lunes, 21 de marzo de 2016

¿Por qué lo dejaste a media?

            Sí, me refiero a la lectura de un libro. Me explicaré: cuando leemos un libro, el autor nos deja parte de su vida. Posiblemente te consideres un consumado lector o quizás hayas leído poco, pero seguro que alguno habrás leído. Ese libro que ilustra este artículo, te invita a que lo consideres como “la metáfora de una vida” ante la cual el autor te hizo sentir emociones llenas de alegrías. ¿Porque no? Te hizo recordar momentos que jamás podrás borrar ya de tú subconsciente.
            ¿Cuánto tiempo hace que lo dejaste? ¡Mucho tiempo verdad! ¡Quizás años! ¿Por qué no retomarlo de nuevo? A veces queremos encontrar mil razones, para no emocionarnos con aquellas palabras que siempre estarán en lo que ya has leído. Es una verdadera pena dejarlo así y quedar en la incertidumbre de no desear conocer lo que contiene aquello que aún te queda por leer.
             Parte de lo que su autor escribe son emociones vividas y muchas veces, sin poderlo evitar surgen lágrimas. Sí, lágrimas de alegría, ¿pero cuántas veces son lágrimas de dolor? de ese dolor que en la primera parte del libro relataron momentos que jamás  ya no puedes eludir de tu mente; pero piensas que esas lágrimas quedaron marcas con  cicatrices que jamás la podrás borrar. Así cuando escribimos nos parece que por mucho que lo intentemos no somos capaces de llegar al nivel deseado para hacer sentir al lector aquello que de forma imperativa pudo ser real o imaginario, sólo  intentamos que su lectura no deba quedar interrumpida, sin saber cuándo la intentarás retomar.     
             Algo te interesó, cuando después de haber leído parte de ese “hipotético libro”; no dejaste el clásico separador que nos suelen dar en la Feria del Libro, ni una estampita milagrosa, ni doblaste una punta de sus hojas. Acto que nunca deberíamos hacer con un libro, puesto que sería una tremenda falta de respeto hacia el autor. Piensas siempre que ese “libro” es parte de la vida del que lo narró y tú voluntariamente quisiste interesarte por él. ¡No lo maltrates! De todas formas; ¡Gracias por haber puesto una flor! Aunque es posible que después de tanto tiempo esa flor esté marchita, pero siempre y, en cualquier momento puede ser restituida por otra “bella flor” para que de esa manera, puedas continuar esa lectura que tanto te impresionó, puesto que leíste casi medio libro, o dicho de otra forma, supiste “media vida” del autor. Piensas que si lo dejas para siempre de esa manera, jamás podrás conocer la verdadera identidad de su autor.   
            A veces es maravilloso tener un libro entre las manos, piensa que cada hoja de ese libro, puede ser un mensaje que el autor te desea comunicar. ¡No lo dejes a media! Si de momento no pudiste asimilar su contenido, tómate un tiempo, pero por favor: ¡No tanto! ¡No lo dejes! Piensas que parte de sus sentimientos, los dejaste en ese libro.
            Esas páginas que aún te quedan por leer, pueden contener  una profunda realidad y la palabra escrita hace que supere tu empatía con el resto de la gente, y de esa manera “ablandará tú corazón”. Todo es debido a que el autor deseó transmitirte esa confianza, o es posible que su léxico no fuera lo suficientemente explícito, por lo cual lo abandonaste. ¡Sólo si continúas su lectura, comprenderás muchas cosas que pudiera ser que nunca llegaste a entender!
            Piensas siempre que cuando te comprometes a leer un libro, es un compromiso que te unen lazos de amistad con el autor. Ahora te vuelvo a decir: ¿por qué lo dejaste a medias? ¡Se valiente y retómalo de nuevo! ¡No te arrepentirás!

 
 
Meditación: Toda nuestra vida está en el relato de un “libro”, si lo empezaste no lo dejes a medias.

sábado, 19 de marzo de 2016

¿Enconstraste algo de valor?

             A veces me sucede; pongo un título y no sé cómo comenzar a desarrollarlo. Sólo necesito unos compases de música ambiental. Sin ella no sé qué sería de mi vida. Para todo la necesito. La música actúa en mi subconsciente, quedándome atrapado en una especie de mensaje que me hace llegar a momentos verdaderamente insospechados.  Ella hace que “pase” por mi vida, haciendo reconstruir, trozos, episodios, épocas, o quizás pequeños momentos, que merecen la pena destacar. Y francamente no encuentro otra manera de escribir. Sí, es la única forma de apreciarlos de nuevo, haciendo que sólo por el mero hecho de escribirlos, ya lo estoy viviendo de nuevo.
             Si al escucharla sentimos evocar algún sentimiento, te aseguro que merece la pena recordar si encontramos algo de valor en nuestra vida. Sin darnos cuenta, esa melodía va calando en nuestro interior, creándonos una atmósfera de sosiego, otras de desesperanza, otras, por qué no decirlo, de momentos de lágrimas, al sentirnos entristecido de forma que se apodera de nuestro ser, una angustia difícil de explicar. Sólo esa continua melodía, tiene el poder de apagar esas frustraciones que aparecieron en mi vida, y que sólo pueden ser conjuradas por el sencillo arrullo de esa música que siempre hace que me sienta vivir en paz.     
             A pesar de todo, no hace mucho tiempo escribí algo sobre nuestro pasado. Es decir; nunca deberíamos olvidarlo, ya que “ese pasado” no es ni más ni menos que nuestra propia vida. ¡No lo olvidemos nunca! Nuestra vida, decimos “es corta” y vemos que el tiempo se nos acaba, pero si meditamos detenidamente, también observamos, que hemos tenido mucho tiempo para haber realizado algo más, ¡Pero no quisimos! ¿Por qué? Volviendo al título del artículo: ¿Encontraste algo de valor? Sí, me refiero al transcurso del tiempo de nuestra vida. ¡Yo diría que sí! Alguna cosa, algún objeto, algunas palabras o posiblemente alguna persona. Y pregunto: si algo tenía que te interesaba, ¿por qué lo desechaste. Por insignificante, por desprecio, por rencor, por miedo, o quizás por  propio orgullo personal. ¡Vaya Ud. a saber! Lo cierto es, que todos necesitamos siempre de alguien, por inferior que le consideremos.
              No es la primera vez que lo menciono, pero a través de mi vida, estudié Música en el Conservatorio de Cádiz. No me he dedicado profesionalmente a este tipo de actividad, sólo lo necesitaba, como un complemento personal. También en cierta ocasión creo haber citado que en un momento determinado y después de haber pasado por aquellos Estudios, encontré a personas, que sin saber nada de Música me enseñaron a comprender y entender ciertas facetas de este bello Arte, del cual desconocía por completo. Como la sinfonía necesita de sus notas, el libro de sus palabras y el mar de cada gota de agua, por pequeñas que sean, todos necesitamos aprender de “aquel” que por azar encontramos en nuestra vida. A pesar que, de todo esto hace ya muchos años, siempre estaré agradecido a lo mucho que me enseñó. Pero cuando los recursos se agotan, sólo nos queda, marcharnos con nuestros propios recuerdos e intentar olvidar aquellas palabras que nuca sirvieron para nada.
 
 Meditación: Nunca se olvida a una persona, simplemente se aprende a vivir si ella.

 

miércoles, 16 de marzo de 2016

¿Te conoces cómo eres?

           ¡Vaya; ¡si no me conozco yo, quién me va a conocer! Pero no me negarás que en alguna ocasión has pronunciado esta frase; “A veces ni yo mismo me conozco! Te has preguntado, ¿por qué reaccionas así? Será por no pensar que vivimos acelerados, o que sea posible que no nos hayamos parado a pensar que con dicha actitud hacemos daño. Vaya Ud. a saber. ¿Es tu caso?  Si es así, sólo pensando y reflexionando, puedes descubrir lo que no funciona en tu vida y procedes a cambiarlo.
         Todos conocemos, por propia experiencia, los efectos paralizadores de las preocupaciones, que nos pueden anular nuestra capacidad de concentración y la facultad de tomar decisiones. Es justo reconocer que es una forma rápida y sencilla de acabar con el “tema”. Decimos: “yo soy como soy, y eso es  lo hay” Podría preguntarte: ¿Por qué no reflexionas?, es posible que puedas mejorar tu forma de ser, y comprendas que esa no es la actitud adecuada. Si dejas pasar un problema sin resolverlo semanas y semanas, con el tiempo no tendrás un solo problema, sino muchos, y cada vez más complicado será encontrarle solución.
             Si tienes dudas: ¿por qué no te propones cambiar? Si como anteriormente me dijiste: “a veces ni yo mismo se cómo puedo actuar de esta manera” Entonces que debería hacer. ¡Cambiar! Pero… ¿qué significa cambiar? Sencillamente, cambiar ideas, sentimientos, conductas, en definitiva pensar que posees la suficiente capacidad para una nueva forma de actuar frente a la vida, y dejar de ser como eres, puesto que en tu interior perdura esa intención desde hace mucho tiempo. Para ello debes modificar esa forma de ser, la cual nunca acaba de convencerte.
           Piensas que si sólo te relacionas con personas que te alaben, y te digan que todo está bien, jamás te darás cuenta que esa forma tuya no es la idónea para mejorar tu forma de ser. Muchos intentan cambiar fantaseando de forma radical, tampoco es la forma. Vivimos en un mundo adicto a la distracción. Desgraciadamente son muy poco los que se conocen verdaderamente, y esto es así porque no le dedicamos tiempo a pensar si realmente deberíamos adoptar una nueva aptitud.     
            A veces enfocamos en primer plano lo negativo y olvidamos el entorno. Otras, tomamos un plano desde un punto de vista a veces desenfocado, que nos hace ver las cosas envilecidas y pobres. Otras, miramos desde abajo, lo que nos conlleva al desencanto y la decepción. En definitiva el "molde" se va construyendo desde que nacemos, y se va forjando a través del tiempo. Entonces: ¿por qué no has pensado en mejorar tu forma de ser? ¡Todo tiene solución y a cualquier edad!  Aunque si es cierto que el avance de la edad nos hace personas más rutinarias, desechando la propia capacidad de crear y modificar, experimentando nuevos forma de hacer las cosas. Pero no haciendo las cosas a nuestro propio antojo. Eso demostraría que hemos caído en una dinámica de actuar en la propia vida, de la formas que nos ha marcado y ahora nos cuesta modificar nuestro propio “yo”
            Desde luego no somos ningunos perfectos, pero si haces la intención de mejorar cada día, seguro llegarás a convencerte de que tu forma de ser ha cambiado, a la que ibas realizando. Pensemos siempre que está en nosotros mismo en cambiar, y si somos fuertes, cualquier pequeño acto de valentía, nos convertiremos en personas más felices. ¡Todos podemos cambiar! sólo hay que desearlo, proponérselo y luchar por ello. Seguramente no es instantáneo, lleva un proceso más bien largo y fastidioso, pero merece la pena

 
 Meditación: Algunos piensan que conocen a todos, cuando en realidad no se conocen a sí mismos.

sábado, 12 de marzo de 2016

Siempre hay tiempo para amar.

             No pensemos en el tiempo. Cada minuto es el comienzo de “algo” ¿De qué? No lo sabremos; ¡Esperemos que pase! Nunca trates de medir el tiempo, el tiempo no pasa, pasamos nosotros, así podemos entender que siempre estamos en el “tiempo” o quizás si nos aferramos al tiempo, tenemos que pensar que el tiempo es ilimitado, y que nuestras vidas perderían sentidos si nos preocupáramos de tenerlo en cuenta. Si amas, no te preocupes, ya el tiempo se encarga de encontrar la solución. ¡Déjate llevar! Así es la vida. Por eso, ante la llamada del amor no dramaticemos. El deseo no siempre viene de una forma ascendente. No nos preocupemos, Puedes que digas: “por qué ahora” o “hasta cuando” Sólo el tiempo te lo dirá, según nuestros momentos vitales.
             Siempre deberíamos tener en cuenta que el amor y la pasión, a pesar de todo, son dos cosas muy distintas, siempre van unidos de profundos sentimientos, puesto que el amor nace de esos mismos conceptos que prevalecen en nuestro interior. Pero casi siempre nos preguntamos: ¿cómo puedo saber que no me equivoco? No te preocupes, ya te lo decía al principio; sólo el tiempo te dará la respuesta. ¡Él nunca se equivoca! Son muchos los momentos que nos vemos aturdidos, con un sinfín de preguntas. Piensas siempre que si la vida ya de por sí engendra dolor, no te martirices y cuando el amor llegue no le hagas esperar. Nunca podremos neutralizar el azar, pero si permitirnos educar nuestros sentimientos y pensar que siempre hay un tiempo para amar.
             El deseo, permíteme decirte, que es otra cosa muy distinta, éste, suele estar  marcada por sus diferencias muy subjetivas, utilizando casi siempre procesos muy distintos, así decimos que el deseo, vale más por lo que guarda que por lo que muestra.
             El amor es la mayor expresión de afecto que podemos ofrecer, se adueña de todo nuestro ser, y a veces hasta de nuestras formas de perder la razón. Amar es compartir su sentido, es tan inmenso que en ocasiones nos hace perder la razón. Entonces, ¿por qué decir, que ya no tienes tiempo para amar? No seas injusto contigo mismo. El amor no necesita tiempo, necesita intimidad. No es una flor de temporada, que solo florece durante un pequeño espacio de tiempo. El amor tiene todo el tiempo necesario para mantenerlo junto a ti. Muchas persona nunca comprenderán, ni tratan de conocer el  secreto de porqué todo esto sucede en nuestra vida. Perdona, quizás yo no sepa explicarme con la debida claridad. Pero dentro de tú subconsciente empezarás a notar que “algo te está sucediendo que no te deja dormir” Piensas que la edad es lo que menos importa y que tienes toda una vida para amar: sí, podrás equivocarte, pero también la misma vida te da opción a rectificar.
             Cada cosa tiene su momento. Aunque el símil sea algo desagradable, lo podemos comparar con la muerte, ¡Nunca sabremos cuándo llegará! Pero cuando llegue, por favor no te preocupes, ¿por qué? Ni siquiera intentes pensar: ¡Eso ya es tarde para pensar! Sólo el tiempo te dará todas las respuestas, y entonces comprenderás que siempre existe un tiempo para amar. 
 
Meditación: Aún existen personas que no entienden que hemos venido al mundo, “para amar y ser amado”

jueves, 10 de marzo de 2016

Encontrarle sentido a la vida II.

            Todos nos idealizamos una forma o un estilo para encontrarle sentido a nuestra vida. Intentamos abordar las contrariedades, los sufrimientos, etc. Pero siempre aparecen desequilibrios que nos producen determinadas contrariedades, no pudiendo llegar a cumplirse ese sentido que desde principio anhelamos. Todo juega un papel importante para “desbordarnos” y hacer que no lleguemos a la satisfacción de una vida estable. A veces por problemas de soledad, familia, trabajo, amistades, etc., y por qué no decirlo, las redes sociales, las cuales juegan con nuestros sentimientos, donde a través de la más absoluta impunidad pueden llegar a la mayor inestabilidad de nuestra vida. En realidad se trata de encontrarle una respuesta a las preguntas ¿De qué trata la vida? o ¿Cuál es mi cometido? Cada uno lleva una respuesta muy particular, ya que necesitamos un convencimiento para que nos sirva a cada uno.
               Ese sentido el cual intentamos abordar no es otro que el continuo proceso de crear y cultivar aquello de deseamos que se realice a través de nuestra propia existencia.
            Así llegaremos a encontrarle sentido a la vida para darle la importancia que se merece, pues de otra manera seríamos presa fácil de falsos destinos. Es un proceso que, a medida que se va afirmando a través del tiempo, nos posibilitará logros de mayores importancias. De no ser así estamos sujetos a sentir un vacío permanente en nuestro interior. Cada paso que demos es realmente importante, para poder darle sentido, evitando frustraciones que a medida que pasa el tiempo, irán abriendo nuevos horizontes, en nuestra vida.
            Ese sentido que todos deseamos llega relativamente en la edad adulta, o sea en la madurez. En la época de juventud, lo que intentamos es construir una forma o identidad en imitación a lo que nos rodea. En relación a ese sentido me refiero a intensificar una experiencia llena de intenciones, ideales y deseos, que hacen que soñemos con una existencia llena de valores, sin necesidad de vincularnos a todo lo que nos rodea. Pero la base principal en que vivimos, necesita de unos poderosos cimientos que sostenga el tremendo “peso” que durante toda nuestra vida tenemos que soportar.
            Aunque para alcanzar una comprensión total del sentido de nuestras vidas, es preciso el equilibrio. Gracias a esta reflexión deducimos que el significado de nuestras existencias debe alcanzarse utilizando el equilibrio de la mente, el alma, el cuerpo y el corazón. Situación en extremo difícil, para no llamarla utópica o idealista. Acción que requiere de una disciplina extrema, y de muchos años de experiencia en esta ocupación denominada vida.
             Cuando a muchos les preguntamos a que le da sentido tu vida, encontramos tal variedad de respuestas que abarcan todas las posibilidades. Unos dicen que el matrimonio y la familia; otros, el llevar una vida de servicio a los demás y algunos opinan que todo consiste en acumular un cierto nivel riqueza material.  Nada más erróneo, puesto que la vida se nos puede cambiar en unos minutos sin saber por qué.
              Solo debemos pensar y valorar lo que somos y lo que podemos ofrecer, luchando por nuestros ideales más sinceros. El verdadero sentido de nuestra vida, solo ella nos lo presentará a través de nuestra existencia.

 Meditación: La vida es un negocio en el que no se obtiene una ganancia que no vaya acompañada de una pérdida.

martes, 8 de marzo de 2016

La vida se nos pasa.

           Siempre encontramos frases como: “tenemos tiempo para todo” o “mañana será otro día” y es cierto, ya que de ante manos nos anteponemos a un tiempo para realizar todo aquello que nos proponemos. Todo está en las decisiones y sobretodo en la presteza con que no la tomemos. Cada vez que nos planteamos un objetivo, por mucha o poca relevancia que éste tenga sobre nuestra vida, lo intentamos en base a un proceso racional: tomando para ello decisiones basadas en un análisis subjetivo pero casi nunca a una realidad actual, y sin ningunas pretensiones de desarrollo personal. Nunca pensamos que la racionalidad siempre debe estar atribuida muy por encima de lo más inmediato.
              Para ello creemos que es fácil aprender a desenvolvernos de forma inmediata e independiente, y de esa manera afrontar nuestras propias responsabilidades en el tiempo. Sin embargo, vamos cumpliendo años y no siempre significa que llegamos a convertir nuestros propósitos a pesar de  nuestra madurez, debido a los trastornos que se nos presentan, afectándonos como dependencia emocional
             Hacernos responsable de uno mismo, esa es una gran aventura que empieza en la adolescencia y termina con la muerte, en definitiva es una cuestión que cuesta aceptar hasta que nos damos cuenta que siempre estamos solos en los momentos cruciales de nuestra existencia. Pensemos siempre que existen “líneas” en nuestras vidas que siempre tenemos que cruzar, antes o después, simplemente para poder desplegar todo nuestro potencial y no quedarnos anclados ante una vida empobrecida e insatisfactoria.
             Desgraciadamente vivimos inmersos en la época de las prisas, donde todo se necesita con urgencia y tenemos escasas oportunidades para profundizar en todo lo que nos rodea. Es la época de la tecnología, de la informática y de la comunicación, pero muchas veces tampoco logramos comunicarnos de forma adecuada, debido a que no dedicamos espacio para el diálogo, siempre decimos: “todo está informatizado” y con eso creemos elevado nuestro nivel de competitividad; haciéndonos ver nuestro nivel de exigencias… Sin embargo, a pesar de todo esto, nos sentimos esclavos de nuestras responsabilidades, y nos hacemos dueños de nuestro tiempo. A pesar de todo, es cierto que a través de nuestro entorno se nos ofrece una condiciones idóneas que podríamos  alcanzar una serenidad estable, sin embargo es muy probable que dicha serenidad  tenga que depender más de nosotros mismos que de los estímulos externos.
             Analizando nuestro estado personal, observamos que debemos y necesitamos administrar nuestro tiempo de acuerdo a nuestras necesidades. Y  lo que a veces pueda ser adecuado para una persona, puede no serlo para otra. La cantidad de estrés, insatisfacción o problemas que tenemos, puede ser una señal de la mala utilización de nuestro tiempo. El conocimiento de nosotros mismos, de nuestros valores y creencias personales, siempre nos ayudarán a tomar las decisiones adecuadas cuando distribuimos nuestro tiempo, en las diferentes áreas de nuestra vida. El problema está en que con frecuencia no reconocemos dichos valores y creencias, lo que repercute de manera negativa en el logro de nuestras expectativas.
              Es inevitable que nos demos cuenta de que toda nuestra existencia, depende de lo efímero de nuestra vida, y por mucho que la prolonguemos, jamás podremos llevarnos más de la responsabilidad que cada uno haya compartido en este mundo, siempre con el compromiso pleno de una vida vivida dignamente, como nos exige el día a día

Meditación: La vida no se ha hecho para comprenderla, sino para vivirla.

domingo, 6 de marzo de 2016

Aylán Kurdi.

          Hace tiempo que tengo esta foto o gráfico, o como queráis llamarle en mis archivos  y siempre he tenido la intención de escribir algo sobre ella. Es muy posible que todos la conozcáis, puesto que fue divulgada no hace mucho tiempo por casi todos los medios de comunicación, A todos nos impresionó y nos hizo pensar mientras “corría” a través de las redes sociales. Su nombre era Aylan Kurdi, para su mamá posiblemente sería “Aylansito”. Sólo tenía 3 añitos cuando cayó en la tiranía de las terribles manos del ser humano. Ese ser que desgraciadamente es el más dañino que puebla nuestro mundo, ya que ningún animal es capaz de realizar actos tan despiadados como ese.
            Alguno me dirán: ¿qué miedo pasaría? ¡No! Seguro que no. A esa edad aún no se tiene miedo, ni temor, ni pánico. Sólo habría en él, un derroche de amor. Puesto que el amor se nos da gratuito al nacer. Somos nosotros los que tenemos la obligación de saber administrarlo. Pero él sería un niño encantador, con todo lo que conlleva la simple ilusión de poder realizar una vida. Esa vida que para muchos está abandonada a la incertidumbre y, haciendo un poco de esfuerzo vemos como a través de nuestra conciencia es arrebatada casi siempre a los más débiles.
           Sé que muchos me dirán. Sí, pero ese no es el único, desgraciadamente habrán muerto muchos después de ese niño. Posiblemente tengas razón. Pero sólo deciros, que pobre consuelo es el nuestro si con eso lo justificamos. Aylán, nunca podremos saber que podrías haber sido de mayor. Al menos un padre de familia o quién sabes, hasta un defensor de la ley, pero tu vida te la arrebataron sin piedad. ¿Quién se acurda ya de él?
           En esta vida que nos ha tocado vivir, no hay cabida para el pesimismo, ni para el dolor ni las tristezas. Todo consiste en seguir adelante, sin mirar atrás, y si es necesario pisotear al débil, para conseguir nuestros deseos Las gentes deberían necesitar algunas palabras de aliento y de sabiduría y, comprender que dentro de cada uno de nosotros, existe una “cosa” que se llama conciencia y, que tarde mucho o poco, siempre nos hará ver lo que debimos hacer y no hicimos. 
           Sólo su madre si aún vive, tendrá un hermoso recuerdo para ti, habría tantas ilusiones, tantos momentos que hoy estarán rotos de dolor, al pensar que el mar de adueñó de tu pequeño corazón. No pudiste dejar ni un pequeño “adiós” Todos sabemos que la muerte es un destino seguro, el más seguro de todos. Pero, ¿por qué tienen que morir a destiempo los más inocentes?
          Aylán, tú actitud ante la muerte es digna de tener en cuenta, tú postura nos hace pensar que estás besando la tierra despidiéndote de ella, como diciendo: “Ahí os dejo, aún no me ha dado tiempo de cometer ninguna falta, para ser castigado con la muerte”    
           Si en el más allá existe algún “sitio” especial, sepas mi pequeñito Aylán que tú tendrás un lugar de privilegio.

 Meditación: Me pregunto: ¿Qué se le puede decir a un padre destrozado por la muerte de un hijo pequeño?

viernes, 4 de marzo de 2016

¿Por que quieres olvidar?

                Esa es la cuestión. ¿Por qué queremos olvidar situaciones que en su momento vivimos. ¿Fueron traumáticas? ¿Fueron dolorosas? o fueron afectivas. Fueran de la forma que fueran, ten presente que siempre estarán en tú subconsciente y jamás las olvidarás. ¿Por qué? Muy sencillo. En cualquier momento de tu vida aparecerá “algo”, un objeto, una imagen, una frases, etc., irremediablemente te hará recordar “aquel momento” pasado. Entonces; ¿por qué ese empeño en querer olvidarlas? No hace mucho tiempo, escribí un artículo el cual se titulaba “Nuestro pasado”. Si lo analizaste con interés, piensas que todo eso que deseas olvidar es tuyo y de nadie más, “es tu propia vida” ¡Ah, es que pueda ser posible que me digas: -que todo fue malo, ¡No, seguro que no! En todos esos momentos es posible que existieran episodios de verdaderas emociones. Algunos te harían llorar, otros te hicieron reír, y posiblemente algunos ni siquiera hubieras pensado, que jamás pasaría por tu vida una persona que tanto te apreciara.
            Aunque estoy convencido que existen momentos que desearías despojarte de aquellos momentos vividos, al que tanto daño le hiciste sin motivos. Pero pensemos que la vida es así; es un cúmulo de vivencias que debemos sobrellevar sobre nosotros,  y aunque nos parezca una contradicción, el hecho de vivir momentos difíciles, tienes sus ventajas, piensas que todos los periodos de tú vida, sirven para formar tu propia personalidad.
             La capacidad de sobreponerse, nos hace salir fortalecidos de las circunstancias adversas que deseamos olvidar. ¡Por favor, no lo hagas! Las cosas que se hicieron en el pasado, ya no las puedes cambiar, sólo podrás rectificarlas para que no vuelvan a suceder, aunque es bien cierto que muchas de esas cosas, quizás no fueron tan malas, por eso no te afanes en olvidar ese pasado que te aterra. Siempre existirán personas de buena fe que te ayudarán a entender que fue lo que pasó y luego a poner paz y sosiego en tu conciencia, para hacerte ver que “aquello” no fue tan grave.
             Cuando transcurre mucho tiempo, es hora de entender que debemos pasar página en nuestra vida, y pensar que las cosas que hicimos o dejamos de hacer en el pasado, no deben obstaculizar nuestro  presente y peor aún nuestro futuro. En algunas ocasiones, no sabemos exactamente qué fue lo que pasó, pero es cierto que no queremos detenernos a analizar ni comprender, ¡sólo olvidar!  En definitiva no sabemos identificar de dónde nos nace esa incertidumbre.
           Parece que todos nuestros intentos es borrar todo vestigio de nuestra mente, pero pensemos que eso es casi imposible, puesto que nuestro subconsciente, por muy poco los mantiene en el recuerdo y nos hará evocar aquellos momentos que sólo son nuestro
           Cerrar las puertas al pasado nunca es aconsejable, pensemos que nunca estamos libres de que en algún momento puedan volverse a repetir aquellas experiencias, así que más vale mantenerla en el recuerdo, aunque creamos que el olvido es lo mejor. Lo cierto es que hay momentos que brotan de nuestro interior unas series de sinsabores acudiendo al permanente silencio, sin darnos cuenta que quizás necesitemos perdonar a alguien, o perdonarnos a nosotros mismo. ¡Mantén siempre tu pasado y evitas olvidarlo! Siempre puede ser un gran acto de fortaleza que hará sentirte cómodo, alcanzando un alto  nivel de autoestima, concentrándote en vivir sanamente el ahora, con la intención de proyectar un nuevo futuro.

 
Meditación: Tratar de olvidar a alguien, es querer recordarlo para siempre

miércoles, 2 de marzo de 2016

Todo puede suceder.

             Ante la vida nunca deberíamos sorprendernos, como dice el título; “todo puede suceder”, es cierto que muchas veces perdemos el control de nuestras propias emociones o es posible que no seamos capaces de controlar nuestra voluntad para alcanzar aquello que siempre soñamos. Nos vemos envueltos en conflictos o en situaciones que jamás hubiéramos pensados que sucedieran, pero, ¡ahí están! ¿Son importantes? Es posible que no sepamos responder. La cosa en que diariamente nos atormentan, nos entristecen, nos sentimos engañados. Es como si una parte de nuestra vida hubiera fracasado.
              Nos formamos unos nuevos ideales, unas nuevas aspiraciones, y hasta nuevas formas de afrontar aquello que jamás pensamos que nos sucediera, aunque de nuevo las dudas nos hacen ver que esos nuevos intentos, terminan en fracasos. Es posible que la soledad, hagan que esos conflictos sean la consecuencia de esos “misteriosos” sucesos que nos atosigan y no nos dejan vivir. Siempre recurro a aquella frase tan conocida en la vida de cualquier estudiante de Psicología: “primero, conócete a ti mismo. y a continuación afronta tu capacidad de generar soluciones a lo que te sucede”.
             Debemos ser conscientes que cada uno de nosotros, poseemos lo suficientes recursos, no ya de paliar aquello que nos hizo daño, sino de lo que somos capaces de afrontar, por mucho que nos sorprenda con esos sucesos imprevistos. Todos tenemos en nuestro interior un sin números de actitudes que a vece no nos paramos a pensar. Pero si le prestamos un poco de atención y nos lo proponemos, no nos debe faltar esos recursos como el valor, la confianza, y esa prestigiosa determinación que hace que a veces sin la seguridad absoluta,  lleguemos a comprender, que siempre son posibilidades a las cuales siempre estamos expuesto a que nos sucedan.
           Todo depende de adoptar una nueva aptitud. Sí, pero muchos me dirán, pero ¿cuál?. Cualquiera menos la de víctima. La actitud de considerarte “víctimas” es la única que nos hará vivir una única posibilidad; la de la frustración, haciendo ver reducida nuestra capacidad creativa. ¡Actitud que jamás debemos consentir! Ante ese propósito, siempre nos sentiremos derrotados. Piensas siempre que en la vida  existen personas que de verdad les importa y aunque nos las conozca ¡siempre están ahí!
          Cuántas veces hemos vivido ciertas experiencias pensando así:: “esto jamás hubiera pensado que hubiera sucedido! Pero por qué no piensas en el destino. A decir verdad, no podemos asegurar nada al destino, aunque las decisiones que a veces tomamos día a día son las que nos fijan mayormente esas consecuencias a las que llamamos “destino”. Nadie está libre de que nos sucedan “cosas” inverosímiles, en verdad todas son circunstancias en las que nos encontramos fruto de la casualidad, es decir de una voluntad ajena que escapa a nuestros deseos.
          A final de cuentas, todo es producto de aquello a lo que hemos venido al mundo. Sencillamente a ofrecer ese don que hace que aportemos un sentido de máxima expresión y a poder ayudar a todo el que lo necesite, sin pensar en que si es posible, o sí aquello me pueda suceder.
 
Meditación: Tener un amigo es todo lo mejor que te puede suceder, valóralo como la máxima riqueza que en la vida tú puedas tener.