lunes, 22 de diciembre de 2014

Soñar con otra vida.

         ¿Nos convencemos que nuestra vida es bella? En realidad, ¿estamos conforme con nuestra vida?  O la cambiaríamos  por otra. ¿Cuántas veces soñamos con otra vida? Es posible que estemos dispuestos a lanzarnos a un nuevo destino o a marcharnos a la otra punta del mundo. En realidad nos gustaría explorar nuevas vías. A fuerza de correr para encontrar una nueva felicidad, existe el riesgo de que nos agotemos. Sería preferible que conectáramos con nuestro verdadero ser interior, con el fin de responder a nuestras aspiraciones más profundas. La mejor de las vidas es la que nos corresponde. Y no está en otro sitio, sino dentro ti.
         ¿Cómo será la naturaleza que imaginamos entre los sueños cuando soñamos cosas que no han sucedido?  “Nuestra vida siempre se parecerá a nosotros mismos”. Esa vida que llevamos parece corresponderse con uno mismo. La razón de ello proviene, sin duda, de un sólido conocimiento de nuestras aspiraciones. Avanzamos por la vida con un objetivo principal; nuestro bienestar. Incluso cuando la vida nos desestabiliza, sentimos de forma intuitiva que esos momentos pueden ser oportunidades que se nos presentan para el cambio.
            Analicemos nuestras necesidades, procurando no controlarlo todo. En esa renuncia está el control absoluto cuando el verdadero “yo” se hace escuchar en nuestro interior pudiendo así percibir nuestras aspiraciones. Ayudémonos de nuestro espíritu metódico para abandonar ese entorno que nos da seguridad para sumergirnos en lo desconocido.
            Son momentos en los que la intuición se vuelve una herramienta fundamental. Es la voz en tu interior la que te guía a una dirección determinada, la que te susurra al oído “esto no es lo que quiero”, o “esto es lo que de verdad deseo”.
            El propósito de cambiar nuestra vida, parte de conocernos mejor, de descubrir cómo somos y reflexionar acerca de cómo nos gustaría ser, y para ello es fundamental indagar en nuestro interior.
           La mayoría de las veces no conseguimos lo que queremos, porque no nos fijamos metas concretas, por ello es bueno comenzar nuestra vida proponiéndonos nuevas metas y plantearnos nuevos propósitos. De esta forma estaremos dando a nuestra vida aliciente y motivos para seguir adelante, ya que de esa forma seremos conscientes en parte, en buscar nuevos propósitos con el objetivo de mejorarla.
           Muchas personas aman la vida que llevan, ya que están de acuerdo con sus aspiraciones. Pero otras tienen la impresión de vivir una historia, o tienen la sensación de vivir acontecimientos que no pueden controlar. La mirada que posamos sobre nuestra vida depende, en efecto de nuestra capacidad para concretar nuestros deseos más sinceros. Así pues, siempre estará ligada a nuestras aptitudes para conectarnos con nuestro “yo” más profundo. Por eso te pregunto; ¿amas tú vida?  No dudes de afrontar tus miedos ni a decepcionar a los demás. Si te quieren, aceptarán tus “ser” auténtico. ¡Expresa siempre tus deseos, y necesidades! ¡Cuida siempre de tí para estar de acuerdo con tus aspiraciones más profundas!

            Meditación: No escribo sobre las cosas que he soñado, escribo sobre las cosas que he vivido.

No hay comentarios:

Publicar un comentario