jueves, 31 de octubre de 2019

Amistades inolvidables.


La amistad es un tipo de unión afectiva que se basa en la comunicación, el apoyo mutuo, la comprensión, el afecto y la absoluta armonía entre dos personas. Con una amistad se puede ser totalmente sincero, abrirse por completo sin temor y sin reservas, en ello se deposita la confianza y se espera por otra parte, la tolerancia. Debemos estar dispuestos a dar sin reservas todo aquello que se espera de nosotros mismos.
            En la amistad hay dos sentimientos fundamentales que son la confianza y el afecto, como anteriormente decía. El significado de la amistad y el tener una amistad es algo que se instaura e influye en un desarrollo posterior.
            La amistad, es una relación íntima de dar y recibir. Responde a unas necesidades inmediatas, como son la seguridad, la aprobación del otro ante el rechazo de la soledad, aportando gratificaciones como la compañía, tolerancia, transigencia, conformidad, etc. ¡Cuántas veces se abusa de las cualidades de los amigos y no se les valora como debe! En la amistad, la unión entre sentimiento y pensamiento es algo muy importante y complicado. Las amistades hay que cuidarlas. Los amigos deben mantenerse en contacto, hablarse, escribirse, pasar ratos juntos, si no, la amistad se marchita y muere. Hay quienes afirman que una verdadera amistad es incompatible con otras, relaciones. Aunque, es posible que ésta al mismo tiempo sea una sólida y enriquecedora base para el sostenimiento de unos nuevos vínculos. Así la amistad puede tener tantas formas como capacidad para dar lo mejor de nosotros mismos adaptándonos a las circunstancias.
            Al “tener una amistad” debemos sentir certeza completa de que podemos contar con ellos, y a su vez de que ellos pueden contar contigo. Aparte de la relación afectiva en sí, la amistad es siempre una forma de enriquecimiento personal, puesto que de esa amistad se desprende afecto y experiencia personal que conocemos por nosotros mismos y no por lo que nos cuenta otras personas. Cabe preguntarse: ¿es posible tener un verdadero amigo en los tiempos que corren e incluso aunque que esté lejos de ti? La respuesta es sin duda afirmativa, pero no hay que olvidar que la amistad profunda implica el riesgo de abrirse al otro, de forma que nos conozca tal como realmente somos.
            Es justo reconocer, que el amor a veces se acaba; la amistad soporta mejor el tiempo. Con un amigo cooperamos y no competimos, sabemos lo que cada uno siente y piensa del otro teniendo una disponibilidad para escuchar y apoyar en las horas bajas. A un amigo se le aceptan las debilidades y los errores, aunque desgraciadamente no siempre es así. Por eso decimos que, el nivel de amistad es un pacto tácito que debería perdurar sin tener en cuenta el tiempo, ya que en algunos momentos un verdadero amigo resulta el mejor apoyo.
Aun pasando mucho tiempo sin tener relación con esa amistad, no digas nunca “yo tenía una amistad”, realmente la tienes, puesto que las amistades, aunque no se comuniquen nunca se olvidan.

Meditación: Los buenos amigos son difíciles de encontrar, difíciles de dejar e imposibles de olvidar.


viernes, 25 de octubre de 2019

No pierdas la ilusión.


¿Quién no ha estado ilusionado en su vida en alguna ocasión? Siempre en algunos momentos se nos ha presentado ese estado de motivación, por el que a través del cual nos hace sentirnos con sensaciones, pensamientos y actitudes positivas. Sí, es verdad que, para sentirlas, debemos permitirnos “soñar” haciendo necesario deshacernos de excesos de obligaciones y poner en juego el sentido personal del instinto y la fantasía. La ilusión forma parte de la vida y de nuestro comportamiento, incluyendo conductas y actitudes.
            Sé que la vida es tremendamente despiadada y nos hace perder la ilusión a cuantos actos nos propongamos, pero todo es consecuencia de la falta de motivación que nos da como resultado la no consecución de nuestros objetivos. Este hecho puede asociarse con los auténticos problemas personales de ansiedad y de tristeza. Pensemos siempre que cada etapa de la vida viene marcada tanto por una ilusión, como por un reto a superar. Solo se trata de una polaridad en la que todos estamos inmersos, y para poder vencerla es necesario cubrir las necesidades que esos momentos se nos plantea.
            Es muy frecuente decir: “yo he perdido toda ilusión en esta vida” Proponte no llegar a esta situación, dependiendo siempre de tu motivación personal y de las ofertas que se te presenten. La falta de ilusión es causa de ausencia de motivación y sobre todo de la consecución de alcanzar nuestros objetivos. Todo junto, puede asociarse con nuestros problemas emocionales como anteriormente decía a través de la ansiedad y la tristeza. El problema es que algunas ilusiones no son tan genuinas como aparentan ser, sino que vienen inducidas por lo que se esperan de ellas.
            Consideremos siempre que el ser humano por naturaleza no puede vivir sin ilusión porque entonces nuestra existencia se transformaría en un cúmulo de obligaciones sin sentido, de esfuerzos malgastados, de insatisfacciones, que terminarían agotándonos. Por eso, perder la ilusión es como estar desestabilizado, perdiendo la fuerza que nos hace vivir con seguridad. En general las ilusiones en todo momento de nuestra vida, deben construir el eje que nos pueda dar sentido a nuestra existencia.
            Una de la manera más frecuente de perder la ilusión es, prácticamente, llenar nuestro día a día de obligaciones, a veces innecesarias, anteponiendo todo a aquello que nos “obligamos” a realizar. Cuanto más rígidos seamos respecto a cómo tenemos que hacer las cosas, más prisioneros seremos de nuestros actos. A veces deberíamos cerrar los ojos y “ver” las cosas con otro sentido, para poder recuperar esa ilusión y poder llevar a cambio esos momentos que añoramos en la vida, llegando a conseguir nuevos hábitos para conseguirlos.
            Generalmente siempre pensamos que cada persona quiere la máxima ilusión y para ello su destino es gozar de una vida cómoda, sencilla y segura, mientras que otras necesitan ilusionarse constantemente con cosas nuevas y diferentes para sentirse satisfechas. Cada persona tiene una forma de vida y ninguna es mejor que otra. Por eso recuperar la ilusión debe convertirse en una obligación, porque si no nos lo tomamos así, seguiremos sumidos en eso de “debería haber hecho”.

Meditación: No rechaces tus sueños. ¿Sin la ilusión el mundo qué sería?

sábado, 19 de octubre de 2019

¡Intentas cambiar!


¿No piensas cambiar? ¿Por qué? Cambiar no es rendirte, Cambiar es tomar una nueva actitud frente a tu vida, y olvidar los errores liberándote de esas frustraciones que a veces te oprimen. O es que no lo percibes. Sin darnos cuenta nos convertimos en nuestro propio enemigo, actuando de forma distinta a como verdaderamente desearíamos. Todo es como un trato personal contigo mismo, ya que la mayoría de las veces, todo es producto de la rabia y una indignación falta de lógica, hacia aquella persona que consciente o inconsciente creíste que te lastimó.
            La mejor forma de conseguir cambiar, está en desearlo. Siendo así, en algún momento de tu vida sentirás esa inspiración que te hará reflexionar y ver esos problemas con claridad. No lo dudes: Todos tenemos un nivel de tolerancia a esa postura en la cual te crees que es la verdadera. Pero piensas y verás que de nada sirve mantenerte así. La mejor forma de conseguirlo es pensar qué pasaría, admitiendo que es posible que cuando lo intentes, consigas que ese día podría ser cómo un día normal, es decir: igual al día que decidiste tomar esa nueva actitud, aunque hayan pasado muchos años.
            Sé que muchas veces lo intentamos, pero no tenemos la fuerza suficiente de iniciar ese nuevo proceso, que interiormente deseamos, simplemente diciendo: “tengo el derecho a hacer lo que quiera” y nadie debe decidir mi propia iniciativa, aunque mi subconsciente me diga que “debo tomar una nueva actitud” Sólo por la razón de que así no obro bien. Todas esas ideas u opiniones las adaptamos como firme y propias, llegando así a un cúmulo de conceptos preestablecidos, pensando siempre en que forma deberíamos adoptar ante esa nueva decisión.
            Normalmente nos resulta difícil reconocer el problema, y por qué sucedió esa forma de actuar, y así nos preguntamos ¿Quién tuvo la culpa? ¿Qué motivo la provocó? llegando a la conclusión de que aquello que pensamos no es lo que realmente fue, todo es debido a que durante un tiempo nos hemos creado ideas, juicios, creencias y convicciones totalmente irracionales. Piensas, que ante esa actitud eres capaz de atormentarte y martirizarte a veces sin sentido y sin una base que se sostenga. Cuantas veces esa sensación en la que vivimos nos priva de un bienestar, al cual todos tenemos derecho, pero la intolerancia hace que suframos ante la cual, no queremos considerar. En realidad, todos deseamos alcanzar una nueva meta y cambiar y no mantener nuestras vidas llenas de obstáculos.
            Desear cambiar, sólo es querer estar bien contigo mismo, ser feliz, aunque todo ello nos comprometa a la simple decisión de tomarla. Es como si fuera un hábito o una tarea que debemos aprender y a cultivar. Existen ocasiones en que, al intentar el cambio, se apodera de nosotros unas emociones que nos hacen retroceder, pero ¿por qué no piensas, que podría ser como aquellos días, antes de tomar esa actitud, a pesar de haber pasado varios años?
            Cuando una decisión está tomada, piensas con firmeza y no trates que esa idea se te escape; al cambiar todo se transforma, y nada malo puede suceder. Cuando se llega hasta ahí, no pienses en aferrarte a tus pensamientos pensando siempre cómo deberían haber sucedido las cosas, para mediante eso, debes otorgarte la libertad de haber tomado esa nueva decisión de cambiar.



sábado, 12 de octubre de 2019

Decidir, pero sin prisa.


Siempre debemos tomarnos el suficiente tiempo para tomar una decisión, puesto que ésta nos puede presentar una situación definitiva en nuestra vida. Diariamente nos encontramos con situaciones donde debemos optar por algo, pero no siempre resulta sencillo. Tomar buenas decisiones es un auténtico arte y hay muchos factores que nos influyen a la hora de tomar una correcta determinación.
  Algunas personas tienden a decidir “si” casi siempre, mientras que otras optan por el “no”. Esto nos puede llevar el mismo tipo de decisión, pero nunca nos ayudará a crear nuevas posibilidades. En verdad estamos tomando decisiones constantemente, muchas veces sin darnos cuenta, pero muchas otras, enfrentándonos a elecciones que van a determinar nuestro futuro. Vivir significa elegir; pero nunca, inmovilidad y bloqueo. Cada vez que proyectamos nuestro futuro en cualquier ámbito de la vida, se abren ante nosotros un sinfín de posibilidades, y no hacer ninguna elección, supone no progresar… en ninguna dirección.
En la vida pasamos por determinados momentos, en que nuestro corazón influye ante la realidad y nos expone una respuesta que damos por medio de nuestras reacciones. A veces son difíciles de tomar y pueden llevarnos a situarnos ante un serio conflicto, pero en esos momentos creemos que es lo más acertado, no haciéndole caso al análisis premeditado. Nuestras vidas están llenas de momentos en las que es necesario tomar decisiones. Aunque nunca estaremos libres de que nos surja un conflicto, al cual debemos hacerle frente, ya que así nos lo dictó nuestro corazón, pero no por eso deberíamos arrepentirnos. No es una terea sencilla, y deberíamos vivirla con gratitud, desbordando ese afecto, que nos permita liberarnos de los llamados “miedos a equivocarnos”
Así decimos que optar por un camino, implica casi siempre perder otro, es decir, sencillamente, saber renunciar. Es algo que hacemos constantemente cuando procedemos con nuestras rutinas diarias.  Casi siempre estamos acostumbrados a tomar decisiones basadas en la razón, y en datos ya preestablecidos, simplemente por la costumbre de tropezar con las malas decisiones que la vida nos presenta, pero cuántas veces damos gracias por haber tomado esas decisiones que el corazón nos dijo acertadamente en un momento puntual.
También es muy frecuente estar sometido al riego del fracaso. La sociedad en que nos movemos nos enseña que, si nos equivocamos en tomar una decisión, termina siendo un fracaso, ya que no estamos acostumbrados a ver los errores como fuentes de aprendizaje, sino como el origen de algo vergonzoso. Existen momentos o determinadas situaciones en que podemos tener suerte y las cosas se “resuelven solas”, pero el tiempo, no nos suele poner fácil. Es esa situación cuando quedamos desorientados sin saber a qué atenernos. Tengamos en cuenta que tomar decisiones a corto plazo el problema parece estar resuelto, sin embargo, a largo plazo puede tener soluciones más acertadas. Aunque en la vida hay muchas cosas que se escapan a nuestro control, ya que siempre podremos decidir algo sobre ellas. Por lo general, respetamos más a las personas que son capaces de tomar sus propias decisiones, es decir; de asumir errores y de intentar conseguir lo que se proponen. No olvidemos que los errores traen lecciones, y el hecho de decidir algo para luego, que no nos gusta, es también una valiosa lección, ya que todo nos ayudará a superarnos mejor.

Meditación: Las peores decisiones en la vida son las que tomamos basándonos en el miedo.

sábado, 5 de octubre de 2019

¿Por qué no olvidamos?


Es curioso que esto suceda, pero: ¿por qué no olvidamos? Si lo observamos es digno de mención, que esto exista. Conservamos vivencias subjetivas a través de nuestra vida, que, a pesar del paso de los años, son hechos que nuestra mente no los aparta. Indudablemente son aquellos que van asociado a una experiencia emocional importante, o es posible que algo bueno dejaron grabados en nuestro interior, ya sean del carácter que fueran, aunque siempre tienen la posibilidad de ser recordados con facilidad, a pesar del paso de los años.
            Es posible que fueran recuerdos que difícilmente se sostenían, pero “pintaban muy bien” a pesar de que solo era “humo” sobre nuestras cabezas. Pero era ¡tan fácil fantasear! Que, a pesar del tiempo pasado, son imposibles de olvidar. Ni que decir tiene que siempre tuvimos momentos que hoy no quisiéramos recordar; pero apartarlos… nuestra vida no permite hacerlos desaparecer, ya que ellos formaron parte de nuestra existencia. Estas emociones participan de manera directa en nuestra mente, quedando grabadas en el recuerdo. Son de tal intensidad emocional que dichas experiencias, logran renovarse ante cualquier circunstancia, evocando enormes sentimientos.
Si lo analizamos bien, nuestras vidas están llenas verdades y engaños, suertes y desgracias, de amigos y enemigos, de alegrías y desilusiones; todo nos conduce a un cúmulo de sorpresas, que cada vez nos sorprenden más. Cuando en tus momentos de soledad, analizas tu vida, piensas que aquello pudo ser real, y quizás el comienzo de reconstruir un nuevo proyecto, que te hiciera recapacitar para poder ser capaz de emprender un nuevo camino sin dejar olvidar tu pasado.
Todo lo guardamos en distintas partes de nuestro cerebro, algo que es imposible que desaparezcan, llamados “recuerdos emocionales” Los momentos y las situaciones los elegimos nosotros, igual que las amistades. Sin embargo, las oportunidades se trabajan y se conquistan. Alguien dirá que la vida no nos da oportunidades. Lo fácil es quedarse detenido en las quejas, en el silencio, en el dolor, pero debemos reconocer que de esa manera la vida se “desangra”. Cambiar, es una decisión que debemos tomar y nunca es tarde para comenzar una nueva vida, un nuevo amor, un nuevo proyecto. Para ello tenemos que desprendernos de una parte de nosotros; sencillamente todo lo que se aferra al pasado, a lo que ya no existe, a lo que no se tiene, aunque evidentemente no se olvida.
Solo decirte mi estimado amigo, que ese pasado equivale en cierta manera a tus años vividos y “aquello”, jamás podrá ser olvidado. Puesto que tan nefasto es vivir anclado en tu pasado como renegar de esa parte de tu historia personal. Por tanto, no se trata de olvidar aquellos recuerdos, a pesar de que hoy los rechaces.
Mantén siempre tu pasado, y nunca lo olvides. Siempre puede ser un gran acto de fortaleza que te hará sentirte cómodo, alcanzando un alto nivel de autoestima, concentrándote en vivir sanamente el ahora, con la intención de proyectar de que siempre fue un hermoso y grato recuerdo.

Meditación: Querer olvidar a alguien significa pensar en él.