lunes, 29 de octubre de 2018

Tu vida es solo tuya.

Pensemos que nuestra vida es sólo nuestra, y que sólo tú eres el único responsable de como la utilices. Mirándolo desde un punto metafísico, no solo debemos tener en cuenta lo que debemos hacer con ella, sino también como podríamos haber llegado a mejorarla. Es decir, el ser humano debe intentar por todos los medios realizar a través de sus actos, tratar de conseguir lo mayores beneficiosos para ella, ya que con ese propósito nos haremos partícipes de llegar a encontrarle un verdadero sentido a nuestra vida. Además, tenemos que aprender a dar la bienvenida a los obstáculos, que diariamente se nos presentan, potenciando automáticamente de esta manera nuestra capacidad para encontrarnos con aquellas dificultades a las que nos enfrentamos a lo largo de ella. Muchos, nos arrepentimos a una determinada edad, de no haber hecho aquello que realmente queríamos cuando éramos jóvenes. Y no porque no hayamos podido corregir ciertas decisiones, sino porque el tiempo se ha cumplido de forma irremediable y ya nos es imposible que vuelva.
Tu vida es como una cuenta en un banco, ésta requiere tener un propósito de obtener rédito con el fin de saber organizarla ante un enfoque bien dirigido para que en su momento puedas disfrutar de ella. Ese “banco” no admite transferencias. Cada noche se hace balance y se cierra. Si no utilizas tus “depósitos”, las pérdidas se acumulan, y te das cuenta de que no puedes echar marcha atrás. Nadie te puede dar un préstamo, porque que solo tú, eres el administrador de esa cuenta que en definitiva es tu propia vida. Cuántas veces decimos” el tiempo pasa volando”. La velocidad con que transcurre nuestras vidas es a veces subjetiva, así observamos que existen personas que desearían seguir viviendo en una adolescencia eterna, porque consideran que ese tiempo fuera los únicos momentos buenos de su vida.
No obstante, existen tendencias; por así llamarlas, que se consideran como básicas para poder evaluar una vida como poseedora de calidad, aquellas que fundamentalmente nos produce la satisfacción de las necesidades tal y como la vida nos la plantea, y ello queda en evidencia si se le pregunta a una persona, ¿qué es calidad de vida? muchos lo relacionan con el acceso a un trabajo digno y bien remunerado que les permita acceder a bienes y servicios básicos como vivienda, educación, salud, nutrición, servicios públicos, movilidad vial, recreación, seguridad, entre muchos otros.
Pero siempre debemos tener en cuenta las adversidades que no golpean; todos atravesamos emociones muy poderosas. Es conveniente expresar dichos sentimientos, ya sea contándoselos a un amigo o "volcándolos" en un papel en blanco. De esta forma es realmente esencial para recuperar el equilibrio. Existen varias maneras de enfrentarse a las dificultades: afrontarlas o ignorarlas. Afrontarlas es analizar el problema y las circunstancias que lo causaron, buscar una solución, y encontrar la salida del mismo. Si por el contrario, decidimos cerrar los ojos y hacer como si no existieran, los problemas no desaparecerán, seguiremos sufriendo inútilmente, y además, los problemas sin resolver se irán acumulando, hasta generar una sensación de dolor, estrés frustración, angustia, etc. A través de nuestra propia vida, es posible que en determinados momentos tengamos tendencias a buscar y esperar rápidos resultados concretos de nuestro trabajo interior. Pero con frecuencia se nos olvida que la vida es un fiel reflejo de como tú la has tratado y sus resultados ni más ni menos son las consecuencias de tu paso por ella. Así mis estimados amigos, desgraciadamente a lo largo de toda ella, sólo te puede ofrecer lo que tú les has dado.

Meditación: La vida es muy simple, pero nos empeñamos en hacerla difícil.


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