lunes, 1 de diciembre de 2014

¿Cómo es tu vida?

            A este título, puedes que me responda: "mala", o “vamos tirando”. Entonces: ¿cómo te gustaría que fuera? Aquí también me responderías. Pues no sé qué responderte. ¿Afortunada, feliz, etc? ¿Piensas que esa felicidad que tanto añoras existe? Aunque te cueste entenderlo esa felicidad está dentro de ti mismo. ¡Búscala! Seguro que la encontrarás. Sí, comprendo que no es nada fácil. Pero es el único sitio donde se encuentra. En este estado de vida en el cual nos encontramos, solo nos preocupamos por el mundo y el lugar que ocupamos en él para conseguir la felicidad.
         Al transcurrir los días, nos hacemos tantas series de preguntas, tantas formas para  intentar conseguir esa felicidad tan deseada. Pensamos en títulos, familia, trabajo, amigos, suerte, etc., pero dentro de nosotros existe una voz apagada que nos continúa preguntando: ¿Eso es todo? ¿Eso es todo lo que necesito?  ¡No puede ser! ¡Tiene que haber algo  más! Algo falta… pero ¿qué es?  Puesto que muchos lo tienen y no lo son.
            Es cuando podríamos plantearnos el disfrute como sinónimo de una total entrega  plena de confianza a la vida, la cual nos supondría paladear el goce al que nos hemos entregado. Pero no olvidemos nunca que la felicidad siempre va acompañada de un sentimiento inseparable, ¡el dolor! ¿Cómo es posible? Solo hay que observar la vida a nuestro alrededor. Sencillamente eso es así porque la vida nos lo impone. Jamás existirá la felicidad sin dolor.             Obligatoriamente todos estamos dispuestos a recorrer la vida,  sea de la forma que a cada uno se nos presente, pero siempre nos aparecerán “puertas” que debemos saber franquear para poder avanzar.
            En la vida son tantos los deseos y tan pocas las realidades, tan grande las injusticias y a veces tan mínimas las justicias, que nos martillea en nuestro interior esa afirmación de, entonces: ¿qué sentido tiene nuestra vida? Comprendo que es difícil de entender e incluso de vivir, aunque eso no quiere decir que tengamos que optar por el mal entendimiento de la desesperación. Hemos de comprender que errando se aprende, y a veces es necesario equivocarse para saber acertar en determinados momentos.
            En medio de estos extremos encontraremos posturas más o menos cercanas. Por ejemplo podríamos pensar que la vida nos trae tantos problemas que a veces nos deja abiertos tantos interrogantes, que se nos hace difícil comprender  su verdadero sentido.  Y refiriéndome al dolor del que antes hablaba, deberíamos comprender que es casi obligación estar de acuerdo con él, siendo necesario sentirlo y vivirlo. Comprendo que el dolor tiene mal augurio, pero ¿cuántas veces es curativo? Impidiendo que nos instalemos en el continuo sufrimiento.
            Ahora debido a los adelantos tecnológicos, todo queda “grabado” en alguna plataforma digital, respaldado siempre tal como éramos y plasmado siempre a través de redes sociales, canales, vídeos, etc. Toda nuestra vida en cualquier momento está digitalizada, aunque parece una buena idea, ya que de esta forma no nos perderemos nada si nuestra mente hace que se nos olvide. Pero debemos hacernos cargo que es muy prudente a veces olvidar, puesto que es bueno dejar ir a las personas, cuando éstas por ley divina les llega su momento, y así seríamos más congruentes y seguros de cómo eran. De esta manera elegimos lo que nos conviene y nos alcanza a recordarlas desde lo más profundo de nuestro ser.     

 Meditación: La vida es aquello que te va sucediendo mientras tú te empeñas en hacer otros planes.

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