sábado, 27 de julio de 2019

Crear confianza.


La confianza es la mejor manera de estar convencido de que somos capaces de realizar buenas acciones. Así podemos decir que la confianza es como un proceso de auto superación de enfrentarnos a dos tendencias fundamentales. La consolidación de la necesidad de tomar un cambio en tu vida y la relación de la incertidumbre que pueda generar; este es un concepto muy necesario en nuestro desarrollo personal. Por tanto, nunca llegará el éxito a mejor nivel sino alcancemos a través de una plena confianza, para poder lograrlo.
Una de las cosas más poderosa que podemos tener se llama confianza. Todos en la vida necesitamos de la confianza, debido a que esta es el eslabón perdido que consolida   nuestras relaciones. Así es, cuando solemos decir; “no me fío de nadie”, ya que ante el compromiso de querer ganar “algo” es preferible aportar algo de confianza. ¿Cuántas veces un proceso de confianza se desarrolla ante el entorno de alguien al que no conocemos, llegando a compartir intimidades con personas que no hemos visto nunca, e incluso la desarrollamos en un tiempo record? Es entonces cuando pronto aflora la desconfianza, ya que estamos inmersos en un ámbito generacional de múltiples tecnologías, las cuales sólo nos aportan desconfianza.
Cuántas veces al comenzar una nueva tarea nos preguntamos si seremos capaces de lograrlo y entonces nos asalta la duda y, al poco de estimarla, la idea queda inconclusa porque nos faltó confianza en nosotros mismos. Todos hemos cometido errores en nuestra vida, todos hemos tenido malos momentos y vivido situaciones que nos gustaría olvidar.  Nunca olvidemos que las llamadas malas experiencias son parte de la vida.
De esta forma podemos sacar en conclusión que no todo es sencillo. Nada que sea bueno es gratis y las mejores cosas a veces no son eternas. En mi opinión nacemos confiados y, luego con el tiempo se nos enseña a desconfiar, de lo que nos dicen de la propia experiencia y de las experiencias prestadas de otros.
Cuando existen amistades profundas, de esas que uno encuentra apenas algunas veces en la vida… siempre perduran. Aunque no se hablen quizás en semanas, meses o años. Siempre existen palabras de silencio. Porque los silencios jamás callan. Son más elocuentes que el mejor de los discursos. Los silencios se mantienen en un profundo desencuentro y a veces se convierten en un pensamiento constante, manteniéndose inerte en el recuerdo, aunque jamás pronunciemos una sola palabra. Debemos tener presente que muchas veces los silencios hacen más daños que las propias palabras. 
Por eso me pronuncio que la confianza en uno mismo nos ayuda a sentirnos más seguros, con capacidad de superación y fortaleza para poder lograr nuestros objetivos. Pero, además, este sentimiento de bienestar interior también se nota en las relaciones interpersonales. Por ejemplo; la amistad y el amor, sin son verdaderos, siempre serán muchos más gratificantes. 
Tengamos presente que, tener confianza en uno mismo forma parte de tu bienestar, de tu satisfacción personal y todo se vuelve necesariamente para mejorar tu propia vida.

Meditación: Aprender a confiar es una de las tareas más difíciles de la vida.

sábado, 20 de julio de 2019

El poder de una sonrisa.


Aunque nos parezca una simpleza, deberíamos tener en cuenta que el simple hecho de sonreír, ya nos pone de buen humor, consideremos que cuando nuestro cerebro está contento, manda sonreír al rostro. Es la mejor manera de estar en el mundo y a veces cuando pensamos en alguien sonreímos, aunque sepa que posiblemente ni siquiera esté pensando en mí. Así nos adaptamos a las situaciones que la vida nos presenta para no estar permanentemente en rebeldía.
Sonreír no sólo es bueno para nosotros mismos, sino también para la gente que nos rodea, ya que produce el denominado "efecto espejo". Si nosotros le sonreímos a una persona, con casi total probabilidad, esta persona te devolverá la sonrisa. No cabe duda que la sonrisa de otro, también nos hace sentirnos mejor.
El simple gesto de sonreír ya produce un cambio. Por eso, cuando alguien está pasando por un mal momento, es beneficioso hacer que sonría. Así la sonrisa no es solo una prueba de que somos felices, puesto que sonreír con dulzura ante los demás, también mejora nuestro humor. Aunque a veces, ¿cuántas veces nuestro interior está tremendamente triste y sin embargo afloramos ante los demás un rostro sonriente?  Dibujar una sonrisa entre nuestros labios, siempre mejora nuestro humor, haciendo que los demás se nos acerquen con más amabilidad. Pensemos que una sonrisa no nos cuesta nada en términos de dinero, tiempo o esfuerzo, pero es verdad que literalmente puede tener extremada importancia en nuestra propia vida. Un comentario gracioso, una expresión o un simple juego de palabras en un momento determinado puede ayudar mucho mejorar el ambiente que nos rodea y hacernos sentir bien. Escucha a los demás y adopta una postura que facilite siempre un ambiente distendido.
El sentirse de buen humor, es también un acto de resistencia; si carecemos de esa posibilidad nos sentiremos oprimidos, notando una imposibilidad de soportar el día Si lo comprobamos, todos somos más felices cuando estamos con alguien que nos sonríe. La risa es altamente contagiosa, por eso deberíamos estar siempre dispuestos a practicarla, así nos encontraríamos con mejor humor y al mismo tiempo estaríamos más “sanos” emocionalmente. Cuando nos reímos sentimos una sensación de regocijo que siempre suele terminar con estridentes carcajadas, que fortalecen el corazón y sobre todo relaja nuestra mente. La risa posee un poder contagioso, es bueno comenzar el día, con una sonrisa a la naturaleza y así sentiremos que todo parte mejor y posiblemente nuestras ideas puedan quedar más claras.
Es frecuente que nos encontremos con un amigo que no está pasando por su mejor momento; y al preguntarle: ¿cómo estás?, posiblemente nos diga “bien”, mientras que a través de su rostro nos dibuje una leve sonrisa. Sin embargo, tú sabes que se encuentra mal, que tiene problemas y que por su mente rondan muchas preocupaciones.
El sentirse de buen humor, es también un acto de resistencia; si carecemos de esa posibilidad nos sentiremos oprimidos, notando una imposibilidad de soportar el día. Así mis estimados amigos: sonreír para borrar y olvidar lo que nos duele, es la mejor forma de avanzar en esta tormentosa vida.

Meditación: No existe mejor pregunta que una mirada, ni mejor respuesta que una sonrisa.

domingo, 14 de julio de 2019

¿Por qué estamos tristes?


Verás: es algo que nos ocurre a menudo, y no encontramos la razón. Según las teorías: la tristeza es una de las emociones que acompaña al ser humano durante periodos de nuestra vida. ¡Cuántas veces la tristeza nos embarga sin saber, cómo ni cuándo! Son días de profunda apatía y desánimo que nos afecta de tal modo, complicando nuestro desarrollo diario. Todo ello, nos desespera y nos hace que caigamos en una profunda tristeza de la que es difícil salir, diciendo: “hoy estoy triste y no sé por qué”
De esta manera se entiende que la tristeza va muy de la mano de la forma en que se vive o de algunos motivos específicos que pasaron por nuestra vida. Sin embargo, este sentimiento no siempre se presenta igual, puesto que no es lo mismo estar triste que vivir una depresión. Debemos entender que la tristeza no es una estación que llega a nuestra vida y, no podemos salir de ella. Aprendamos a sentirnos de esa manera y combatirla a fin de dominarla para salir de ese estado.
Lo cierto es que, ante este estado, nuestro “yo” se debilita al sentir que nadie de los que nos rodean se percibe del esfuerzo o las circunstancias por la que estamos pasando. También es posible que nos afecte a veces el estado amoroso, puesto que las rupturas pueden llevarnos a sentirnos ante un desprecio inmerecido, pensando que nuestra presencia a nadie le importa.
En estos casos es de vital importancia, reflexionar sobre si hay algún motivo que justifique nuestro estado de ánimo, con el objetivo de identificarlo y darle solución, siendo natural muy beneficioso, pero sin llegar a convertirlo en una cadena de pensamientos negativos, con la intención de buscar soluciones, para no permanecer en ese estado.
Es cierto que estar triste no es nada agradable. La mayoría de nosotros, cuando estamos tristes, lo que queremos es dejar a un lado esas ideas negativas y pensar en algo positivo. Cuantas veces no sabemos por qué estamos tristes y de qué manera cambiar nuestros sentimientos. La tristeza es una de las emociones más frecuentes en los seres humanos y se puede desencadenar por miles de motivos. El hecho de llorar o expresar nuestros sentimientos está mal visto por buena parte de la sociedad, sin embargo, es lo que muchas veces necesitamos para sentirnos mejor.
Por tanto, deberíamos estar preparados para cuando nos aborda la tristeza, elaborar una lista de recuerdos agradables como: aquellos juegos de juventud, aquellas melodías que nos hacía soñar o incluso aquella bonita amistad que nos proporcionaba una tremenda ilusión, etc. Cualquier cosa que nos permita sentir la calidez de una emoción positiva, generando al mismo tiempo un sentimiento en nuestro corazón. Mis estimados amigos: intentemos revivir de nuevo aquellos recuerdos felices. Todo bastará para paliar nuestro estado, haciendo huir el “desgarro” de la tristeza.
No todos los días son iguales; por eso os digo; que cuando nos llega “ese día triste” y nada nos sale bien, nuestro estado de ánimo se aflige de tal manera que es muy difícil “seguir adelante”, es entonces, cuando tenemos que recordar aquellos momentos que nos ilusionaron y nos hicieron felices, aunque tengamos muchas razones para sentirnos así.

Meditación: Guarda la tristeza para ti mismo y comparte la felicidad con los demás.

lunes, 8 de julio de 2019

¡Qué nos gusta agradar!


Es cierto que nos esforzamos por ser aceptados y reconocido por los que nos rodean… Sin embargo, ¿qué sucede cuando nuestro carácter, prioridades o ideas no encajan con las de alguien? Muchas personas buscan la aprobación de su entorno con desesperación. Sin ella son incapaces de tomar decisiones, de elegir por sí mismas sin dudar y de sentirse seguras con sus elecciones. El problema es que esto destruye la propia autoestima poco a poco, además de que intentar gustar y agradar agota.
Deberíamos asumir que es mucho más rentable comprender que no podemos gustar a todo el mundo, y centrarnos siempre en las personas que sí nos entienden y nos aprecian. Así, cuando intentamos gustar y agradar a los demás lo que recibimos, en la mayoría de las ocasiones, es rechazo. Un rechazo que nos duele y que choca con la creencia de “si soy como los demás, más me querrán” Esta disonancia entre creencias, y suposiciones es la respuesta que recibimos, haciendo que nuestro pesar y sufrimiento se incremente.
Existen personas que pasan mucho tiempo dedicando muchos esfuerzos en conseguir agradar a los demás. Los intentos por dar una buena imagen, para ser aceptados, valorados y queridos por los demás, llegan a convertirse en una verdadera obsesión que, cuantas veces nos conducen hacia conductas de límites muy peligrosos. Pero, ¿por qué es tan importante agradar a los demás? No cabe duda que todo radica en sentir la necesidad extrema, casi enfermiza de ser aceptados por los demás. Todas las personas tienen necesidad de pertenecer a un grupo social y ser aceptados por el mismo.
En algunas personas, esto es innato ante sus formas de ser, y sólo unos pocos afortunados tienen la dicha de manifestarse de una forma agradable, a veces por su presencia, su forma de expresarse y a veces sólo por su forma de hablar implican todo un conjunto de cualidades, llegando a establecer una forma de irremediable atracción, las cuales no son ni más ni menos, sistemas de cortesía que generan ante los demás situaciones  agradables, proporcionando ante sus semejantes un estado de atracción y confianza. Debemos presentarnos ante los demás, de una forma natural, y sin apenas darnos cuenta nos mostramos con una percepción limpia de perjuicios, situándonos en todo momento y acompañado de una actitud liberadora; por tanto, también “eso” es un atractivo físico, el cual siempre estará a nuestro favor, Aparentar de forma sencilla, no es tan fácil como parece, debido a que siempre debemos actuar de forma natural y nunca ante una actitud fingida.
Pensemos que siempre debemos ser apreciado no por nuestro atractivo físico, sino por nuestra condición personal, por nuestra forma de ser y, sobre todo, manifestarnos con auténtica sencillez ante los demás, no perdiendo el tiempo en buscar segundas intenciones o significados en actitudes simuladas. Posiblemente, la manifestación y la forma más clara de un buen atractivo de agradar, es el más claro exponente de tu sencillez, ya que tú forma de ser, sólo la encontrarás en tu propia condición personal ante los demás.
Consideras que las comparaciones son uno de los principales enemigos de la felicidad, ya que, como se dice: “no podemos ser otra persona” y casi siempre con el agravante de que a menudo tratamos de compararnos con los de “arriba”, lo cual nos lleva a la frustración.

Meditación: Tenemos la sensación de qué si no gustamos a todo el mundo, no seremos aceptados.

martes, 2 de julio de 2019

Los presentimientos.


Todos alguna vez hemos tenido la sensación de que aquello que presentíamos y que realmente estaba sucediendo, no era normal, (es decir no entraba dentro de la lógica). Incluso a través del paso del tiempo, nos vamos convenciendo de que aquello no podía suceder o no podía ser real. A esto le llamamos corazonadas, o presentimientos. Es decir, es una forma de premonición; aunque no me estoy refiriendo a grandes acontecimientos, sino a situaciones personales que nos involucran. Son esas suposiciones que vivimos y que de alguna forma presentimos, que puedan suceder.
En general los presentimientos son el resultado de las emociones que surgen de alguna información vivida interiormente, y que posteriormente la comparamos con   recuerdos almacenados. Sentir una corazonada es agradable, pero te hace soñar; te permite ir más allá de los límites de la realidad y también, de la lógica. Incluso puedes llegar a sentirte más iluso al compás del deseo que te renueva por dentro. (En pocas palabras: te lo crees) Siempre ese deseo te conectará por dentro de una forma clara con tu felicidad y por supuesto con todo aquello que de verdad te importa. Seguir una corazonada, nos muestra una actitud de valentía e ilusión.
¡Cuántas veces nos preguntamos! ¿Podemos fiarnos de los presentimientos? ¿Podemos seguir el consejo arrebatador del corazón, sin hacerle caso al cerebro? Desgraciadamente no disponemos de recetas válidas. La intuición acierta, pero también se equivoca, aunque algunas de nuestras corazonadas son simples presentimientos sin base alguna y en algunos casos se derivan de simples procesos mentales. Las fuerzas de las corazonadas se hacen visible en algunas personas que, sin conocimiento, aciertan sistemáticamente en sus opiniones y decisiones, como si dispusieran de un detector oculto de aciertos o de un “olfato especial”.
En definitiva, los presentimientos están íntimamente relacionadas con nuestros procesos de carácter inconsciente. No solamente aprendemos de una forma consciente, sino de las diversas experiencias que nos van surgiendo a lo largo de nuestra vida e incluso ajenas, puesto que, sin darnos cuenta, van tomando buena nota. A veces no nos podemos explicar racionalmente, pero muchas veces comprobamos, a tiempo más tarde, que nuestras primeras impresiones fueron acertadas.
Decimos que hay personas con más poder de premoniciones que otras, y es cierto. Efectivamente existen personas muy observadoras poseyendo fama de tener más intuición que las personas más cerebrales. En realidad, puede ser también que existan personas que actúan más en consecuencia de lo que les dicta su intuición y otras que actúan más a través de convicciones racionales
A decir verdad, el presentimiento es un sentimiento confuso íntimamente ligado a la intuición, y que puede advertirnos del posible fracaso de una idea, o también del conocimiento de alguien en nuestra vida, no necesariamente ligados a situaciones peligrosas. Un presentimiento puede llevarnos a tomar decisiones correctas, e incluso a conocer personas muy positivas en nuestra vida.

Meditación: La vida no te pregunta si quieres ser fuerte, la vida te obliga a serlo.