jueves, 29 de marzo de 2012

Si no crees; ¿por qué lo miramos?

            ¿Cree usted en los horóscopos? Hay que ver, una palabra tan rara y casi todo el mundo sabe a lo que alude. Aunque algunos no lo sepan, es una voz griega que significa “el que sabe mirar el reloj” y por extensión, cualquier instrumento astronómico. Es una creencia muy compleja y curiosamente antiquísima. Consiste en “averiguar” lo que nos espera, “ese” futuro incierto, a través de lo que “nos dice” la posición de los astros en el día de nuestro nacimiento.
            La cuestión está en que las interpretaciones pueden ser muy variadas e incluso contradictorias. Según eso, los que nacen en determinadas fechas (cada uno de los doce signos del zodíaco) tendrían ciertos rasgos de carácter que les debían de ser comunes.
            Esa creencia produce un efecto real. Una persona se identifica más con otra por el hecho de que coinciden en el mes de nacimiento. Aunque también se establece una misteriosa solidaridad, si sabemos el año, el mes, el día; pero si además sabemos que el año fue bisiesto, y si el día de la semana era martes por ejemplo; ¿qué nos quedaría ya por saber?, la hora en que vino al mundo; pues también la podemos saber. Todo eso hace coincidir unos determinados rasgos de su carácter, los cuales de alguna manera se reflejan en la persona, siempre que asomen algunos puntos de escepticismo, entre otras razones, porque el carácter de todos fluctúa mucho con el tiempo.
            En definitiva esa es la combinación. Aunque no se puede creer del todo en la astrología puesto que es muy difícil demostrar que las posiciones de los astros puedan influir en nuestra vida.
            Por lo menos se puede decir que la confianza en el horóscopo no hace mal a nadie. Todo pertenece al capítulo de lo irreal como tantos aspectos de la vida emotiva.
            Es curioso que la palabra “influencia” derive del italiano influenza, que es la idea que utilizaban los astrólogos medievales para indicar la conexión entre los astros y las enfermedades.
            En realidad nada se puede probar (como ya imaginábamos). Todo es puro azar. Habrá que seguir investigando, a no ser que usted piense que son ganas de perder el tiempo. De todas formas se lo preguntaré de esta manera: ¿Cree usted que todo esto de los horóscopos son una pérdida de tiempo? Si es así, no será la única.
           
Meditación: Las personas que no han pasado a través del infierno de sus pasiones, no las llegarán a superar nunca.

miércoles, 21 de marzo de 2012

"La solución eres tú".

            Si hay un lugar en que las inquietudes deberían expresarse libremente y donde las dudas se acumulan sin remedio, ése es, el de las relaciones amorosas.
 Si la imaginación ha formado siempre parte del amor, parece que hoy en día hemos pasado de las ensoñaciones románticas a las visiones amenazadoras de la separación de la pareja.
            Actualmente en otras culturas, y hasta no hace muchos años en las nuestras, el matrimonio se iniciaba para no acabar hasta que lo interrumpiera la muerte de uno de los cónyuges. Por lo tanto, ambas partes estaban predispuestas a ceder, soportar y condescender. Probablemente hoy,  en nuestra cultura, la conciencia de que si algo no funciona en la pareja ésta puede romperse.
            Llevando esto a cualquier desavenencia o inconveniente, en lugar de restarles importancia a esas situaciones o en vez de buscar soluciones, lo que se consigue es incrementar la desconfianza en la fortaleza de la relación. ¿Entonces, ¿es más difícil conjugar amor y ligereza?
            No, siempre que aprendamos a reconocer haciendo qué demos demasiadas vueltas y vueltas a la relación.
“Sin dudas, nuestras inseguridades afectan al funcionamiento de la pareja” Estado por el cual, la falta de afecto que no es tal, temores a infidelidades que no existen, quejas por falta de atención que se deben a una necesidad desmedida de la misma, basada, no cabe duda en la insatisfacción personal.
            Una persona insegura puede llegar a enloquecer a su pareja y a enrarecer el clima de la relación, llevándola a una situación insostenible que hará necesario incluso consultar a un profesional para poder hacer que el camino vuelva de nuevo y si fuera posible a replantearse.
            Probablemente la persona insegura necesita ayuda para poder plantearse el estar en pareja de una forma estable.

Meditación: El verdadero amigo es aquel que a pesar de saber cómo eres te aprecia.

martes, 20 de marzo de 2012

¿Estamos solos?

              No es fácil medir hasta que punto estamos solos. Ni se trata de calcularlo. Pero se nos ocurre que hay asuntos que nadie averiguará por nosotros, son decisiones que nos corresponden, cansancios que son tan nuestros como quienes somos, momentos que hemos de masticar, situaciones que hemos de afrontar, tiempos que tenemos que vivir con tristeza, llenando infinitos espacios y que solo podrán ser acompañados por nosotros mismos.
            Cada vez nos encontramos más con quienes parecen extraviados en  tantas concentraciones en sus asuntos. En definitiva, perdidos por fijación.
            Sus miradas no hallan aposento y se dedican a otear una y otra vez sin llegar a ver nada nuevo.
            No me atrevería a llamarlo soledad, a la que considero más fecunda y de más largo alcance, Ni siquiera es, sin más, la falta de compañía, aunque no estaría seguro de que no hubiera algo de eso. Quizás me falte la palabra para decirlo. No es melancolía ni añoranza. Lo que sí es verdad, es que no hay modo fácil de aliviarlo. En realidad tiene los ingredientes de una molestia que con dosis de dolor, perdura tanto en nosotros que se hace insoportable.
            Más que incómodo llega a ser desesperante. Pero también en esta ocasión no es cosa de ceder ante el peso de algo que no se deja ver, ni parece posible apartar.
            Tal vez al decirlo encontremos, no la palabra con que denominarlo, ni los términos con que definirlo, pero si a quienes han pasado por nuestra vida sin poder contactar con ellos, pudieran comprenderlo.
            Ya el mero hecho de decirlo comprenderemos que ese sopor innombrable, que sentimos de estar solo, debemos intentar llegar a una solución al menos para superarlo.      Todo es cuestión de mirarlo al menos de frente para ir con sencillez a su lado, sin dejar por ello de caminar.

          Meditación: Una persona puede sentirse sola, aún cuando mucha gente la quiera.

domingo, 18 de marzo de 2012

¿Disfrutamos nuestra sexualidad?

            El encuentro de dos personas que finalmente, deciden formar una pareja, es casi siempre un encuentro erótico. Elegimos al otro porque suscita en nosotros emociones que encienden un deseo. Sin embargo aunque la atracción sexual no desaparezca, no hay duda que esa sexualidad desbocada del inicio de la relación se diluye poco a poco.             Debemos ser realistas, el sexo que tenemos al principio, a todas horas, pasional, no se puede mantener todo el tiempo, entre otras cosas porque nos ¡moriríamos de hambre, ya que no haríamos otra cosa! Pero eso no quiere decir que no debamos seguir aspirando a una vida sexual satisfactoria, y para ello vale la pena preguntarnos si verdaderamente disfrutamos de nuestra vida sexual, e incluso que debemos hacer para mejorarla.
            Puede que a la hora de sopesar nuestra vida sexual en determinados momentos de nuestra historia personal, el balance sea negativo, pero eso no significa que sea el fin del mundo, ni de la relación, ya que puede que las causas ni siquiera estén directamente relacionadas con la pareja. Cualquier “cosa” que te produzca estrés puede afectar a tu relación.   Analizar las posibles causas de ese decaimiento del deseo puede ayudarnos a relativizar y en vez de dramatizar, debemos buscar que tenemos hacer para reavivarlo.
             Para ello entran en juego, “la voluntad, las ganas y los retos que nos pongamos cada uno”.
            La sexualidad está compuesta de territorios ilimitados. Los amantes son exploradores e inventores de cambios. Explorar juntos es entrar en lo desconocido, abrir puertas a la sorpresa y a la fantasía en la vida sexual de la pareja.
            En definitiva, se trata tan sólo de ponerle un poco de imaginación para lograr que el encuentro siga siendo verdaderamente excitante.

Meditación: El sexo es fácil, lo difícil es el amor.

viernes, 16 de marzo de 2012

La Sonata. II

          Como os dije en el primer apartado de la Sonata, en este segundo describiría de forma sencilla y a mi manera el estudio de la Sonata en forma de Teoría. Después de aquel breve esquema histórico de la Sonata, procederé a analizar con más atención, sus formas y estructuras características.
            La forma Sonata se caracteriza por su desarrollo en un único movimiento. La forma clásica de este movimiento consta de tres divisiones básicas; la exposición, el desarrollo y la recapitulación.
            Exposición.- Del mismo modo que el primer acto de una obra de teatro establecemos contacto con los principales personajes, la exposición de la forma sonata es la representación del tema principal o sujeto. Este sujeto temático, al igual que los personajes teatrales, se dividen en dos grupos, caracterizados como masculinos o femeninos. En general el tema del primer sujeto, consta de una melodía de interés rítmico marcado, de carácter “masculino” y cuya tonalidad es la tónica.
            El segundo sujeto, tiene generalmente un carácter lírico, más “femenino” en contraste con el primero. Aunque el contraste más importante entre el primero y el segundo sujeto reside en que el segundo se halla en una tonalidad diferente, muchas veces en la dominante, o en su relativo mayor o menor.
            Desarrollo.- En el desarrollo, el tema presentado en la exposición alcanza su climax. Una vez más la semejanza con el desarrollo de una obra teatral parece obvia.          Aquí nos familiarizamos con el conflicto “dramático” en su tonalidad, expresado a través de varios recursos musicales, como el empleo de la modulación, el uso de cadencias imperfectas e interrumpidas, de adornos melódicos, junto a la tensión dinámica.
            Recapitulación.- La recapitulación o reexposición es la sección final de forma de sonata, en donde se repite el tema de la exposición, esta vez con alguna modificación tanto técnica como emocional. La modificación técnica más importante en la recapitulación es que el segundo sujeto se encuentra ahora en la tonalidad de la tónica. El conjunto acaba con una coda. El conflicto ya ha pasado, los personajes recobran su equilibrio, pero no sin haber sufrido, como resultado de los sucesos experimentados, alguna modificación de carácter sutil.
            Las indicaciones fundamentales de movimiento, en la sonata se basan en el principio estético de la variación equilibrada, y son generalmente: 1) Rápido; 2) Lento; 3) Moderadamente rápido; 4) Rápido. Cuando se emplea más de un instrumento, la sonata recibe el nombre de Trío, Cuarteto, Quinteto, etc. Un Cuarteto de cuerda, por ejemplo, es en realidad una Sonata para cuatro instrumentos de cuerda: dos violines, una viola y un violonchelo. Cuando se trata de una orquesta completa, es cuando hablamos de Sinfonía.

Meditación: Un profesional de la música es un amateur, que nunca se rindió.

Mozart: Sonata in C Major KV 545, I. Allegro.


Meditación: La música debe hacer saltar fuego en el corazón del hombre, y lágrimas en los ojos de la mujer.

Este video pertenece a la colección particular de Nykytyne2

miércoles, 14 de marzo de 2012

Cambiar a cualquier edad.

            Cumplir unos deseos determinados, sentir la sensación de vivir la vida que uno desea, etc. Cambiar a cualquier edad es posible. No importa que tengamos 40, 50 o 60 años. Lo importante es el deseo de cambiar.
            Cambiar de vida. O cambiarse a uno mismo. Parecen opciones reservadas para los más jóvenes, para los que tienen toda la vida por delante y todavía no están moldeando su forma de ser. Pero no es así. Es posible cambiar a cualquier edad, porque la vida no es un guión innegociable, y nuestra forma de ser es más plástica de lo que muchas veces creemos.
            Pero… ¿qué significa cambiar? Cambiar ideas, sentimientos, conductas, en definitiva dejar de pensar que no se es capaz de tener una vida mejor, dejar de sentir tanto malestar y ansiedad, asumir y vivir los deseos… Para esto debemos modificar esa forma de ser que no acaban de funcionarnos.
            Muchas personas que sienten malestar fantasean con la idea de cambiar radicalmente. Pero nunca hay que pretender convertirse en otra persona. “Se trata de ser la misma persona, pero no el mismo” ¿A cualquier edad? Si, aunque es posible que con 45 o 50 e incluso con 60 años nuestra personalidad esté demasiado hecha como para cambiar. A medida que pasa el tiempo, se pierden actitudes y plasticidad, pero lo importante es el deseo de cambiar.
            Y ese deseo no tiene que ver con la biología personal. A veces en un geriátrico se han visto personas que se han enamorado, e incluso sintiendo ganas de aprender y de vivir la vida que les queda.

Meditación: Pregúntate si lo que estás haciendo hoy te acerca al lugar en el que quieres estar mañana.

lunes, 12 de marzo de 2012

La Sonata. I

           Por regla general, todos los que somos aficionado al bello arte de deleitarnos escuchando música clásica, no podemos negar que en alguna ocasión nos hemos “descargado” de Internet, algunos archivos de Beethoven, Mozart, Haydn, etc., y no es de extrañar que entre ellos fueran incluidos sus correspondiente Sonatas.
            Volviendo de nuevo a la Música Clásica; expondré en este breve apartado, en forma de Historia una pequeña idea de lo que es una Sonata. Para no extenderme mucho, en el siguiente apartado, os hablaré de la sonata en su forma de Teoría. 
            Hasta el siglo XVI, la música instrumental no gozaba de gran importancia. El estilo musical se basaba en el aspecto vocal; y los instrumentos, cuando se utilizaban, tenían una función subordinada a la de las voces.
            El nacimiento de la música instrumental se fecha normalmente en el transcurso del siglo XVI, por lo que el germen de la Sonata puede situarse hacia este siglo.            Originalmente el término “sonata” (del italiano sounare, = sonar) significaba música no cantada, sino interpretada con instrumentos. En oposición a la suite que proviene de la música de danza, la sonata tuvo su raíz en un tipo de música vocal de origen franco-flamenco, denominada “chaçon”. Durante el siglo XVII y principio del XVIII la sonata, en contraste con la suite, era por regla general una pieza seria, para uno o más instrumentos, que constaba de varias partes y estaba escrita parte en forma binaria y parte en forma ternaria.
            Se distinguía así mismo entre la sonata da camera (sonata de cámara) y la sonata da Chiesa (sonata de iglesia). Sin embargo en aquella época la diferencia entre la sonata y la suite no solía ser muy marcada. En las sonatas aparecían con frecuencia ciertos movimientos con carácter de danza. De este modo podemos decir que, el movimiento de minué y trío de la sonata clásica es de hecho una reliquia de este dualismo.
            Arrancando de estas primeras formas de sonata, y como resultado de una evolución lenta en la que participaron distintas formas y a la que contribuyeron numerosos compositores, hacia mediado del siglo XVIII se consolidó la forma característica de la sonata y su extraordinaria importancia entre las forma musicales.
            La época de Haydn, Mozart, Beethoven, llamado periodo clásico (clasicismo), lleva impreso el sello de la forma propiamente de sonata. Fue en manos de ellos cuando su forma alcanzó su culminación como estructura de alta complejidad musical

Meditación: En verdad, si no fuera por la música, habría más razones para volverse loco.

Sonata "Claro de luna" - Beethoven.



Meditación: Soy la persona más feliz del mundo cuando me dices “hola” o me sonríes, porque sé que, aunque haya sido para solo un segundo, has pensado en mí.

      Claro de Luna – Sonata (Beethoven) La Sonata para piano n.º 14 en do sostenido menor "Quasi una fantasia", Op.27, n.º 2, de Ludwig van Beethoven, popularmente conocida como Claro de luna, es una de las obras más famosas del autor, junto con el primer movimiento de la Quinta Sinfonía y su bagatela para piano “Para Elisa”.
      Fue compuesta en 1801 y estuvo dedicada a su alumna, la condesa Giulietta Guicciardi, de 17 años, y de quien se decía que estaba enamorado.

Este vídeo pertenece a la colección particular de sciotip


sábado, 10 de marzo de 2012

Los secretos de la mirada.

         Mucho antes de amar en la edad adulta, quizás hayamos sido queridos y acariciados por la mirada de muchos otros pares de ojos. Empezando por los de nuestros padres, los amigos, la pandilla de la adolescencia, el primer amor furtivo o posiblemente por aquella persona que te deseaba, pero solo se atrevía a mirarte. Todo ese manto de miradas constituye nuestra personalidad, nos dota de seguridad, nos prepara para el amor o la más absoluta de las soledades e interfiere en nuestros planes y proyectos de una realización personal.
            Por eso, cuando notamos la caricia de otras miradas comprobamos que es estupendo y reconfortante. La primera mirada que sentimos es la de nuestros padres. Sólo así, cuando somos bebé con una dulce mirada de nuestra mamá, quedamos libres de cualquier dolor. La vista es un sentido de mucha intensidad, porque desde la más tierna infancia nos hace entrar en el universo del placer o del dolor.
            Quienes han sido estimulados bajo la mirada de efectos negativos, suelen ser personas que se aman mal y aman peor, por eso deberíamos aprender a recoger con amor y comprensión la imagen que nos rebotan de nuestro propio espejo.
            El camino hacia la estima es una ruta de un largo camino de malabares con nuestros afectos y desafectos aprendidos, heredados, olvidados o estudiados  a través de la mirada. Desaprender cosas negativas se postula como la mejor opción, especialmente cuando ciertas miradas nos remueven: como anhelar o envidiar a quien mantiene una hermosa belleza… Sólo  aprendiendo a manejar las miradas ajenas podemos no caer en el pozo de abandonarnos física y emocionalmente.
¿Cuántas veces hemos dicho: “si la vieras con mis ojos la verías de otro modo” La vería con los ojos del amor, decía Dyango hace un par de décadas, resumiendo la posibilidad transformadora de unas pupilas clavadas en otras dos pupilas.
            Esta respuesta a la mirada del deseo amoroso tiene dos cauces; convertirnos esclavos de esos ojos y deformar nuestra identidad hasta terminar siendo sujetos pasivos,… O aquella otra mirada generosa que sólo pretende que explotemos al máximo nuestras cualidades porque cree firmemente en aquel germen que anida en nuestro interior. La primera mirada es dañina, la segunda tiene puentes hacia la afectividad sana que nace de la confianza hacia la persona que aprecias.
            A veces cuanto interés hay en una mirada que se espera al cabo de mucho   tiempo, realmente es una mirada que refleja lo que uno tanto imaginaba, quedando en ella grabado aquellos mínimos detalles como si fuera un “scáner”. Sin embargo si la mirada de la otra persona es debido al desconocimiento personal, resulta de la mayor indiferencia, puesto que jamás hubiera podido imaginar que un determinado día, esa persona la hubieras podido tener delante de ti.

Meditación: Al observador atento, la vida cotidiana le ofrece una infinidad de encantos que pasan desapercibidos para los demás.


¡Como han pasado los años! - Enrique Chia.



      Amamos la música en cualquiera de sus vertientes, principalmente la romántica, la que nos ha convertido en verdaderos, apasionados y amantes del bolero, ante el que siempre nos hemos rendido y al que le hemos ofrecido gran parte de nuestro tiempo para coleccionarlos y conservarlos. Principalmente las versiones viejas, originales y de primera generación. Pretendiendo siempre atesorar y conservar las interpretaciones de quienes supieron cosechar fama y reputación, manteniendo una trayectoria y transcendencia como una excepción de la música romántica.

Meditación: La felicidad te enseña a apreciar lo que tienes, el tiempo te hace apreciar lo que tuviste.

Este vídeo pertenece a la colección particular de Ddlascamelias


miércoles, 7 de marzo de 2012

La gratitud II

        Abundan las personas que, aunque prácticamente lo tienen casi todo en la vida, se sienten desgraciadas, mientras que otras que carecen de muchas cosas,  tendrían más motivos para quejarse y sentirse desgraciadas y a pesar se  muestran muy agradecidas y satisfechas con las pequeñas grandes cosas que les depara el día a día. La diferencia está en la gratitud de las personas humildes y sencillas, cuya grandeza de espíritu saben descubrir la belleza y la maravilla de todo lo que les rodea.
            Hay algo que comparten todas las personas que conozco que ejercitan la virtud del agradecimiento y es su extraordinaria capacidad para enjuiciar sus pensamientos y sentimientos en todo lo bueno; además, saben extraer la experiencia, la sabiduría y las enseñanzas que encierran, hasta las situaciones más adversa y dramáticas.
            En esos momentos tan difíciles se blindan contra la desesperación y el dolor con cosas tan cotidianas y sencillas como el sonreír y mostrarse más alegres, respirar el aire puro del campo, contemplar la belleza de una flor, las piruetas de un perrito, la sonrisa de un bebé, un bello amanecer o atardecer, o simplemente reconciliarse con un amigo.
            Esta gratitud que poseen algunas personas de almas grandes y sencillas las llenan de paz, creando una gran armonía y sosiego allí donde estas se encuentren.
            A veces somos tan pobres en pensamientos y sentimientos que también somos pobres en gratitud y aumentamos nuestras desgracias. Las personas agradecidas lo son con todo. En primer lugar, con la propia vida, que es el primer y principal valor, y después con los demás y con las cosas.
Quien es agradecido y humilde no olvida jamás ni al bienhechor, ni el beneficio recibido, ni sus palabras y esos gestos de reconocimiento crean una unión positiva con el benefactor, que se sienten impulsados a repetir nuevas acciones generosas también por los demás.
            Hay quienes creen que todo lo bueno que tienen lo han conseguido solos. Por orgullo o, a veces, por simple desatención, no saben reconocer el apoyo que les dieron los demás en un momento o circunstancia determinadas.   Esas son las personas desagradecidas. Aunque parezca increíble pueden llegar al extremo de criticar o incluso hacer daño a quienes los ayudaron, aunque sea con el silencio y la indiferencia.  A veces se cierran todas las puertas. A veces no, pues la generosidad nunca termina. Sin embargo, como no saben experimentar agradecimiento, se sienten solas, no descubren que los demás las quieren y que merecen ese cariño. Su malestar crece  cada día y les entristece. El que agradece abre las cortinas de su alma: permite que entre el sol y proyecte hacia afuera su propia luz.

Meditación: Uno puede devolver un préstamo de oro, pero está en deuda de por vida con aquellos que son amables.

domingo, 4 de marzo de 2012

El sentimiento de culpa I

            ¿Cuántas veces a lo largo de nuestra vida nos hemos sentido culpables? Posiblemente más de las que nos gustaría. Si nos paramos a pensar, para estar a gusto con nosotros mismos deberíamos ser capaces de deshacernos de todas esas culpas que nos atribuimos sin que nos pertenezca.
            Sentimientos de culpas injustificados que nos bloquean y por los que, muchas veces, acabamos actuando contra nuestros propios deseos. No por eso, a veces debemos ser capaces de ver el sentimiento de culpa cuando hay verdaderos motivos para que aparezca, como un toque de atención que nos permite avanzar y mejorar.
            En realidad la culpa nos hace ser consciente de nuestros errores, ayudándonos a esforzarnos para no volver a repetirlos. Pero ¿cómo reconocer cuándo nuestros sentimientos de culpa, tan arraigados, llegan de forma injustificada?
            Tal vez nos sintamos culpables porque creemos que hemos obrado mal, cuando en realidad lo que hemos hecho, es advertir de un error que por ignorancia en un tiempo se cometió, y en determinadas ocasiones hubieran causado un verdadero perjuicio a ciertas personas. Desgraciadamente todo el mundo no ve las cosas como debieran verlas, es decir el perjuicio que les hubiera originado si esa otra persona no hubiera tenido la atención de la "advertencia". Debo reconocer que pocos hubieran hecho dicha acción, pero más doloroso es cuando no se reconoce, y aún más triste es sentirse sometido un continuo rechazo y desprecio.      Muchas veces creemos que algunas personas tienen la capacidad de reconocer sus errores, pero ¡no!; su "sinrazón", les hace actuar de una forma incomprendida, al no reconocer muchas cosas que ocurren a su alrededor por desconocimiento pensando  sencillamente que,” muchas de esas cosas no son así".
            Culpabilizarse de forma injustificada nos impide muchas veces ver situaciones con determinada claridad y obrando siempre según nos dicta nuestra conciencia.             Debemos darnos tiempo para no atormentarnos y ocuparnos de nosotros mismos. Sin dudas debemos pensar primeramente en la grandeza de la amistad, y saber ponernos en su lugar. En definitiva esto es  un acto de valentía que a todos nos gustaría que cuando nos suceda, siempre existiera “ese alguien” que no advirtiera, y no nos reprochara su actitud, comprendiendo que gracias a ello han quedado cubiertos esos  secretos personales, que todos albergamos en nuestro interior.
            Es realmente cierto que al principio, al verse herido nuestro amor propio, por una cosa aparentemente tan simple y sencilla, se suele producir una sensación de derrota o vencimiento, que es difícil de superar; es entonces cuando nuestro orgullo nos venda los ojos, no queriendo reconocer nuestra derrota, negándonos a darnos cuenta en esos momentos, de la completa seguridad de que ahora disponemos. De esta forma pienso que muchas veces, perdemos muchas de las buenas amistades, por culpa ese orgullo, sobrepasando nuestra conciencia, e impidiendo aceptar el verdadero reconocimiento de nuestro corazón.
            Y cuántas veces ese exceso de orgullo no nos permite analizar y optimizar una determinada acción, llegando a estancarnos y negándonos a evolucionar.
            Para terminar, solo decir, que si existe una verdadera amistad, no debemos tener ningún motivo de “preocupación por propagación”, ya que entonces dejaría de ser AMISTAD.-

Meditación: Si lastimaste el corazón de un amigo, no pases la página, primero reflexiona y si estuvo bien lo que hizo, quizás te equivocaste.

Un día en el bosque.



Meditación: El desprecio es un placer que dura sólo un día; la generosidad es un sentimiento que te puede hacer feliz eternamente.

Este vídeo pertenece a la colección particular de Edgardo Vargas