viernes, 2 de agosto de 2019

La virtud de esperar.


Haciendo alusión al título de este pequeño artículo, debo reconocer que, saber esperar en esta vida es una auténtica virtud. Nos pasamos gran parte de nuestra existencia esperando: pero, ¿qué esperamos?; esperamos un reconocimiento, esperamos una aceptación, a veces ese pequeño detalle que complemente nuestra ilusión. Pero en realidad, cuántas veces debemos reconocer que nunca se debe esperar nada, cuando en verdad, nada existe.
Brindar una simple ayuda sin esperar nada a cambio es una forma de regalarte a ti mismo. Haz la prueba, (aunque te cueste) de hacer algo por los demás, no siempre tiene que ser un objeto, ni nada material Verás que cuando lo haces la vida te recompensa con una sensación de satisfacción, de plenitud, que muy pocas cosas en la vida te pueden dar. Dar sin esperar nada a cambio, es como volcarse a los demás, ayudar a los que lo necesitan, dar consuelo a los que sufren; eso es generosidad. Y no es un valor pasado de moda. La generosidad es la llave que abre la puerta de la amistad, es una semilla que siembra el amor, y puede ser la luz que nos saque de ese oscurantismo de tipo material que llevamos dentro, el cual muchos de nosotros estamos viviendo en la más negra de la ignorancia.
Dicen; quien espera, se decepciona y que quien nada espera, se sorprende. Es por esto que me parece mucho más atractivo vivir asombrado en el recuerdo. Sin embargo, es verdaderamente difícil no esperar nada de nadie, así decimos; que la esperanza es lo último que se pierde, siendo ésta la única que nos hace esperar.
Nos pasamos la vida esperando muchos momentos, con lo cual es fácil que nos llevemos desilusiones y decepciones. Por eso lo más importante es tener siempre expectativas realistas y no esperar a que todo se resuelva por sí solo. No debemos esperar nunca que cambie nada de la noche a la mañana, puesto que eso no tiene ninguna lógica. Si solamente esperamos, posiblemente nos llevemos una gran decepción en la vida y si tenemos un problema y esperamos que la situación mejore sin mover un dedo, pasará lo mismo.  Es como un viaje del que nada espera, o de una persona de la cual ya jamás sabrás si existe. ¡En la vida todo es inesperado! A veces lo que esperas es peor si lo comparas con lo inesperado. La razón por lo que aún nos aferramos a la esperanza es que lo que esperamos, es lo que nos mantiene en pie, esperando siempre una explicación  
¡Cuántas veces esa espera te deja intuir la situación para tener una visión mayor y más lúcida para determinar la acción correcta a tomar! La paciencia de esperar, es un regalo cuando se da o se recibe, llegando aún más allá cuando puedes leer los motivos más profundos de alguien. Saber esperar es una virtud de sabios y una cualidad de personas de estirpe valerosa, la cobardía no existe en su diccionario cotidiano y lo más importante es que junto a la virtud de la paciencia, exista la virtud teologal de la esperanza.   
Mis estimados amigos reconozcamos que saber esperar es un verdadero arte. Quien ha desarrollado ese talento prueba que ha alcanzado un importante grado de evolución personal. Supone autocontrol, tolerancia a la frustración, y capacidad de ver la auténtica realidad de las situaciones.

Meditación; La paciencia es una flor, que no florece en todos los jardines.


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