Pensemos que
nuestra vida es sólo nuestra, y que sólo tú eres el único responsable de como
la utilices. Mirándolo desde un punto metafísico, no solo debemos tener en
cuenta lo que debemos hacer con ella, sino también como podríamos haber llegado
a mejorarla. Es decir, el ser humano debe intentar por todos los medios
realizar a través de sus actos, tratar de conseguir lo mayores beneficiosos
para ella, ya que con ese propósito nos haremos partícipes de llegar a
encontrarle un verdadero sentido a nuestra vida. Además, tenemos que aprender a
dar la bienvenida a los obstáculos, que diariamente se nos presentan,
potenciando automáticamente de esta manera nuestra capacidad para encontrarnos
con aquellas dificultades a las que nos enfrentamos a lo largo de ella. Muchos,
nos arrepentimos a una determinada edad, de no haber hecho aquello que
realmente queríamos cuando éramos jóvenes. Y no porque no hayamos podido
corregir ciertas decisiones, sino porque el tiempo se ha cumplido de forma
irremediable y ya nos es imposible que vuelva.
Tu vida es como
una cuenta en un banco, ésta requiere tener un propósito de obtener rédito con
el fin de saber organizarla ante un enfoque bien dirigido para que en su
momento puedas disfrutar de ella. Ese “banco” no admite transferencias. Cada
noche se hace balance y se cierra. Si no utilizas tus “depósitos”, las pérdidas
se acumulan, y te das cuenta de que no puedes echar marcha atrás. Nadie te
puede dar un préstamo, porque que solo tú, eres el administrador de esa cuenta
que en definitiva es tu propia vida. Cuántas veces decimos” el tiempo pasa
volando”. La velocidad con que transcurre nuestras vidas es a veces subjetiva,
así observamos que existen personas que desearían seguir viviendo en una
adolescencia eterna, porque consideran que ese tiempo fuera los únicos momentos
buenos de su vida.
No obstante,
existen tendencias; por así llamarlas, que se consideran como básicas para
poder evaluar una vida como poseedora de calidad, aquellas que fundamentalmente
nos produce la satisfacción de las necesidades tal y como la vida nos la
plantea, y ello queda en evidencia si se le pregunta a una persona, ¿qué es
calidad de vida? muchos lo relacionan con el acceso a un trabajo digno y bien
remunerado que les permita acceder a bienes y servicios básicos como vivienda,
educación, salud, nutrición, servicios públicos, movilidad vial, recreación,
seguridad, entre muchos otros.
Pero siempre
debemos tener en cuenta las adversidades que no golpean; todos atravesamos
emociones muy poderosas. Es conveniente expresar dichos sentimientos, ya sea contándoselos a un amigo o "volcándolos" en un papel en blanco. De esta forma es
realmente esencial para recuperar el equilibrio. Existen varias maneras de
enfrentarse a las dificultades: afrontarlas o ignorarlas. Afrontarlas es
analizar el problema y las circunstancias que lo causaron, buscar una solución,
y encontrar la salida del mismo. Si por el contrario, decidimos cerrar los ojos
y hacer como si no existieran, los problemas no desaparecerán, seguiremos
sufriendo inútilmente, y además, los problemas sin resolver se irán acumulando,
hasta generar una sensación de dolor, estrés frustración, angustia, etc. A
través de nuestra propia vida, es posible que en determinados momentos tengamos
tendencias a buscar y esperar rápidos resultados concretos de nuestro trabajo
interior. Pero con frecuencia se nos olvida que la vida es un fiel reflejo de
como tú la has tratado y sus resultados ni más ni menos son las consecuencias
de tu paso por ella. Así mis estimados amigos, desgraciadamente a lo largo de
toda ella, sólo te puede ofrecer lo que tú les has dado.
Meditación:
La vida es muy simple, pero nos empeñamos en hacerla difícil.
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