¿Nos convencemos
que nuestra vida es bella? En realidad, ¿estamos conforme con nuestra
vida? O la cambiaríamos por otra. ¿Cuántas veces soñamos con otra
vida? Es posible que estemos dispuestos a lanzarnos a un nuevo destino o a
marcharnos a la otra punta del mundo. En realidad nos gustaría explorar nuevas
vías. A fuerza de correr para encontrar una nueva felicidad, existe el riesgo
de que nos agotemos. Sería preferible que conectáramos con nuestro verdadero
ser interior, con el fin de responder a nuestras aspiraciones más profundas. La
mejor de las vidas es la que nos corresponde. Y no está en otro sitio, sino
dentro ti.
¿Cómo
será la naturaleza que imaginamos entre los sueños cuando soñamos cosas que no
han sucedido? “Nuestra vida siempre se
parecerá a nosotros mismos”. Esa vida que llevamos parece corresponderse con
uno mismo. La razón de ello proviene, sin duda, de un sólido conocimiento de
nuestras aspiraciones. Avanzamos por la vida con un objetivo principal; nuestro
bienestar. Incluso cuando la vida nos desestabiliza, sentimos de forma
intuitiva que esos momentos pueden ser oportunidades que se nos presentan para
el cambio.
Analicemos
nuestras necesidades, procurando no controlarlo todo. En esa renuncia está el
control absoluto cuando el verdadero “yo” se hace escuchar en nuestro interior
pudiendo así percibir nuestras aspiraciones. Ayudémonos de nuestro espíritu
metódico para abandonar ese entorno que nos da seguridad para sumergirnos en lo
desconocido.
Son
momentos en los que la intuición se vuelve una herramienta fundamental. Es la
voz en tu interior la que te guía a una dirección determinada, la que te
susurra al oído “esto no es lo que quiero”, o “esto es lo que de verdad deseo”.
El
propósito de cambiar nuestra vida, parte de conocernos mejor, de descubrir cómo
somos y reflexionar acerca de cómo nos gustaría ser, y para ello es fundamental
indagar en nuestro interior.
La
mayoría de las veces no conseguimos lo que queremos, porque no nos fijamos
metas concretas, por ello es bueno comenzar nuestra vida proponiéndonos nuevas
metas y plantearnos nuevos propósitos. De esta forma estaremos dando a nuestra
vida aliciente y motivos para seguir adelante, ya que de esa forma seremos
conscientes en parte, en buscar nuevos propósitos con el objetivo de mejorarla.
Muchas
personas aman la vida que llevan, ya que están de acuerdo con sus aspiraciones.
Pero otras tienen la impresión de vivir una historia, o tienen la sensación de
vivir acontecimientos que no pueden controlar. La mirada que posamos sobre
nuestra vida depende, en efecto de nuestra capacidad para concretar nuestros
deseos más sinceros. Así pues, siempre estará ligada a nuestras aptitudes para
conectarnos con nuestro “yo” más profundo. Por eso te pregunto; ¿amas tú
vida? No dudes de afrontar tus miedos ni
a decepcionar a los demás. Si te quieren, aceptarán tus “ser” auténtico. ¡Expresa
siempre tus deseos, y necesidades! ¡Cuida siempre de tí para estar de acuerdo
con tus aspiraciones más profundas!
Meditación:
No escribo sobre las cosas que he soñado, escribo sobre las cosas que he
vivido.
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