domingo, 25 de noviembre de 2018

Ganar confianza.


¿Cómo ganar confianza para que todo salga bien, cuando todo parece ir mal? Debemos de considerar que la confianza en uno mismo empieza a construirse en la infancia, esa seguridad interior que nos empuja y nos motiva puede también desarrollarse de forma consciente en la edad adulta. Por eso tomar perspectivas ante las dificultades, crear vínculos y abrirnos a los demás, centrarnos para saber focalizar nuestras energías, reinventarnos y atrevernos a actuar, son propuestas para ganar la confianza necesaria para avanzar en la vida.
            En realidad, la confianza en uno mismo se construye con los logros que vamos alcanzando, y también superándonos ante las dificultades o sabiendo sobrellevarlas. La confianza tiene que ser primero en ti, y a partir de ahí podemos construir el resto. Por eso para confiar en el futuro hay que cultivar el presente.
            Ahora que estamos en una situación tan complicada, tenemos que intentar sacar de todo lo malo algo positivo en todos los casos. Debemos estar siempre avanzados, siempre hay que estar luchando, y hay que situarse en el escenario, no conformarse con ser un simple espectador mirando la obra de “teatro”.
            A mi parecer, tenemos muchas distracciones, cada vez tenemos ambiciones más absurdas, exigimos demasiado, y nos perdemos las cosas verdaderamente importantes.
            No hay duda que vivimos momentos difíciles, y de que en una situación así, cuando parece que todo se tambalea, no es sencillo confiar en nosotros mismos ni en el futuro. Sin embargo, si miramos las cosas desde un ángulo distinto, también podemos encontrar argumentos para el optimismo, como el hecho de que empecemos a cuestionarnos, que debemos estar más dispuesto a ayudarnos y a unirnos para cambiar el rumbo de los acontecimientos, que seamos más solidarios hacia los que están pasando un mal momento.
            Aunque hoy en día existen muchas razones de peso por las que preocuparse, también es cierto que a menudo nos dejamos robar el sueño por problemas que, vistos con una cierta perspectiva, no son tan importantes. Normalmente nos miramos mucho el ombligo, y eso hace que los problemas se magnifiquen. Es justo tomar conciencia de que hay gente a nuestro alrededor que afrontan situaciones más difíciles que las nuestras. Pero también existen muchas personas que lo tienen absolutamente todo: salud, dinero, familia… y se hunden en un vaso de agua. Ven su problema como el más grande del mundo. Y es porque sólo se mira a sí misma. Cuantas veces nuestro ego es mucho más grande y al mismo tiempo nuestro peor enemigo.
La seguridad en uno mismo es un compromiso diario. Ganar confianza y ser más seguro puede hacer que crezcas en bienestar y felicidad. Así, te enfrentas mejor a los retos diarios, alcanzas tus metas y el camino es mucho más fácil. Eres el reflejo que transmites a los demás. Por tanto, es importante mostrar seguridad y confianza en uno mismo. Siempre las sobrecargas de tareas que todo vivimos y las dificultades que afrontamos son un lógico desencadenante del estrés. Pero confiar más en nuestra capacidad, para solucionar los contratiempos y en que las cosas acabarán saliendo bien, sin dudas, nos ayudarán a aliviarnos. Ganar confianzas en nosotros mismos nos vuelve más resolutivos, animándonos a actuar y siempre nos ayudará a reducir el agotador y limitante exceso del estrés.

Meditación: La vida te pondrá obstáculos, pero los límites los pones tú.


jueves, 15 de noviembre de 2018

Cerrar una etapa.

Decía en uno de mis artículos, que la vida nos presenta continuamente, facetas, épocas y situaciones distintas, a veces tremendamente complicadas; ¿Por qué empeñarnos en mantenerlas siempre presentes? ¿Por qué nos empecinamos en recordarlas, si sabemos que el solo hecho de mencionarlas, ya nos hace daño? Nuestra mente está llena de almacenamientos que se van incorporando desde que nacemos, ya sean creencias, conceptos, situaciones, etc., casi todas por lo general cada vez más complicadas. Entonces, te pregunto: ¿por qué no cerrar definitivamente esas etapas?
Si deseas olvidar, ¡olvida! Si crees que debes perdonar, ¡perdona! Piensas siempre que ni no cierras esa etapa, jamás podrás abrir otra. Lo fundamental es descubrir que siempre optamos con una nueva posibilidad, una nueva alternativa y una nueva opción, para emprender una nueva etapa. No guardes rencor, ni ira, ni desprecio, ni indiferencia, ni desconfianza; analizas que hemos sido diseñados para que nuestras vidas se manifiesten lo más felizmente posible, por tanto, enfócala desde el presente, para poder alcanzar un futuro lleno de posibilidades.
El éxito no entiende de tiempo, ni de resultados. Observas que tienes un potencial y una capacidad lo suficientemente necesaria, para poder abordar ese pasado   que tanto daño te hizo. Nunca actúes por temor a fracasar, debido a que esas “posturas” son siempre lamentables, generando ideas que sólo llegan a confundirnos aún más, e impidiendo que no encontremos la forma de cerrar aquellas etapas. Observa que existen momentos relevantes, en todos los perjuicios que debemos dejar de lado y poder transitar sobre un sentido justo ante una nueva posibilidad.
Así decimos que cuando se disipan las dudas, florece la esperanza y todo es posible. Siempre las equivocaciones son también señales de advertencia que, si las tenemos en cuenta permanentemente, pueden servirnos para evitar reincidir nuevamente. Si somos personas que nos negamos a admitir nuestras propias equivocaciones, jamás sacaremos nada bueno de ellas. Es cierto que cuando nos equivocamos, tenemos cierta tendencia a ignorar o culpar a otros. Asumir nuestros fallos e intentar sacar consecuencias positivas, llevándonos a una visión más amplia de la realidad y dotándonos de nuevas experiencias para el futuro. De esa manera sucede que, cuando nos impedimos limitar esos “cambios” o a cerrar esas etapas, nos paralizamos y anulamos todo lo que está por delante. No voy a negar que el pasado forma parte de nuestras vidas, e indudablemente ha contribuido a que seamos lo que somos. Pero, ¿por qué no, desprendernos de él si nos hace daño y nos atormenta?
 Nunca nos hemos parado a pensar que en todo error siempre hay un “beneficio”, una nueva oportunidad, el quid es saber encontrarlo. Porque si no fuera así, no existiría ese dicho popular que nos dice: “de los errores se aprende” ya que, si durante toda nuestra vida nos empeñamos en vivir pensando en el pasado, jamás podremos vivir el presente, sin poder desprendernos del influjo que nunca nos dejará avanzar. De modo que la respuesta es relativamente sencilla; todo consiste en cerrar esas etapas que tanto nos atosiga, y volvamos a vivir con nuevas energías, e intentar olvidar los malentendidos, abriendo de nuevo las puertas a una posibilidad para que a través de ellas podamos manifestar esos sentimientos que nos hagan conectar con la auténtica felicidad.

Meditación: Para poder seguir, a veces tenemos que empezar todo de nuevo.

sábado, 10 de noviembre de 2018

Afrontar la tristeza.

A veces estar triste nos hace creer que estamos enfermo. Pensemos que esa profunda tristeza, puede nacer de causas físicas o morales, arrastrando una desgana de vivir, que al mismo tiempo nos lleva a consecuencias, que nos hace imposible abortar la capacidad de adaptación de nuestro cuerpo. La tristeza es como una emoción que generalmente surge ante las pérdidas que sufrimos en la vida, de ahí que sea tan intensa como profundo sea el vínculo de lo perdido
En general, cuando sentimos tristeza es porque hemos perdido algo, ya sea real o fantaseado. Es decir, que carecemos de aquello que antes tuvimos y ahora es cuando verdaderamente no hay posibilidades de recuperarlo. Es por ello que la tristeza nos implica la ausencia de energía, dejándonos inactivos para ceder paso a la aceptación, de esa nueva situación. Al no tener esta fuerza, no queda más acción posible que la de aceptar, contribuyendo a dejar de “forzar” la realidad. Aquello que antes manteníamos, ahora, debido a la ausencia de energía es cuando se apodera esa sensación de tristeza, que nos hace imposible soltarla.
Inmediatamente se nos viene a la mente cosas como “todo esto es por mi culpa”, “nunca voy a salir”, “siempre todo lo malo me pasa a mí”, “jamás voy a superarlo”, “si yo hubiera…”, etc., quedando de esa forma estancado. De este modo permanece el foco de atención de aquellas fantasías o aquel imposible, renovándose la tristeza una y otra vez en ese sentir que ya no tiene remedio
Comprendo que estar triste no es nada agradable. La mayoría de nosotros, cuando estamos tristes, lo que queremos es dejar a un lado esas ideas negativas y pensar en algo positivo. Cuantas veces no sabemos por qué estamos tristes y de qué manera cambiar nuestros sentimientos. La tristeza es una de las emociones más frecuentes en los seres humanos y se puede desencadenar por miles de motivos. El hecho de llorar o expresar nuestros sentimientos está mal visto por buena parte de la sociedad, sin embargo, es lo que muchas veces necesitamos para sentirnos mejor.
Siempre existe aquella persona que te dice: “eso tienes que superarlo” Para ello, tenemos que entender que las emociones no son ni malas ni buenas, sino que simplemente es nuestro cuerpo el que debe intentar adaptarse a ese nuevo evento. La clave es no enredarse en ellas ni dejar que influyan en nuestra vida.
Por tanto, deberíamos estar preparado para cuando nos aborda la tristeza, elaborando una lista de recuerdos agradables como: aquellos juegos de juventud, aquella melodía que nos hacía soñar o incluso aquella bonita amistad que nos proporcionaba una tremenda ilusión, etc. Cualquier cosa que nos permita sentir la calidez de una emoción positiva, y que al mismo tiempo genere un sentimiento en nuestro corazón. Mis estimados amigos: intentemos revivir de nuevo aquellos recuerdos felices. Todo bastará para paliar, haciendo huir la emoción de la tristeza.

Meditación: Mirad hacia adelante… que para atrás ya dolió bastante.

martes, 6 de noviembre de 2018

Confiar en el amor.

Indudablemente el título es muy atractivo, pero ¿cómo se mantiene esa confianza? Empezamos demasiado pronto a sentir o a decir que amamos, y eso hace que al poco tiempo todo ese furor se rompa. Cada vez es más habitual encontrar personas perdidas, que no saben cómo afrontar el amor. Las condiciones pueden ser de distintas índoles, como: “honestidad duradera” “llegar a conocer realmente a tu pareja” “combatir los buenos y los malos momentos” Estos son algunos de los requisitos, necesarios para poder confiar en el amor e indispensable para llegar a la conclusión de que tu relación puede llegar a ser maravillosa.
            Existe una teoría muy concluyente que de jóvenes nos dicen: “el amor es eterno” una vez que amas a una persona, la amas para siempre. Si amas a una persona y posteriormente sientes que ya no le amas, significa que nunca le amaste. Incluso estando juntos durante varios años no somos capaces de profundizar o experimentar una verdadera felicidad dentro de esa relación, puesto que no existe una base firme de confianza.
            No es necesario de grandes proezas ni de grandes sacrificios, solo para que el verdadero amor fluya con naturalidad, se necesita que exista confianza, puesto que ello nos ayudará a aceptarnos tal como somos, y al mismo tiempo expresar nuestros sentimientos de forma recíproca, reconociendo nuestras virtudes y nuestros defectos.
            Cuántas veces nos mostramos ante nuestra pareja, como la persona ideal, es decir; sin defectos y sólo cualidades. ¡Es entonces cuando idealizamos a ese ser que amamos! Pero una vez pasado un tiempo, inevitablemente nos estrellamos, porque no le conocíamos bien o no conocía nuestros hábitos, formas, costumbres, etc., entonces nos sorprendemos y hasta llegamos a desilusionarnos. Solo ha sido producto de una falta de tiempo para conocernos, motivo por el cual florece esa falta de confianza.
            El amor no es un sentimiento fácil, pensemos siempre que requiere de un desarrollo personal que nos permita una situación desinteresada hacia la otra persona, pero sólo por amor. Indudablemente es una actitud comprometida, que sólo se llega con humildad, con una férrea voluntad y sobre todo, con absoluta confianza mutua.
            ¡Ama! Aunque al decir esto, no expreso que el sólo hecho de amar haga desaparecer la desconfianza. En nuestro interior esa desconfianza luchará contra ti mismo, porque en el fondo, sólo queremos ¡amar! La falta de confianza siempre estará presente intentando “luchar” para vencernos. Pero pensemos que el verdadero amor puede vencer la desconfianza. De esa manera el amor no se destruye, sino que se enriquece de una manera absoluta.
            Cuando la desconfianza se instala en nuestra relación, no hay mucho que se pueda hacer para recuperar el vínculo que al principio se mantenía. He de reconocer que dentro de la gran variedad de agravios, ofensas y sinsabores que vivimos los seres humanos, la pérdida de la confianza es lo que más estragos causa durante mucho tiempo, siendo necesario para recuperarla vivir un verdadero suplicio por el orgullo y la capacidad de perdón que se necesita.

Meditación: Confía en lo que sientes, más que en lo que piensas.

viernes, 2 de noviembre de 2018

¿Por qué estamos estresados?

                  Creo haber dicho en alguna ocasión que el estrés y la ansiedad lo usamos como sinónimos, entendiendo en ambos casos, como un tipo de reacción emocional, caracterizado por la alta presión en que vivimos. En verdad el estrés sólo es un proceso de no adaptación al medio de nuestro desarrollo habitual.
            Cuando programamos previamente lo que vamos a hacer, nos tomamos en serio nuestro trabajo o nuestra actividad. Y, normalmente, eso da pie a que no ajustamos nuestros proyectos y programas a situaciones reales. Sin embargo, cuando nos paramos a pensar en ello, es cuando nuestro “tic” social continuamente nos dice: “Debo detenerme y pensar” “No puedo perder el tiempo” dejándonos llevar por el estrés. En cambio, la ansiedad es una reacción emocional de alerta ante una amenaza. Digamos que es un proceso interno de cambios, que nos conduce al estrés. Así podríamos decir que la ansiedad es la reacción emocional más frecuente. Ante esta situación, nos dejamos llevar por el estrés, produciéndonos de esta manera casos de ansiedad, realizando entonces trabajos con prisas y mal acabados.  Así, cuando actuamos de esa forma continuada, nos provoca a la larga, ese malestar personal, todo debido a la precariedad de la situación que nos rodean.
            La pregunta que enseguida nos viene a la mente es la siguiente: ¿cómo podemos actuar para evitarlo?  Basta con hacer un ejercicio diario de algún tipo de actividad que nos ayude a desarrollar nuestro control mental. No hace falta dedicarle mucho tiempo, pero debemos ser constantes. Es posible que unos lo logren, y otros no; sólo se debe a que unos poseen una naturaleza que les hace más especiales, y les ayudan a lograrlo, utilizando los medios oportunos para apartarlos de las conductas precipitadas.
            Realmente lo importante en estos casos es no ir siempre con prisas, ello nos ayudará a apreciar más las cosas. Se trata simplemente de asombrarnos con lo que poseemos, deleitándonos y gozando de las pequeñas cosas que nos rodean, puesto que a menudo las vamos aparcadas y no nos fijamos en ellas.  Hoy en día nos enfrentamos a situaciones en las que nuestra existencia corre peligro, Entonces el estrés se agudiza, estando presente en nuestro organismo, el cual se dispara cuando nos encontramos ante situaciones que previamente hemos considerado como amenazantes para nuestra integridad. Si esta situación, u otras que nos generan grados de tensión, y se repiten de manera continuada, nuestro cuerpo debe prepararse para luchar o huir de ese estado permanente. Es la típica sensación de agobio, ante la cual cada día nos encontramos. Todas las preparaciones en forma de cambios físicos, deben evitar el peligro para liberarnos que nos hagan estresarnos
            La mejor manera de evitar el estrés es prevenirlo. Posiblemente me dirás ¿Cómo? En primer lugar, aprender a reconocer cuando estamos sufriendo, y admitir los problemas cuando llegan, como una situación más de nuestra vida, no dejándonos llevar por pequeñas preocupaciones. A veces son consecuencias de esa debilidad que todos padecemos y no somos capaces de dominar a su tiempo, convirtiéndose en amenazas emocionales imaginarias, las cuales generan situaciones crónicas. 

Meditación: Hacer lo que te gusta es libertad. Gustarte lo que haces es felicidad.