Desde pequeños nos
enseñaron la importancia de dar las gracias. Es de buena educación, y una
manera muy simple de hacer que el otro se sienta bien. Tanto es así que, esa
gratitud entre amigos, nos ayudará a “revitalizar” nuestras relaciones. Se ha
llegado a la conclusión que las expresiones de gratitud fortalecen las
relaciones. Aún recuerdo el libro que de pequeño estudiaba de Ética y Moral, “Valentín,
el niño bien educado”, el cual decía en su prólogo: “Buen porte y finos
modales, abren puertas principales”; hoy desgraciadamente eso ya no se estudia.
Además,
una reciente investigación sugiere que estos sentimientos se pueden adaptar en
última instancia, creando vínculos con la gente que se preocupan por el
bienestar de los demás. La gratitud provoca una cascada de respuestas dentro de
las personas, al mismo tiempo, cambia la visión de todo el que se beneficia de
estos sentimientos, por lo que crea un afecto multiplicador.
La gratitud no significa "devolver
el favor": si alguien me sirve una taza de café no significa que después
debo servir a la misma persona una taza y quedar igual... El agradecimiento no
es pagar una deuda, es reconocer la generosidad ajena.
La persona agradecida busca tener
otras atenciones con las personas, no pensando en "pagar" por el
beneficio recibido, sino en devolver la muestra de afecto o el cuidado que tuvo
en un momento determinado. ¿Has notado como los niños agradecen los obsequios
de sus padres? Los pequeños muestran
su gratitud con una sonrisa, un abrazo o un beso. ¿De qué otra manera se puede
agradecer y corresponder a esa edad? Y con eso, a los padres les basta. Ser
agradecido es más que saber pronunciar unas palabras de forma mecánica; la
gratitud es aquella actitud que nace del corazón, dirigida a aquellos que
hicieron un bien por nosotros.
A veces pienso que escribir sobre las cosas o personas de
las cuales me siento agradecido me llena de felicidad. Puesto que dar las
gracias a otros seres o a la Divina Providencia, me incita aprecio, serenidad,
paz, felicidad, etc.
Desgraciadamente existen personas que se incomodan cuando
reciben el reconocimiento o la gratitud de los demás; ya sea por modestia,
pudor, falta de humildad o porque no creen en sus propios valores personales,
no sabiendo cómo integrar el agradecimiento de los demás hacia ellos. La
gratitud es sencillamente dar las gracias de forma asociada al reconocimiento,
a la lealtad, al cariño, a la amistad e íntimamente vinculado a la solidaridad,
a la satisfacción y a la felicidad. Las personas conscientes de apreciar haber
logrado lo que querían y practican el agradecimiento de forma cotidiana son más
felices y optimistas, llegando a poseer una autoestima muy elevada.
Meditación:
El que da, no debe volver a acordarse; pero el que recibe nunca debe olvidar.
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