martes, 17 de abril de 2012

La crisis II

         Todos sabemos que con la maldita crisis económica podemos perder el trabajo, pero no sabíamos hasta qué punto puede afectar a nuestra salud. Todos sabemos que los problemas de los mercados financieros nos pueden causar estrés emocional y problemas físicos.   Las subidas y las bajadas de la bolsa no son nada recomendables para las personas con problemas cardíacos. No sólo se puede perder nuestro dinero, sino también la vida.
            Según unos estudios realizados últimamente se ha podido comprobar  que tanto las subidas como las bajadas de los valores bursátiles se asocian con un mayor número de fallecimientos por enfermedades cardíacas. Por el contrario, la tasa de mortalidad es relativamente más baja cuando la bolsa permanece estable. Es más, incluso se llega a determinar que cada cambio en 100 puntos del índice en un mismo día se asociaba con un aumento de 5 % en el riego de muerte  por enfermedades del corazón.
            El número de muertes por suicidio o las variaciones de las tasas de depresión o de otras enfermedades mentales quedan fuera de este estudio, cuyos resultados no son totalmente inesperados. Aunque no acudo frecuentemente al “parquè”, comprendo que su actividad es realmente frenética. Los corredores de bolsa viven una situación de estrés constante, continuamente pendiente de la pantalla, del teléfono, comprando y vendiendo acciones con gran rapidez, ya que están en juego grandes fortunas.
            Pero actualmente las preocupaciones de los temas económicos ya no sólo afectan a los “brókers”. Todos los ciudadanos estamos tremendamente preocupados por la situación de crisis económica mundial.
            Muchas personas han invertido sus ahorros de toda la vida en la bolsa, y pueden ver cómo pierden su dinero, y además su trabajo. Por lo que es muy posible que los ataques cardíacos se multipliquen en la población general.
            Por todo ello, identificar las situaciones que son  causa de estrés para cada persona es básico para contrarrestar sus efectos nocivos, mediante técnicas de relajación y de fuerza psicológica, Porque, al fin y al cabo, la salud y la vida son más valiosas que la situación económica.

Meditación: Nadie puede en su vida escapar a una deplorable crisis de entusiasmo.

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