domingo, 31 de agosto de 2014

Sueños eróticos.

           A la interpretación de estos sueños, se suele decir que son deseos reprimidos, aunque también pueden representar temores, anhelos o necesidades. Desde simples romances a las escenas más calientes, todo el mundo tiene sueños eróticos, aunque son muy pocos los que lo reconocen. Pero, esto dice mucho de nosotros y de nuestra sexualidad.
           Cuando la luz se apaga, nuestra mente se abandona al recogimiento y alcanzamos un estado de reposo tal, que se liberan nuestros deseos más profundos. Casi siempre son aquellos que somos incapaces de verbalizar durante la vigilia y que desde tiempo inmemorial intentamos interpretar para conocer su significado.
            En cuanto al origen de estos sueños, los expertos nos dicen lo siguiente: los sueños eróticos no aparecen por casualidad, son el fruto de deseos vividos durante el día. Por ejemplo: si una persona te ha impactado durante el día, es muy posible que sueñes con ardientes deseos de abrazarle.
            Gracias a ellos, podemos evaluar el grado de represión sexual que poseemos, así como la gama de posibilidades eróticas que podríamos llegar a disfrutar. Estas fantasías, pueden crear el apoyo y la seguridad que determinadas personas no tuvieron en el pasado, y nos ofrecen información muy útil sobre su erotismo, al tiempo que nos revelan verdades que podemos materializar en nuestras relaciones. Podríamos preguntarnos; ¿Para qué sirven los sueños eróticos? Hacer el amor en un sueño nos muestra la imaginación que una persona es capaz de formarse a través de una historia deseada o incluso de satisfacer deseos inconscientes. Son en realidad objetivos verdaderos de liberación, puesto que el sueño nos permite cumplir necesidades sexuales pasadas y, por lo tanto, movernos mejor que en la vida diaria.
             Un sueño erótico puede incluir elementos desconocidos. Para entender el erotismo de un sueño es importante prestar atención a la manera en que se presenta estos elementos en el sueño. Todo elemento relativo a ese sueño significa algo. A veces el significado es obvio, y a veces puede ser de una tremenda oscuridad e incluso puede significar un deseo de conexión física o emocional con una determinada persona.
             Aunque también puede ser un símbolo de que no existe ninguna conexión con esa persona y el sueño cumple el rol de satisfacer un deseo preconcebido.
             Siempre dichos sueños suelen representar un contenido erótico de excitación sexual. La persona durante el sueño tiene imágenes, emociones, sensaciones o conocimientos relacionados, siempre a su sexualidad, los cuales se representan con un auténtico realismo. Un sueño erótico también puede ser una forma de disfrutar de una forma pasiva una tensión sexual, a la cual nuestro ser está sometido durante el día, como por ejemplo mantener una relación con alguien que te gusta.
             Los deseos reprimidos, sabemos que, cuando son agresivos, pueden ser la exposición de temores que reflejan sensaciones de malestares existentes durante nuestro estado de reposo.

 Meditación: Por naturaleza, tenemos fantasías eróticas de lo más inverosímiles, con las personas más inverosímiles.

jueves, 28 de agosto de 2014

Lo inesperado II.

           Es difícil de comprender, lo que la vida nos augura; nunca estamos seguros  lo que es el futuro. ¡Nunca te lo imaginas! Lo malo de esperar algo, es que tiene que llegar. Es como una sensación que nos invade, y cuando nos llega, encontramos el vacío, la desilusión, la pérdida de aquella amistad que siempre creíste que jamás la perderías. Es entonces cuando sentimos el fracaso, la decepción, el desánimo y la rabia.
            Si, la rabia, porque aún no encuentras los motivos de esa acción tan inesperada que al cabo del tiempo no llegas a encontrarle una explicación razonable. Al final deberíamos tener razón a aquello de vivir el día a día sin nunca esperar nada, sin deseos, sin riesgos, sin proyectos ni planes. En definitiva no pensar en nada, es como un regalo inesperado.
            Es como un viaje del que nada espera, o de una persona de la cual ya jamás sabrás si existe. ¡En la vida todo es inesperado! A veces lo que esperas es peor si lo comparas con lo inesperado. La razón por lo que aún nos aferramos a la esperanza es que lo que esperamos, es lo que nos mantiene en pié, esperando siempre una explicación
            Nadie crece pensando si su vida saldrá mal. Todos creemos que nos irá bien, y desde el día que esperamos en esa creencia, cuando se desvanece, no le encontramos ningún motivo razonable. Pretendemos aferrarnos a la esperanza que algún día llegará esa explicación, por mucho que sepamos que es muy difícil de conseguir. La mayoría de las veces somos conscientes de que es casi imposible, siendo la única razón por la cual acudimos a la esperanza, a pesar que jamás podamos comprender lo inesperado de aquella determina acción.
           Los caminos de nuestra vida lo marcamos nosotros mismos, e incluso sin darnos cuenta, tomamos decisiones o hacemos algo que nos lleva por el camino inesperado.
            Nunca dejamos de sentir ese momento. Es lo que nos proporcionan las cosas  agridulces, pero como dije anteriormente, la vida sigue, y aunque el tiempo lo borra todo, siempre lo inesperado se mantiene en el subconsciente.
            Quien haya perdido “algo” cercano entenderá de qué hablo, reconocerá los síntomas enseguida, y se sentirá identificado. En mi caso creo que pese a la negación inesperada a través del tiempo, es difícil hacerse a la idea de poder entenderlo. Nunca se deja de sentir esa pérdida, cómo decía antes, pero la vida sigue y el tiempo no borra todas las heridas, pero sí las suaviza, intentando comprender una razón explicable o  al menos, que aquello que el tiempo nos presentó, es lo que inesperadamente desapareció.

 Meditación: Todos los momentos de placer se hallan contrapuestos por un grado de dolor o de tristeza.

lunes, 25 de agosto de 2014

Encontrar momentos de silencio.

            Hay momentos en nuestra vida, que cuando empezamos a meditar, partimos de la idea de que vamos a buscar un estado de tranquilidad o de bienestar, considerando que para alcanzarlo tenemos que encontrar un medio acorde, como el silencio.
             Desde el silencio abriremos nuestra conciencia a voces, la cual nos pide menos egoísmo,  más razonamiento, más bondad, menos avaricia y más entrega. Oiremos llamadas de amigos olvidados, de soñadores que buscan a alguien que les dé una mano para construir un mundo mejor, de compañeros que han quedados relegados a la soledad.
             Nuestro subconsciente nos pide momentos de silencio. Sin darnos cuenta estamos invitados al “desierto” para renovar pactos, para susurrarnos al oído, que a veces estamos equivocados.          Por eso, encontrar momentos de silencio interior no depende del lugar donde nos encontremos, sino de entrenar nuestra capacidad de atención plena.
           ¿Cuántas veces hemos sentido que todo nuestro mundo de derrumba? ¿Que nada nos sale bien? Es aquí donde el silencio puede darnos la respuesta, ya que es un espacio que nos permite escucharnos a nosotros mismos. Sin embargo, lo peor que puede existir para un ser humano, es no sentir el silencio interno; es decir; no querer escucharse. Este puede provocar sentimientos de vacío y desazón, y se produce porque se reprime lo que se siente, son momento, en los cuales nos sentirnos invadido por ideas y afectos negativos, silenciando de esa manera nuestra mente.
           Consideremos que el silencio, por el hecho de ahondar en nuestra conciencia, aumenta la potencia de nuestra mente y de toda nuestra personalidad de un modo extraordinario. Gracias al silencio se desarrolla nuestra sensibilidad interna, es decir, que nos capacitamos para afinar nuestra percepción, Esta percepción abarca en las vías intuitivas, así como decir en las vías conscientes, las cuales a través de ellas podremos captar en las profundidades de las personas sus situaciones. Y a nivel subconsciente, nos vincula con toda la vida en cualquiera de sus formas y manifestaciones.
            En nuestro “desierto” uno parece caminar por un sinfín de dudas y contradicciones, por un camino que no parece tener rutas definidas, en los que el consuelo de los demás no es suficiente para nosotros de paz interior. Es, en estos momentos en los que aún más hay que confiar en la Providencia; es el momento de abandonarse. Lo más importante es no perder el deseo de humildad. Abrirse caminos en nuestra vida propia, aunque lo único que podemos hacer es ofrecer el deseo de encontrarnos con los demás.
            El silencio es parte de nuestra vida, no debemos tener miedo de él, conocerlo nos puede permitir entendernos mejor a nosotros mismos

 Meditación: Por el silencio se reconoce lo que muchos llevan en su corazón.

viernes, 22 de agosto de 2014

Ser agradecido.

           Cuántos de nosotros, cuando muchas de las cosas no funcionan, buscamos un  método particular para que se nos hagan efectivas, como puede ser: la oración, la palabra, el pensamiento, el poder de la visualización, el agradecimiento, etc. Y hablando de ésta última. Existe esa palabra mágica “gracias” que sólo al pronunciarla nos libera de ataduras emocionales y al mismo tiempo nos proporciona una vida más consciente, plena y feliz, y, por qué no decirlo, nos abre muchas puertas. Por tanto ¡ser agradecido!
            El simple hecho de sentirnos agradecido por cualquier cosa de nuestra vida, es también reconocer que las aceptamos tal como vienen. Por eso decimos que el agradecimiento es la base para conseguir la felicidad. En realidad no se trata de devolver favor por favor, ni  regalo por regalo, sino expresar admiración y gratitud por las cualidades humanas de quienes nos honran con sus dones.
            El agradecimiento es una cualidad humana vinculada a la madurez y a la salud psicológica de las personas. La gratitud es un valor fundamental indispensable en nuestra vida afectiva e incluso es un valor que nos conecta con nuestra espiritualidad. Sin duda es un elemento fundamental en cualquier relación y al mismo tiempo una norma social básica que no está de más expresar con frecuencia.
            Desgraciadamente vivimos en una sociedad en la que hay el convencimiento o la creencia de que “somos sujetos de derecho” y por tanto, nos lo merecemos y tenemos derecho a todo, tanto en lo personal como en lo profesional, lo que implica que no tenemos nada que agradecer. Es como si todo lo que los demás hacen por nosotros fuera su obligación, y por tanto no hay nada que agradecer.
           Cuando alguien da las gracias, está provocando que su interlocutor repita esa actitud y aumente la probabilidad de que los demás, en definitiva, tengan un comportamiento beneficioso para el agradecido, generando dinámicas positivas.
            Pero muchas veces somos indiferentes a los detalles de los demás.  Es muy cómodo pensar, “yo no se lo pedí”, si me lo dieron o lo hicieron es porque quisieron. No hace falta agradecer nada, a mí, tampoco me lo agradecen.
            Evidentemente vivimos en una sociedad en la que creemos que el dinero es muestra de reconocimiento, como “hemos pagado” ya no hace falta expresar gratitud.  E incluso a través de cualquier acto, nos decimos a nosotros mismos: “en verdad, yo no le debo nada, no tengo porqué darles las gracias, y además ni le conozco”   
             El agradecimiento no es solo una fórmula de cortesía. Es sobre todo una opción fundamental ante la vida, entendida ésta como un regalo. Debemos ser agradecidos con las personas, pero también es necesario partir de la actitud permanente de estar agradecidos con la vida misma, por la sencilla razón de que es ella la que nos posibilita a todos el sentimiento del amor.
             Acostumbrarse a agradecer hasta las cosas más sencillas y responder con un cumplido o con unas sencillas “gracias” en el momento oportuno, es de simple ética y moral. 

 Meditación: Las acciones más especiales vienen de las personas menos esperadas.

El choclo.




Meditación: La música del tango va literalmente unida al ritmo del corazón  es muy sensual y sobretodo sentimental. Según diferentes momentos de expresión, su sentido se refiere a veces a la pareja o a algún lugar determinado. Así decimos que sus sentimientos se convierten en un diálogo de seducción hecho movimientos.

Este vídeo pertenece al archivo particular de Katica Illenyi. Lo inserto en agradecimiento a  la gran cantidad de visitas realizadas a mi Blog por ese país hermano argentino.- Saludos cordiales.-


 


 

martes, 19 de agosto de 2014

Los malentendidos I.

               Los mal entendidos tienen el origen en uno mismo, sobre todo cuando  nos creemos que estamos indefensos ante alguien. En estos casos desconfiamos en mayor medida de si nuestra personalidad es fuerte y segura. De ese malentendido surge el miedo a no saber defendernos, a vernos indefensos ante cualquier amenaza, ya sea real o inventada. Es muy frecuente encontrar tremendas dificultades de malos entendidos entre los componente de una pareja, ya que puede generar roturas a través de los canales de comunicación, huidas para evitar conflictos o utilizar mecanismos inapropiados para expresarse.
             En general todo deriva de malos entendimientos, producidos por discusiones improductivas, conflictos constantes que ocasionan el distanciamiento de la pareja. Esta situación de continuas desavenencias y sostenidas a través del tiempo, ocasionan pérdidas de capacidad para resolver los conflictos y otros problemas, como el acercamiento conyugal, disfunciones sexuales, etc.
            No es nada nuevo reconocer que los verdaderos pilares de una relación es la pasión, la cual une a la pareja y proporciona el clima para una relación estable y perdurable. También el compromiso, el afecto, la intimidad y en definitiva el amor, son los componentes que pueden suavizar muchas tensiones que se producen día a día en la vida de pareja. Aunque el amor y el afecto por sí solos no resuelven gran partes de las dificultades que diariamente se nos presentan, pueden ofrecer una gran dosis de poderosos incentivos, para llegar a encontrar una manera de superar los problemas. Lo que sí es realmente de suma importancia es una gran fuente de comprensión entre ambos, para así poder llegar a una buena forma de entendimiento.
            Ya que mencioné anteriormente la necesidad de un alto grado de comprensión, he de decir que las personas susceptibles no suelen tolerar el razonamiento de los demás siendo demasiados exigentes con sus propias ideas. Creen que los demás hacen las cosas para fastidiarles, o hacerles daño. En estos casos sería justo ser más tolerantes con las ideas de tu pareja y comprender que a través del entendimiento podemos llegar a un perfecto estado de comprensión.
           Por lo tanto al fijarse solo en lo negativo, se dejan de ver “cosas” que pueden mejorar la relación, ya que ambos suelen estar empecinados en una sinrazón que les impide llegar a un auténtico entendimiento. La verdad es que lo único que se nos viene a la mente es esa conocida frase: ¡Qué difícil es entenderse! Todos sabemos que la posibilidad de resolver cualquier tipo de problema no pasa precisamente por la recreación constante de la misma, haciéndole ver a tu pareja que tú sólo llevas la razón. Ello equivale a encerrarse de forma negativa y “tirar la toalla”. Desgraciadamente en muchas ocasiones, a lo largo de nuestra vida, nos vamos a encontrar ente situaciones que, teniendo solución, no sabemos resolver. Bien por su dificultad, bien porque las posturas contrapuestas son aparentemente irreconciliables.
           Pero, ¿cómo solucionar esos problemas? Siempre es fundamental, la comunicación. Ésta es una base primordial en toda relación. Hablar las cosas a tiempo, se evitan malentendidos equivocados, enojos que callamos y sobre todo rencores. Es de suma importancia evitar discusiones que surjan de temas pasados, ya que éstos endurecerán más la situación. Cada situación debe resolverse en el momento y no llegar a la “carcoma” del mal entendimiento.

 Meditación: Si aprendemos a decir las cosas, seguro que evitaremos muchos malentendidos.

sábado, 16 de agosto de 2014

Activar nuestros sentimientos.

           Cuando se tiene conciencia de lo que se siente, lo que estamos haciendo es evitar las angustias. Lo mismo pasa con los sentimientos, cada emoción tiene un tratamiento propio, pero ¿cómo saber qué hacer si no sabemos qué nos ocurre?
           Por eso cuando hablamos de sentimientos hacemos referencia a las diferentes formas en las que el cuerpo o la mente se expresa ante determinadas situaciones. Así algunos de estos sentimientos más comunes son la alegría, la tristeza, la ira, la paciencia, la tranquilidad, la ansiedad, etc. Todos ellos se demuestran a través de diferentes rasgos físicos. Del mismo modo que también se representan a nivel psicológico cambiando el estado de ánimo de la persona.
            Siempre estamos interpretando durante todo el tiempo la realidad de nuestras vivencias. El lenguaje nos facilita la codificación de nuestras experiencias en forma de un código común para que todos nos entiendan. Nuestros sentimientos suelen ir acompañados de importantes cambios corporales Es muy importante que nos demos cuenta de ello. Pero tengamos presente que el lenguaje en realidad no es solo para activar nuestros sentimientos. El lenguaje es un sistema de símbolo que nos permite codificar la realidad. Nunca debemos olvidar que las cosas que pensamos sobre lo que nos ocurren y los cambio que se producen en nuestro cuerpo, determinan nuestros sentimientos.
            Se sobreentiende que la importancia de los sentimientos reside en el hecho de que existen diversas formas a través de las cuales las personas demuestran cómo diferentes situaciones o vicisitudes que afectan a nuestra personalidad y a nuestro carácter, se muestran por medio de nuestros sentimientos.
            A través de nuestro diálogo interior, también es una forma de activar nuestros sentimientos, por ejemplo: hablarnos a nosotros mismos es quizás lo que más hacemos cotidianamente, y seguro que es con nosotros mismos con quién más contraponemos nuestros sentimientos. Ese diálogo interior que conforma nuestros pensamientos pueden ser tan motivador como desalentador, y de él depende las emociones que encadenamos a lo lardo del día.
            Así, los sentimientos son los fenómenos que nos constituyen desde lo más simple a lo más complejo como individuos únicos, capaces de sentir muy diversas cosas y completamente diferentes entre sí. Los sentimientos humanos nos colocan, además, mucho más cerca a nuestro yo más íntimo, ya que el momento de mayor sentimentalidad es aquel en el cual los estímulos surgen y se hacen claramente visibles.
            No podremos evitar que algunas veces sucedan que esos sentimientos nos entristezcan, puesto que son parte de nuestra vida.  Lo que sí podemos es disfrutar de los momentos buenos y superar los malos cuando éstos vengan. ¡No debemos resignarnos a la tristeza, luchemos contra ella!

 Meditación: El desprecio es un placer que dura solo un día; la generosidad es un sentimiento que te puede hacer feliz eternamente.

                                                                                    

miércoles, 13 de agosto de 2014

La relación entre pareja.

          Esta es unas de las razones con la que todos soñamos cuando comenzamos una relación de pareja, permanecer en un estado de fusión permanente con la persona amada. Pero para que el vínculo sea equilibrado y saludable necesitamos tener lo que María denomina en su Blog, un “espacio vital” donde ambos podamos sentirnos realizados.
          Es cierto que frecuentemente decimos que: no sabemos lo que tenemos hasta que lo perdemos, pero también es cierto que no sabemos lo que hemos estado perdiendo hasta que lo encontramos. Por eso debemos pensar que para muchos todo el amor, nunca es un seguro de que te amarán, pero no esperes que te amen, sólo esperas que el amor crezca en el corazón de la otra persona, aunque sino crece, procura no desesperar.
            Sencillamente, así es en la medida que hayamos construido previamente nuestro espacio “vital” y nuestra identidad; es entonces cuando podremos establecer vínculos afectivos más equilibrados y saludables. De esta forma nos enriqueceremos y creceremos en nuestro espacio personal, y eso es algo que también aportamos a la pareja
            Cuando se llega a la edad adulta, es cuando nos tropezamos con el “miedo al compromiso”, éste es un foco de motivación el cual se centra principalmente en encontrar un estado estable. Claro está, que en primer lugar no es nada fácil para muchas personas conocer a alguien que pueda resultar interesante, pero cuando se encuentra y se decide iniciar una relación, uno se aventura en un universo de experiencias novedosas y de auténticos sentimientos emocionales.
            Este proceso de búsqueda de pareja y rechazo al compromiso se repetirá continuamente con diferentes tentativas, hasta que la persona asuma que tiene que abordar sus limitaciones. Este ciclo es muy frecuente que se repita hasta conseguir romper y conseguir que tu pareja se sincere contigo  afrontando ambos las verdaderas necesidades arriesgando de esta manera el verdadero compromiso
           Así necesitamos ser consciente de las necesidades de cada uno, lo cual nos ayudará a renovar la vitalidad y la ilusión. En toda relación de pareja conviven ambos espacios. Cada uno puede tener amigos que no sean comunes, aficiones distintas e intereses personales. Este planteamiento conlleva al respeto individual y a la identidad personal, así como una comprensión real del concepto “libertad”. No quiere decir esto, que no existan momentos compartidos para poder mantener la pareja unida.
           A pesar de todos, siempre existen personas con características que les da miedo una relación de pareja estable. Estas personas temen al compromiso con ellas mismas, todo debido a su autonomía, ya que ésta les asusta al ser responsable de sus actos y las consecuencias de tomar decisiones o de expresar sus opiniones.
           Es de suma importancia revisar todos los actos de renuncias: es decir aquellos en los cuales descuidamos algo importante para la estabilidad. Algunos acontecimientos requieren una dedicación tan grande, que no es fácil descuidar el espacio “vital” y olvidarnos de lo que nos enriquece y nos ayuda a crecer interiormente. Todo lo importante es en resumidas cuenta, que nos demos cuenta de nuestro “espacio vital” para tenerlo presente, y así mantenerlo y cuidarlo.

            Meditación: Ni todos los que se quieren se casan, ni todos los que se casan se quieren.

domingo, 10 de agosto de 2014

Nuestro pasado I.

           Cuantas veces creemos cometer errores, y es entonces cuando lo achacamos a fracasos, olvidándonos que las equivocaciones equivalen y forman parte de todo el aprendizaje de nuestra vida. Con frecuencia, lamentamos no haber tenido una infancia más feliz, quizás porque todos guardamos alguna experiencia más o menos dolorosa como parte de nuestra historia.
            Además negamos la posibilidad de reparar todo aquello que sentimos como una asignatura pendiente y que tal vez pueda solucionarse, siempre y cuando se haga para mejorar el presente y no con la intención de borrar el pasado. Es posible que hubiera sido una enfermedad o el fallecimiento de una persona importante en nuestro entorno familiar, el rompimiento de una amistad duradera, o puede que lo que nos hubiera gustado cambiar fuera aquellos conflictos que tenían nuestros padres.
              “Si hubiese hecho, si hubiese dicho, si me hubiera comportado de otra manera o hubiera optado por una opción determinada” En verdad es que echamos la vista atrás y nos culpabilizamos por acciones de nuestro pasado y pensamos que ahora estamos pagando las consecuencias. Sea como fuere, es nuestra historia, y nuestros padres, también tienen la suya.  Deberíamos comprender que nos aportaron lo mejor que tenían y por tanto debemos aceptar que hicieron las cosas lo mejor que supieron y pudieron, llegando esto a reconciliarnos con nuestra infancia.
                Pero el problema no es mirar al pasado y recordar. El problema viene cuando se vive en el pasado de forma continuada. Esto puede denotar un cierto temor al presente, a los desafíos que nos proporciona la vida, ya que si nos anclamos en el pasado vivimos un sentimiento de inseguridad permanente por que conocimos, lo que ocurrió, al sentimos temerosos ante un acoso continuado.
                Otras veces achacamos lo que no nos gusta del presente a situaciones desfavorables que nos ha tocado vivir, y es entonces cuando desearíamos cambiar algunos capítulos de nuestra vida, sintiéndonos culpables de que tenemos lo que nos merecemos y de que no somos lo felices que podríamos ser.
               Cuantas veces quisiéramos actuar de un modo distinto, pero casi siempre repetimos los mismos errores que cometimos con anterioridad. Por eso debemos  reencontrarnos con las heridas del pasado y afrontarlas, en vez de ignorarlas, permitiéndonos de esta forma ejercer con libertad y elegir libremente como queremos actuar en nuestra propia vida.
               Pero si no partimos de esa aceptación satisfactoria y andamos de continuo con la vista atrás pensando en lo que fue y en lo que pudo haber sido, tendremos que plantearnos, si estamos viviendo con una asignatura pendiente.
               Para poder salir de esa rutina del pasado, centrémonos en nuestra vida actual, y  en estos momentos, seamos conscientes de la situación en que vivimos, dejando de dar vueltas a los malos acontecimientos pasados, borrando esa frase repetitiva que nos tortura nuestra mente, como diciendo “si hubiera hecho…”
             Todo ello nos permitirá perdonar, reconciliarnos y valorar los aspectos positivos que hayamos podido desarrollar gracias a nuestra experiencia vivida.

 Meditación: Hay un pasado que se fue para siempre, pero hay un futuro que todavía es nuestro

 

Song for Sienna - Brian Crain.


 
Meditación: Nadie puede cambiar su pasado, pero todo el mundo puede contarlo como quiera.

jueves, 7 de agosto de 2014

Las rupturas siempre duelen.

            Ésta es hoy una situación muy habitual en cualquier tipo de pareja. Aprender a afrontarla con coherencia no es nada fácil. Eso de escuchar que te digan, “ya no te acepto” comprendo que es bastante doloroso. Y si por añadido tendríamos que sumarle otros tipos de complejidades como traiciones o violencias de cualquier tipo, las cicatrices emocionales de esa ruptura pueden llegar a “herirnos” durante mucho tiempo.
             En estos casos lo más sensato es situarnos en el presente, viéndolo como una nueva etapa en nuestra vida. Supuestamente tendremos días duros, pero pasarán siempre que nos lo propongamos. Pensemos en el futuro con confianza, evitando no darle más vueltas al “asunto” con el fin de no acrecentar esa situación. Puesto que cuando ya no se puede hacer más, y esto no depende de la duración de la relación, sino de la calidad de la misma, es hora de aceptar esa triste decisión.
            Llegar a la determinación de decir; “ya no te quiero” es consecuencia de problemas anteriores que nos han llevado a ese desamor. Todo consiste en “cambiar el rumbo”, aunque lo peor es decidir el momento oportuno. Si bien, luego, es necesario un tiempo de adaptación, en el cual siempre nos aparecerán las dudas. Hemos de tener en cuenta que los problemas de pareja siempre son “cosas” de dos, de modo que entre ambos deberían saber que algo no iba bien, aunque traten de disimularlo.
           En estos casos, desgraciadamente tan frecuentes, es muy importante llegar a la reflexión personal, antes de tomar una decisión fija, y no dejarse llevar por opiniones de “terceros” puesto que éstos pueden tratar de confundirnos. Reconozco que son casos muy complicados para aconsejar y lo más acertado es confiar siempre en lo que te dicte tu conciencia, Aunque si pensamos que es mejor tener contacto con nuestra pareja anterior;  adelante. Si por el contrario, creemos que ya la situación es inútil seguirla, lo más conveniente es neutralizarnos y aceptar lo que nos hemos propuesto.
           Comprendo que son comportamientos naturalmente de una influencia de aspectos muy negativos para ambos, pero hemos de considerar que para su desarrollo como persona, suelen estar enfocado en niveles muy bajos de energía y cuando uno se sitúa en esa situación debemos enfocarlo hacia una dirección positiva, no sin dejar de reconocer que la situación es extremadamente complicada.
            Aunque realmente son fases de la vida que normalmente se aceptan, siempre se tiene una sensación de sentimiento, melancolía y nostalgia, cargado a su vez de un profundo sentimiento de culpa, que nunca desaparece. Pero sí es cierto que cuando esto nos sucede, nos viene enseguida a la memoria ¿y ahora qué hago? Cuando la determinación ha concurrido sin “vuelta atrás”, solo nos queda que confiar en nuestra capacidad de autoconfianza, sentirnos seguros y suficientes para plantearnos unos nuevos objetivos para comenzar de nuevo.
            Tener propósitos es muy importante para cualquier ser humano, puesto que nos encamina a una dirección y un sentido. Y si sumamos el hecho de fijarnos una meta deseada y alcanzable, podemos tener la seguridad de conseguir unos resultados que a la larga serán de carácter positivo.
 
Meditación: Cuando decimos: será mejor que nos demos unos meses para respirar, es lo mismo que decir; “esto no tiene solución”

lunes, 4 de agosto de 2014

¿Somos románticos?

             Es indiscutible que la principal capacidad de sentir amor  romántico se desarrolla durante la adolescencia. Los adolescentes de todo el mundo experimentan sentimientos de atracción apasionados. El amor nos aporta más energía positiva que cualquier otro estado de ánimo. Incluso en las culturas donde no está permitido expresarse públicamente, este tipo de sentimiento, siguen estando ahí.
            Entonces, ¿por qué reservarlo sólo a la pareja? ¿Acaso pensamos en el amor como romance? El amor puede tener mil formas y procedencias: un abrazo, una mirada cómplice, una conversación telefónica, una sonrisa, una palabra amable, etc. Desarrollar sentimientos románticos y sentirse atraído por otras personas forma parte del un proceso natural de crecimiento. Estos nuevos sentimientos pueden ser excitantes y emocionantes
            Aunque para los románticos empedernidos desata un suspiro de alivio, ese amor encierra un mensaje eminentemente positivo, el cual puede sentirse y disfrutarse dentro y fuera de la pareja.  Las expectativas del amor, se propagan en todo tipo de cultura. “Amar está al alcance de todos los días, sin importar nuestro estado civil”
           Todos hemos conocido a personas encerradas literalmente, en una relación que son incapaces de finiquitar, aun cuando no les satisface. El amor romántico surge cuando se combinan la atracción y la intimidad. Muchas relaciones se desarrollan a partir de una atracción inicial y luego evolucionan hacia la intimidad.
           También puede ocurrir que la intimidad de una amistad evolucione hacia la atracción, cuando dos personas se dan cuenta de que su relación no es sólo de amigos y que han empezado a sentir un interés romántico mutuo.
           Por suerte, cada vez más gente entiende al amor considerado romántico como algo pasional, motivado por nuestras características hormonales, y se habla menos del alma. La libertad y la pertenencia se entienden a veces que el sexo y el amor por separado nos conlleva a la atracción que puede llegar a ser efímera. Este puede existir, pero no por real decreto o por restricciones emocionales.
           La locura del amor romántico, junto con la pasión y la atracción, se atenúan al cabo de un determinado tiempo. Como cuando ponemos toda nuestra energía en ganar una situación amorosa, aunque este tipo de pasión es estimulante, siempre es demasiado extrema para mantenerla eternamente. Si una relación está destinada a durar, entonces entra el juego la intimidad. Esta intensidad pasional del principio se puede atenuar, pero es sustituida por u profundo vínculo afectivo.
           Esto nos llevaría a que lo complejo del amor romántico y sus contradicciones, tienen más cabida en este modelo, que en una unión posmoderna, que nos integra y nos regula en un tipo de familia, donde figuran los divorcios como parte de las dos caras del amor. El amor romántico es una fuente de emociones compartidas que amortiguan la soledad. De esta forma las personas se sienten en comunidad de a dos, rearmándose entre los vacíos y antiguos esquemas.
            En definitiva, el amor romántico se ha vuelto a una especie de religión individualizada, que nos convierte en protagonistas de nuestra propia vida

 Meditación: Nunca conoceremos la verdadera felicidad hasta que hayamos conocido el verdadero amor. Y nunca comprenderemos el verdadero dolor hasta que lo hayamos perdido.

viernes, 1 de agosto de 2014

¡Esos deseos!

          Aunque mucho de vosotros crean que me refiero a cualquier tipo de deseo que durante la vida nos apasione caprichosamente, pocos piensan que hago mención a la existencia de ese segundo deseo que todos apetecemos. Posiblemente se trata de otro tipo de deseo, adormecido, que puede despertarse en cualquier momento, siempre y cuando, nos señale la experiencia y nos sintamos motivado a ello.
           A veces nos sentimos sin energía, sin motivación, sin entusiasmo, es como si la vida no tuviera sentido. Cuando nos sentimos así, es posible que dicha situación sea debido a que algo no marcha bien, y deberíamos descubrirlo a través de ese “deseo”.
            Otros se dan cuenta de que su febril “deseo” está fuera de la sincronía en relación con el deseo de su pareja, o si no tiene pareja, un alto deseo puede resultar frustrante. Si puedes, y así lo deseas cambia tú libido con algunos cambios sencillos, siempre con tu estilo de vida. Pero debemos pensar, que un alto “deseo” no es necesariamente un mal impulso, siempre que puedas encontrar la manera de hacer funcionar  tu vida.
             Si se complementan estos motivos, a menudo podremos despertar el “deseo” con tiempo, imaginación y ganas. Es muy cierto reflexionar así, aunque parezca esto un juego de palabras: “Cuando la puerta de la felicidad se cierra, otra se abre, pero algunas veces miramos tanto a aquella puerta que se cerró, que no vemos la que se ha abierto frente a nosotros” Pero, ¿cuántas veces no sabemos lo que tenemos hasta que lo perdemos, aunque también es justo reconocer que no sabemos lo que nos hemos perdido hasta que lo encontramos.
             Nuestro cuerpo es algo personal, particular y propio. Este debe ser integrado en el conjunto de la personalidad. Por eso es clave el tratamiento que cada persona da a los deseos que va almacenando en su interior. Si me explico en otros términos, podemos decir que el acto sexual auténtico, verdadero, es simultáneamente físico, psicológico y espiritual. Las tres formas participan directamente en esa íntima sintonía y al mismo tiempo misterioso, que culmina con la pasión de dos seres que se aman.
           Hoy afortunadamente, la mujer no busca un varón que la mantenga por el restos de sus días, busca sencillamente un hombre que le llene emocionalmente y sexualmente.
           Así, bajo esta dinámica, los problemas de “deseos” adquieren una especial importancia.
           Es digno en estos casos, prestar atención al alto grado de estrés al que las personas se ven sometidas en su vida cotidiana y a la falta de tiempo. Para muchas parejas todo suele estar programado, incluso el disfrute sexual, siendo esto un gravísimo error, el cual se acredita al poco tiempo de ponerlo en práctica.
           Nuestra propia sexualidad encierra tanto misterio en sí misma y acumula tanto romanticismo en conocer un cuerpo nuevo, que en realidad no es necesario añadir nada más a nuestras dudas.

 Meditación: Hay quien tiene el deseo de amar, pero no la capacidad de amar.