo, tenemos que pensar que el tiempo es ilimitado, y que nuestras vidas perderían sentidos si nos preocupáramos de tenerlo en cuenta. Si amas, no te preocupes, ya el tiempo se encarga de encontrar la solución. ¡Déjate llevar! Así es la vida. Por eso, ante la llamada del amor no dramaticemos. El deseo no siempre viene de una forma ascendente. No nos preocupemos, Puedes que digas: “por qué no ahora” o “hasta cuando” Sólo el tiempo te lo dirá, según nuestros momentos vitales.
             Siempre deberíamos tener en cuenta que el amor y la pasión, a pesar de todo, son dos cosas muy distintas, siempre van unidos de profundos sentimientos, puesto que el amor nace de esos mismos conceptos que prevalecen en nuestro interior. Pero casi siempre nos preguntamos: ¿cómo puedo saber que no me equivoco? No te preocupes, ya te lo decía al principio; sólo el tiempo te dará la respuesta. ¡Él nunca se equivoca! Son muchos los momentos que nos vemos aturdidos, con un sinfín de preguntas. Piensas siempre qué si la vida ya de por sí engendra dolor, no te martirices y cuando el amor llegue, no le hagas esperar. Nunca podremos neutralizar el azar, pero sí permitamos educar nuestros sentimientos y pensar que siempre hay un tiempo para amar.
             El deseo, permíteme decirte, que es otra cosa muy distinta, éste, suele estar  marcado por diferencias muy subjetivas, utilizando casi siempre procesos muy distintos, así decimos que el deseo, vale más por lo que guarda que por lo que muestra.
             El amor es la mayor expresión de afecto que podemos ofrecer, se adueña de todo nuestro ser, y a veces hasta de nuestras formas de perder la razón. Amar es compartir. Su sentido, es tan inmenso que en ocasiones nos hace perder la razón. Entonces, ¿por qué decir, que ya no tienes tiempo para amar? No seas injusto contigo mismo. El amor no necesita tiempo, necesita intimidad. No es una flor de temporada, que solo florece durante un pequeño espacio de tiempo. El amor tiene todo el tiempo necesario para mantenerlo junto a ti. Muchas personas nunca comprenderán, ni tratan de conocer el secreto, de porqué todo esto sucede en nuestra vida. Perdona, quizás yo no sepa explicarme con la debida claridad. Pero dentro de tú subconsciente empezarás a notar que “algo te está sucediendo que no te deja dormir” Piensas que la edad es lo que menos importa y que tienes toda una vida para amar: sí, podrás equivocarte, pero también la misma vida te da opción a rectificar.
Todos tenemos la esperanza de que un día aparezca el verdadero amor, no te aferres a cambiar tus ideales. Entonces: ¿por qué no lo encontramos? Tal vez no lo buscamos en los lugares adecuados o no sabemos reconocerlo cuando lo vemos. Piensas que cuando llegue, él te reconocerá y el nuevo idilio comenzará.

Meditación: Todo lo que deseas, suele venir después de que dejas de buscarlo.