Haciendo alusión
al título de este pequeño artículo, debo reconocer que, saber esperar en esta
vida es una auténtica virtud. Nos pasamos gran parte de nuestra existencia
esperando: pero, ¿qué esperamos?; esperamos
un reconocimiento, esperamos una aceptación, a veces ese pequeño detalle que
complemente nuestra ilusión. Pero en realidad, cuántas veces debemos reconocer
que nunca se debe esperar nada, cuando en verdad, nada
existe.
Brindar una simple
ayuda sin esperar nada a cambio es una forma de regalarte a ti mismo. Haz la
prueba, (aunque te cueste) de hacer
algo por los demás, no siempre tiene que ser un objeto, ni nada material Verás
que cuando lo haces la vida te recompensa con una sensación de satisfacción, de
plenitud, que muy pocas cosas en la vida te pueden dar. Dar sin esperar nada a
cambio, es como volcarse a los demás, ayudar a los que lo necesitan, dar
consuelo a los que sufren; eso es generosidad. Y no es un valor pasado de moda.
La generosidad es la llave que abre la puerta de la amistad, es una semilla que
siembra el amor, y puede ser la luz que nos saque de ese oscurantismo de tipo
material que llevamos dentro, el cual muchos de nosotros estamos viviendo en la
más negra de la ignorancia.
Dicen; quien
espera, se decepciona y que quien nada espera, se sorprende. Es por esto que me
parece mucho más atractivo vivir asombrado en el recuerdo. Sin embargo, es
verdaderamente difícil no esperar nada de nadie, así decimos; que la esperanza
es lo último que se pierde, siendo ésta la única que nos hace esperar.
Nos pasamos la
vida esperando muchos momentos, con lo cual es fácil que nos llevemos
desilusiones y decepciones. Por eso lo más importante es tener siempre
expectativas realistas y no esperar a que todo se resuelva por sí solo. No
debemos esperar nunca que cambie nada de la noche a la mañana, puesto que eso
no tiene ninguna lógica. Si solamente esperamos, posiblemente nos llevemos una
gran decepción en la vida y si tenemos un problema y esperamos que la situación
mejore sin mover un dedo, pasará lo mismo.
Es como un viaje del que nada espera, o de una persona de la cual ya
jamás sabrás si existe. ¡En la vida todo
es inesperado! A veces lo que esperas es peor si lo comparas con lo
inesperado. La razón por lo que aún nos aferramos a la esperanza es que lo que
esperamos, es lo que nos mantiene en pie, esperando siempre una explicación
¡Cuántas veces esa
espera te deja intuir la situación para tener una visión mayor y más lúcida
para determinar la acción correcta a tomar! La paciencia de esperar, es un
regalo cuando se da o se recibe, llegando aún más allá cuando puedes leer los
motivos más profundos de alguien. Saber esperar es una virtud de sabios y una
cualidad de personas de estirpe valerosa, la cobardía no existe en su
diccionario cotidiano y lo más importante es que junto a la virtud de la
paciencia, exista la virtud teologal de la esperanza.
Mis estimados
amigos reconozcamos que saber esperar es un verdadero arte. Quien ha
desarrollado ese talento prueba que ha alcanzado un importante grado de
evolución personal. Supone autocontrol, tolerancia a la frustración, y capacidad
de ver la auténtica realidad de las situaciones.
Meditación; La paciencia es
una flor, que no florece en todos los jardines.
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