lunes, 29 de octubre de 2018

Tu vida es solo tuya.

Pensemos que nuestra vida es sólo nuestra, y que sólo tú eres el único responsable de como la utilices. Mirándolo desde un punto metafísico, no solo debemos tener en cuenta lo que debemos hacer con ella, sino también como podríamos haber llegado a mejorarla. Es decir, el ser humano debe intentar por todos los medios realizar a través de sus actos, tratar de conseguir lo mayores beneficiosos para ella, ya que con ese propósito nos haremos partícipes de llegar a encontrarle un verdadero sentido a nuestra vida. Además, tenemos que aprender a dar la bienvenida a los obstáculos, que diariamente se nos presentan, potenciando automáticamente de esta manera nuestra capacidad para encontrarnos con aquellas dificultades a las que nos enfrentamos a lo largo de ella. Muchos, nos arrepentimos a una determinada edad, de no haber hecho aquello que realmente queríamos cuando éramos jóvenes. Y no porque no hayamos podido corregir ciertas decisiones, sino porque el tiempo se ha cumplido de forma irremediable y ya nos es imposible que vuelva.
Tu vida es como una cuenta en un banco, ésta requiere tener un propósito de obtener rédito con el fin de saber organizarla ante un enfoque bien dirigido para que en su momento puedas disfrutar de ella. Ese “banco” no admite transferencias. Cada noche se hace balance y se cierra. Si no utilizas tus “depósitos”, las pérdidas se acumulan, y te das cuenta de que no puedes echar marcha atrás. Nadie te puede dar un préstamo, porque que solo tú, eres el administrador de esa cuenta que en definitiva es tu propia vida. Cuántas veces decimos” el tiempo pasa volando”. La velocidad con que transcurre nuestras vidas es a veces subjetiva, así observamos que existen personas que desearían seguir viviendo en una adolescencia eterna, porque consideran que ese tiempo fuera los únicos momentos buenos de su vida.
No obstante, existen tendencias; por así llamarlas, que se consideran como básicas para poder evaluar una vida como poseedora de calidad, aquellas que fundamentalmente nos produce la satisfacción de las necesidades tal y como la vida nos la plantea, y ello queda en evidencia si se le pregunta a una persona, ¿qué es calidad de vida? muchos lo relacionan con el acceso a un trabajo digno y bien remunerado que les permita acceder a bienes y servicios básicos como vivienda, educación, salud, nutrición, servicios públicos, movilidad vial, recreación, seguridad, entre muchos otros.
Pero siempre debemos tener en cuenta las adversidades que no golpean; todos atravesamos emociones muy poderosas. Es conveniente expresar dichos sentimientos, ya sea contándoselos a un amigo o "volcándolos" en un papel en blanco. De esta forma es realmente esencial para recuperar el equilibrio. Existen varias maneras de enfrentarse a las dificultades: afrontarlas o ignorarlas. Afrontarlas es analizar el problema y las circunstancias que lo causaron, buscar una solución, y encontrar la salida del mismo. Si por el contrario, decidimos cerrar los ojos y hacer como si no existieran, los problemas no desaparecerán, seguiremos sufriendo inútilmente, y además, los problemas sin resolver se irán acumulando, hasta generar una sensación de dolor, estrés frustración, angustia, etc. A través de nuestra propia vida, es posible que en determinados momentos tengamos tendencias a buscar y esperar rápidos resultados concretos de nuestro trabajo interior. Pero con frecuencia se nos olvida que la vida es un fiel reflejo de como tú la has tratado y sus resultados ni más ni menos son las consecuencias de tu paso por ella. Así mis estimados amigos, desgraciadamente a lo largo de toda ella, sólo te puede ofrecer lo que tú les has dado.

Meditación: La vida es muy simple, pero nos empeñamos en hacerla difícil.


jueves, 25 de octubre de 2018

Los nuevos propósitos.

¿Quién a largo de su vida, no se ha planteado algún nuevo reto? Unos se plantean nuevas propuestas, como si el hecho de decirlo fuese suficiente para el cumplimiento de algo, muchos la olvidan y jamás llegan a realizarse. En determinados momentos todo se ve claro, todo es posible y no se tiene miedo a soñar y desear aquello que nos gustaría hacer en nuestra vida. No podemos soñar que lo que se desea será realizado sólo con decirlo. El trabajo y la decisión son una misma cosa. Solo hace que nuestro sueño se imposible: “el miedo a fracasar”
Si no soñáramos, difícilmente conseguiremos librarnos de todas las trabas que se nos presentan, puesto que siempre primará eso tan habitual de “no puedo” o “me es imposible”. De esta forma dejaremos de ser nosotros mismos bajo la sombra de los miedos a realizar nuevos propósitos. Elegir una nueva forma de actuar, comprendo que no es nada fácil, puesto que a veces vienen dadas por presiones familiares o de tu círculo social, lo que lleva a que a falta de interés no podamos conseguir cumplirlo,
Para realizar determinados actos, debemos concentrarnos en ese nuevo hacer e intentar lograr pequeñas metas cada día, nadie se despierta un día y pasa de no tener paciencia a tenerla, lo que sí es realista es hacer cada día pequeñas acciones que nos lleven a obtener el fin de hacernos más pacientes tras un tiempo. Sólo se trata de trabajar poco a poco en nuestra propia evolución y nunca olvidar que deseamos cumplir nuestro propósito para ser mejores personas.
Uno de los propósitos de vida más auténticos es el de caminar hacia la consecución de nuestros sueños. Así para saber cuáles son y cuál es nuestro verdadero propósito, primero tendremos que hacernos esta pregunta: ¿cuál es mi propósito? En principio no se trata de un objetivo de fin de semana o de donde nos gustaría ir de vacaciones; estos son deseos de corto alcance o de plazos determinados.
El problema radica no tanto en los buenos deseos, sino en la buena voluntad de mejorar y de cumplir unos propósitos adquiridos, como en la manera más eficaz y práctica de llegar a convertirlos en realidad. No basta querer cambiar a mejor, que no es poco, sino en saber qué es lo que se debe hacer para que un buen propósito sea algo más que buenas palabras. Sin embargo, en ocasiones hemos creído en nuestro sueño y luego se ha roto, las personas nos han fallado, nosotros nos hemos desviado debido a nuevas circunstancias que se nos presentan o han aparecido inconvenientes que nos han llevado a un “descalabro” Otras veces hemos dejado de creer en él porque la realidad del “día a día” siempre es realmente dura. Es entonces, cuando podemos caer en la tentación de resignarnos y “tirar la toalla”
Ser constante es la clave del éxito. Un hábito no es más que un comportamiento que repetimos día tras día, hasta llegar a un momento en que es raro que no esté presente en nuestras vidas. Es decir, un hábito es un comportamiento que se repite a diario y que ya forma parte de nuestra rutina, así como de nuestra vida, tanto que, si se nos ausenta, lo extrañamos. Siempre existe el miedo al cambio y a salir de la rutina en que vivimos. Mis estimados amigos; conecta con tu propia verdad y siente cómo a la larga, nos proporcionará esa fuerza que necesitamos para cumplir con un nuevo propósito.

Meditación: La clave de una vida feliz es alcanzar metas de las que te sientas orgulloso y un propósito que cumplir.

lunes, 22 de octubre de 2018

¿Perdemos la confianza?

Sería más correcto empezar diciendo: ¿pero es que alguna vez tuvimos plena confianza? Bueno, en verdad casi nunca se tiene plena confianza, por lo general somos desconfiados en todos nuestros quehaceres. Siempre existen esos “resquemores” que nos hacen dudar, y el final es que no nos confiamos prácticamente de nada.
La confianza es la mejor manera de estar convencido de que somos capaces de realizar buenas acciones. Así podemos decir que la confianza es como un proceso de auto superación de enfrentarnos a dos tendencias fundamentales. La consolidación de la necesidad de tomar un cambio en tu vida y la relación de la incertidumbre que pueda generar; este es un concepto muy necesario en nuestro desarrollo personal. Por tanto, nunca llegará el éxito a mejor nivel que el que alcancemos a través de una plena confianza para poder lograrlo.
Todo está basado sencillamente en que la confianza es el grado de interés y la fiabilidad que nos aporta determinadas personas, cuando algo nos proponen. Aunque he de reconocer que siempre persiste en nosotros ese pensamiento de “que no valemos” tanto como los demás, haciendo esto, que crezca nuestra inseguridad y aparezca la desconfianza. Ese sentimiento de inseguridad en uno mismo, hace que establezca en nuestro interior una sensación de inestabilidad, la cual hará que nunca podamos conseguir lo que deseamos.
Así es, cuando solemos decir; “no me fío de nadie”. Ya que el compromiso siempre que queramos ganar “algo” es preferible aportar algo de confianza, ante cualquier situación. ¿Cuántas veces un proceso de confianza se desarrolla ante el entorno de alguien al quien no conocemos, llegando a compartir intimidades con personas que no hemos visto nunca, e incluso la desarrollamos en un tiempo record? Es entonces cuando pronto aflora la desconfianza, ya que estamos inmersos en un ámbito generacional de últimas tecnologías, las cuales sólo nos aportan desconfianza.
Siempre existen motivos para desconfiar de alguien, debido que algunos alteran las normas, llegando al plano de la lógica afirmaciones corruptas, y haciendo poner en dudas el plano emocional. Pero consideremos que ser perfecto no es un fin, y sólo añadir que el fracaso también es parte de nuestra confianza, la cual hará que en lo sucesivo siempre estaremos alerta ante cualquiera futura proposición. 
Si a pesar de todo los anteriormente dicho sientes que no puedes mejorar tu confianza o que tiene demasiadas dificultades para conseguirla no dudes en buscar a esa persona amiga que siempre estará dispuesta a ofrécete esa seguridad que necesitas. Ella siempre te ayudará y en tu caso particular te dará las pautas necesarias para ir progresando poco a poco hasta finalmente volver a sentirte seguro.
Y una vez dicho lo cual nos preguntamos; ¿qué influencia puede tener todo esto en la actualidad? Es necesario que todo ocurra por y para algo positivo, ya que es más que probable que te ofrezcan la oportunidad de una confianza que en definitiva te haga “crecer”, aunque siempre es recomendable poner en alerta todos los sentidos y acoger con los brazos abiertos todo lo bueno que la vida puede darte, ante de entregarte a una plena desconfianza.

Meditación: La confianza en uno mismo, es el primer secreto de éxito.

viernes, 19 de octubre de 2018

Conflictos de pareja.

Aunque no lo creáis, no es nada fácil hoy tener una buena relación de pareja. Siempre he considerado que estar en pareja es algo saludable, enriquecedor y, sobre todo, beneficioso. En definitiva, es un estado ante el cual nos aporta estabilidad entre ambos. Lo cierto es que no sabemos “por qué” pero observamos que con el tiempo algo va mal a través de nuestras relaciones.  Y todo es casi siempre a la “dichosa culpa”, la cual nunca sabremos a quien otorgársela. En tiempos de dificultades es fácil caer en el desánimo o en el conformismo. Incluso puede que lleguemos a pensar que debemos renunciar a nuestros sueños, sólo pensando que “aquello no tiene solución” refiriéndonos a lo que en un principio hubiésemos deseado que fuera, llegando a pensar en la ruptura. Pero si nos detenemos y conjuntamente lo meditamos, son esos mismos problemas los que nos ayudarán a salir a delante en esos momentos difíciles.
Antes esta situación debemos ser realista, y pensar que lo más importante en estos casos, es vencer esas dificultades, para volver a encausar cuanto antes esas actitudes que hoy nos parecen imposible conseguir, con el fin de poder alcanzar aquellos sueños que en tiempo anteriores eran nuestros ideales. Por azar o por simple coincidencia, hace unos días estuve hablando con un miembro de una pareja, la cual reflejaba las mismas condiciones a las que aquí me reflejo. Todo eran desánimos, falta de ilusión, aunque lo principal que enseguida noté y lo más acuciante era la falta de diálogo.    
Recuerdo que siempre me decía: “es que no tenemos de que hablar”. Nada más importante en una relación de pareja es el diálogo entre ambos, por insignificante que sea. Todo lo debemos compartir, puesto que, si de esa manera no fuera, nuestra actitud empeoraría, haciendo que poco a poco se suele ir destruyendo hasta llegar a no podernos soportar. Muchos creemos que tolerar es aguantar y soportar, ¡nada más incierto! En estos casos lo importante es comprender que debemos superar los problemas que diariamente nos rodean, y para ello necesitamos el poder interno que ambos poseemos y, por otro lado, la capacidad de entender lo que significa la tolerancia entre parejas. A través de la tolerancia se comprende que aquello que decimos, lo estamos aguantando o soportando.
Cuántas veces, estos llamados problemas que a diario nos surgen y en definitiva no son otros que esas situaciones, a las cuales las definimos diciendo que no nos soportamos. Casi siempre son debido a aptitudes con carencias de importancia. Pero para nosotros las vemos como un fastidio, sólo por el hecho de que ninguno deseamos concedernos la razón.  Ante esto, la transigencia es de vital importancia, sobre todo si queremos que todo aquello no se nos derrumbe, llegando al mismo tiempo a un equilibrio que entre ambos debe ser acertado sin condiciones. 
Para ello siempre deberíamos estar dispuesto a cuestionarnos que tenemos ambos que dedicarnos a esa intimidad que con el tiempo parece que se ha ido desmoronando, al fin de volver a obtener esa relación de pareja que al principio soñamos, tanto a través de deseos sexuales, confidencias, amor, etc. y que si no lo remediamos veremos que con el tiempo puedan desaparecer.

Meditación: A veces buscamos lo que todavía no estamos preparados para encontrar.

martes, 16 de octubre de 2018

Sufrir por lo ajeno.

¿Cuántas veces nos encontramos mal, sólo por ver sufrir a nuestros semejantes? Una pena de amor, una amistad que nos decepciona, una humillación personal, etc. En general lo pasamos mal cuando vemos que nuestro prójimo lo pasa mal, despertando en nuestro interior un fuerte deseo de ayudar. A esto nos preguntamos: ¿Qué podemos hacer ante el sufrimiento ajeno; tanto para evitarlo cómo para aliviarlo? Es cierto que para eso están los Gobiernos, pero: ¿y a nivel personal? Deberíamos preguntarnos: “Qué estoy haciendo yo frente a ese sufrimiento que diariamente nos presenta la vida”
Desgraciadamente pocos podemos hacer, sin embargo, en determinadas ocasiones queriendo consolar muchas veces, solo logramos incomodar o forzar un alivio aparente. La naturaleza bien gestionada tiene suficientes recursos para resolver esos problemas y solucionarlos. Si nuestro entorno se degrada, si se despilfarra los recursos en estupideces, si se recortan las ayudas al desarrollo, lo primero es exigir responsabilidades a sus directos responsables. Sirve de poco lamentarse de esos problemas que nosotros contribuimos a perpetuar.
Diariamente, el dolor sufrido por muchos de nuestros semejantes, golpea nuestra conciencia, se mezcla con la indignación e impotencia que muchas veces nos avergonzamos de pertenecer al género humano. Reconozco que plantearse esto, nos hace partícipe y responsable del sufrimiento a que la vida nos presenta.
Y no digamos cuando aparecen los sufrimientos terribles, los ligados al duelo; la muerte de una persona amada o la enfermedad incurable de un ser querido. Estos sufrimientos suelen ser inconsolables: nuestras palabras se presentan “torpes” ante tanto dolor, nuestros intentos de reconfortar nos parecen irrisorios, actuando ante una impotencia, frente al problema que se nos presenta.
En estos casos suele aparecer la llamada “compasión emocional” que va dirigida a ese sufrimiento ajeno, con el simple deseo de eliminar el padecimiento ajeno y sobre todo a intentar producir un estado de bienestar al que sufre. Ante esas situaciones hacen que aparezcan, los llamados “impulsos personales” los cuales van dirigidos a paliar el sufrimiento que percibimos. Esta conducta compasiva genera fuertes reacciones en nuestro ser, que van dirigidas a compadecernos de la situación de nuestros semejantes, queriendo aliviar ese sufrimiento ajeno.
Muchos le llaman “momentos de consolación”. El consuelo es sencillamente esas palabras y gestos que dedicamos a alguien que sufre, cuando no podemos hacer nada para aliviarlo. El consuelo no es una ayuda material concreta para arreglar ese problema, ni una asistencia para disminuirlo: es simplemente tu presencia la que hace que el sufrimiento no se acreciente aún más, haciendo más benévolo esos momentos por los cuales la vida nos ha hecho pasar.
Ese gesto de tristeza y compasión, genera una situación de consuelo y afecto por el ser humano que sufre ante nosotros, y que por mucho que lo deseemos no podemos detener su dolor, sólo mostrarle nuestras condolencias y nuestro afecto. No es fácil saber mostrarse ante esas situaciones, puesto que para compartir ese sufrimiento es necesario aceptar nuestra impotencia para saber actuar, sobre todo cuando quien sufre es un ser querido.

Meditación: Sufrir sin quejarnos es una lección que debemos aprender en esta vida.

viernes, 12 de octubre de 2018

Algo se derrumba.

No sé si a algunos de vosotros os ha pasado esto alguna vez. Sucede, que aquello que era imprescindible deja de serlo de repente. Así sin solución de continuidad. Un día ya no interesa aquello por lo que el día anterior casi hubieras dado tú vida. No es la sensación de una renuncia. No, es justo lo contrario: un día sencillamente, uno mismo se sorprende de la falta de pasión por algo que nos sucede, hasta aquello que, casi un instante formaba parte de tus ilusiones.
            Es como si en vez de ser la persona la que prescindiera de las cosas, fuera las cosas las que nos abandonan, es realmente un abandono indoloro, puesto que uno se queda estupefacto por ese repentino vacío de interés, mientras en verdad, resulta que no era para tanto, que se puede vivir perfectamente sin eso. Y eso que se desvanece pueden ser objetos, personas, gustos, costumbres; en verdad absolutamente de todo.
            Este fenómeno forma parte de algo mucho más profundo. Quizás se deba a que ya hemos andado mucho por el camino de la vida y nos convertimos en un espontáneo filósofo que observamos el mundo con la aceptación y, la distancia de quien se va, se hace cada vez mayor. Un mundo en el que casi todo va valiendo menos. Aquella amistad tan genial, ya no le encuentras genialidad por ninguna parte, o es ese hobby al que dedicábamos horas y horas a la semana ha hecho mutis por el foro.
            Y lo más emocionante, por llamarlo de algún modo, son que esos repentinos desintereses no son previsibles. Nunca sabremos que pueda ser lo próximo que nos abandone. Si me propongo encontrar alguna lógica a esta desbandaba no la encuentro, porque no es solo lo superfluo lo que se desvanece, sino también lo fundamental.
            En los “adioses” siempre debe haber orden, lógica, sensatez, etc. Eso lo dicen los actos y las personas. Ante esto no tengo nada que objetar, simplemente es la razón la que a veces no cuenta, aunque aquellos fueran tiempos sumamente importantes en nuestra vida. Suelen ser momentos en que la armonía que teníamos se rompe. Es como un rompecabezas en el que una pieza no encaja bien ¿Qué ha ocurrido?, ¿Por qué de repente todo se vuelve en nuestra contra? Aquellos pilares fuertes y seguros, se convierten en débiles llenos de grietas. Mis estimados amigos, no debemos rendirnos, ni siquiera cuando perdemos la confianza en que todo volverá a ir bien. Aunque tu mundo esté hecho trizas, recuerda que rendirse no es una opción. ¿De verdad quieres abandonar antes de intentarlo? No esquives el tema, ¡desahógate! Este es el primer paso a afrontar, para que nada se derrumbe.

Meditación: Una flor se marchita, un castillo se derrumba, la verdadera amistad se conserva hasta la tumba.

martes, 9 de octubre de 2018

Utilizar la constancia.

El significado de la constancia consiste en, ir poco a poco, pero nunca desfallecer en el intento. Con el trabajo o el estudio pasa igual, de nada sirve un atracón de horas contra el trabajo bien planificado de forma constante. Hoy desgraciadamente vivimos en un mundo en que “lo quiero y lo tengo”, “lo pido y que me lo den”. Nuestra sociedad de consumo la hemos transformado en una sociedad de inmediatez. 
 Lo más importante para ser constante es realizar tu propia rutina. Esta no ha de ser algo malo y aburrido. Las rutinas pueden ser divertidas, sobre todo si las adaptamos a nuestros gustos. Al principio lo mejor es empezar muy suave, a pesar de la emoción del momento, y no exigirte grandes cosas. A medida que el tiempo avance y ya tengas tu rutina en tu cabeza y lo hagas de forma automática es hora de exigirte más. Lo más importante es crear esa rutina y adaptarnos lentamente, exigiéndonos cada vez un poquito más. 
La poderosa virtud de la constancia, es la perseverancia de insistir día a día. En realidad, es la suma de los días, lo que consigue crear un hábito en nosotros e incorporarlo a nuestra propia naturaleza. Lo importante de esta característica en nosotros como individuos, es que nos ayuda a enfrentar desafíos, a no desistir ante cualquier impedimento, a ser más estables y tenaces en nuestras acciones, evitando las excusas internas para pensar qué si podemos avanzar, así como, culminar lo que hemos comenzado sin posponerlo o dejarlo inacabado. Por otro lado, también nos permite contar con paciencia suficiente para entender, que los logros no son inmediatos, sino el resultado de muchos factores que consolidaremos en el momento oportuno.
Por tanto, no se trata de hacer descomunales actos de sacrificios, simplemente debemos tratar de que; como dijo Pitágoras: “Con orden y tiempo se encuentra el secreto de hacerlo todo, y de hacerlo bien” Así de sencillo podemos interpretarlo, ¿por qué no probarlo? El principal enemigo más fuertes que afecta de manera determinante a la constancia, es el temor o la duda, es decir; enfrentarnos a una nueva situación, pues nos puede llevar al agotamiento físico y mental, por lo que, debemos evitar que ese miedo se imponga sobre la búsqueda de nuestras metas. La mejor manera de lograrlo, es manteniendo un pensamiento firme y controlando el estado de ánimo.
Es posible que la falta de constancia sea uno de los males que nos aqueja en muchos ámbitos de la vida. A veces, buscamos resultados rápidos y abandonamos de manera prematura los proyectos antes de poder cosechar los frutos del trabajo en el que hemos invertido nuestro esfuerzo.
En un mundo donde manda la inmediatez, como decía al principio, y como si todo se hubiera de conseguir por arte de magia, tengamos presente el verdadero sentido de la constancia, la misma que gota a gota, termina por horadar la roca más dura. Sólo debemos practicarla, pero hacerlo día a día. No olvidemos nuca qué si decidimos ponernos en el camino, lo importante es recorrerlo.

Meditación: Si te rindes hoy de nada habrá significado el esfuerzo del ayer.

viernes, 5 de octubre de 2018

¡Por qué nos mantenemos así!

Intentaré expresarme, aunque comprendo que no me será nada fácil.  En primer lugar, considero que a veces nos mantenemos así, debido a cualquier situación personal que permanece en nuestro subconsciente. Liberarnos de “ello” sería fácil, pero cuando nuestro otro “yo” nos atenaza, permanecemos sujetos a dicha situación. Así cuando mantenemos ese estado, nos asentamos en el “ahora” y nos hace imposible deshacernos de un nuevo propósito. Si lo miramos bien, todos esos caminos nos llevan a un sufrimiento subjetivo ante el cual, nuestro interior no es el que deseamos
En el intento de manejar este deseo, nuestro sentido común, sólo nos conduce a dos alternativas posibles: frenarla y desistir de dicha situación o permanecer fijo a esa contradicción. Cuando en verdad no sucede “nada”; ¿por qué convertir las cosas en problemas?   ¿Ya la vida no es lo suficientemente dura tal como es? Nuestra mente está continuamente “trabajando” y es cierto que le encanta los problemas. Ante esto, significa que constantemente le damos vuelta a “ese” problema de carácter subjetivo como anteriormente decía y nos es muy difícil plantearnos un nuevo propósito, para convertirlo en algo positivo, es decir para no mantenernos así.
No es casualidad, pero muchas de las estrategias que solemos proponernos desde ese punto de vista, están encaminadas a una de las dos tendencias antes descritas. Todo apunta a que continuamente no estemos dispuestos a dejar esa situación de “enojo” personal, el cual sólo nos hace generar dolor a nosotros mismo, ya que no somos capaces de poner límites a esa conducta irracional.
Verás; este tipo de situaciones hacen que no nos sintamos tranquilos. Me explico: a veces detrás de nuestras pasiones; es decir cuando las mantenemos de forma permanente, y no conseguimos establecer esos límites, y aunque esa actitud, nos moleste, perpetuamos empeñados en no dejarnos vencer por la razón, consiguiendo, que con el tiempo se intensifique cada vez más.
En el fondo es una triste situación emocional, ante la cual, la mente no se para a razonar. Como decía anteriormente la mente sólo desea problemas, y así caemos en el más profundo abatimiento, generando una “entrega” y una “derrota” ante nuestro verdadero “yo”. Ambas sensaciones nos provocan en el fondo un malestar, pensando a veces en establecer esos límites de los cuales me refería en párrafos anteriores. Esa pertinaz negación ante la verdadera razón, es solo un vano intento, llegando a la posibilidad de no reaccionar, manteniendo esa postura y pensando: “no debería haber sucedido, pero, sin embargo, ocurrió”
Es justo reconocer que, por difícil que parezcan determinadas situaciones, siempre podemos salir de ellas, a través de la cual nos encontraremos fortalecidos. Cuando nos enfadamos, preguntémonos por qué y, si merece la pena ese motivo. Cuando estamos enojados nuestra mente “escucha voces extrañas” ¡Por favor, no nos guiemos por esas “voces” y no pretendamos ir hacia el futuro, mirando hacia atrás! Pues contra esto, siempre nos será difícil descubrir las causas de nuestros problemas internos, debido a que cuando nos mantenemos ante un estado irracional, ese enojo siempre nos pasará factura y es cuando deberíamos elegir entre reaccionar o responder. Reaccionar es instintivo, responder es razonar. 

Meditación: A veces es preciso comprender que “todo no está mal”

lunes, 1 de octubre de 2018

La libertad de los sueños.

Cuando soñamos, cosa que no se nos da con frecuencia, se nos aparece un impulso o intuición de hacer aquello que durante mucho tiempo estuvimos pensando, a pesar de que lo vemos de diferente manera, y sobre todo ante un aspecto de libertad, viendo que tenemos unas posibilidades de elección que en la vida real no podemos escoger, ni siquiera se nos permite asumir las consecuencias.
            Nos transportamos a tiempos y lugares remotos; lugares donde en nuestra vida real jamás pudiéramos pensar que llegáramos. Así a través de todos estos mecanismos,  prodigiosamente organizados y sin saber cómo, nos permiten abrirnos a un mundo de libertad a través de los sueños.  A veces tenemos la sensación de poseer un conocimiento profundo que daría sentido a toda nuestra vida, conocimientos que olvidamos al despertar o que nos parecen incoherentes. Son momentos en los que la intuición se vuelve una herramienta fundamental. Es la voz en tu interior la que te guía a una dirección determinada, la que te susurra al oído “esto no es lo que quiero”, o “esto es lo que de verdad deseo”.  Aunque sin saber de qué manera tenemos la sensación de poseer un profundo conocimiento de estar “dentro” de ese sueño que vemos que nos da un nuevo sentido a nuestra vida.
            Ante el transcurso del sueño nos predisponemos a una lectura sosegada de todo aquello que vamos “viendo” sintiéndonos treméndamente relajados, el cual vamos siguiendo órdenes de nuestra mente. Así decimos que a veces, los sueños nos proporcionan un conocimiento real, o quizás una visión de un futuro que es posible que acontezca en realidad.  Si al levantarnos observamos que todo lo recordamos, es posible que sea un “puente” de conexión entre el inconsciente y el consciente. De esta manera el alma emplea ese “puente” para decirnos lo que necesitamos saber. Quizás a través del sueño sea posible entender el estado de nuestro cuerpo y que actividad puede influir en nuestros pensamientos. Desde esa perspectiva podemos intuir que nuestro cuerpo está dividido en mente y cuerpo, y que a través del sueño ambos  actúan en completa libertad, viéndolo todo sin ataduras.
            Cuantas veces pretendemos comprender la llamada de “ese sueño” sobre todo cuando es agradable o cuando se nos presenta como un “regalo” en nuestra vida viéndonos correspondido con ese “regalo”.  Sin embargo otras veces no es tan fácil, porque lo que llega, se percibe por una falsa interpretación, convirtiéndose entonces en una auténtica pesadilla. Por eso cuando el alma llama con intensidad, eso indica que el “regalo” que trae, tiene un gran valor y merece haber esperado tanto tiempo.
            A través de los sueños nos embriagamos de afecto, de amor, de amistad, etc. Y aunque éstos no eliminan la soledad, la hacen soportable.  Así decimos: “con los sueño esperamos ese momento y ese momento no acaba de llegar”. En ocasiones ese sueño nos desalienta ante la imposibilidad de conseguirlo, aunque comprendamos que sin los sueños la vida no sabe a nada.

Meditación: Los sueños son tan importantes, que nada se hace sin que antes se imagine.