viernes, 13 de septiembre de 2013

¡Cómo has cambiado!

           Cuando en la amistad uno cambia y el otro no, cuando las prioridades de ambos ya no van en la misma dirección, el futuro de la relación se complica. Debemos evolucionar juntos en la misma dirección, adaptándose al cambio antes de darnos cuenta de que compartimos nuestras vidas con un completo desconocido.
            Siempre dije –recuérdalo, que las personas van cambiando con el paso del tiempo y eso hace que éstas se distancien un poco o definitivamente, dejando de haber esas buenas relaciones que antaño existían. Debemos tener presente que encontraremos personas iguales que nosotros, y veremos como todo se aclara. Es entonces cuando no nos preocuparemos de aquella antigua amistad, dejándola “rota” para siempre sin ninguna clase de escrúpulo. Todas las amistades están sometidas a una evolución natural, no son estáticas, sino dinámicas en sí misma, puesto que están vivas. Por eso, en estos casos, uno de los dos deja de pensar en determinados asuntos,  puesto que es justo reconocer que existía una carencia de base y solidez.
            La cuestión es que aquella ya no vas más allá, debido a que está generada por una nueva amistad, que aparece, y ya no es lo que era. Sencillamente es “que nunca existió”. En estos casos se aconseja evitar actitudes como culpabilizar al otro o presionar para que vuelva a ser como antes.
            Por el contrario, siempre debemos pensar que si era una buena relación de amistad, siempre existen oportunidades, (aunque tardías) para volverse a encontrar a través de un diálogo sincero, reconocer el cambio a través de una evolución y adaptarse para reencontrarse de nuevo como esa antigua amistad.
            Deberíamos darnos cuenta que siempre estuvimos ante un desconocido, siendo esto la consecuencia de aquel periodo bastante largo y de pequeñas incompatibilidades.
            Estos cambios no suceden de un día para otro, normalmente es algo gradual y el error está en no darse cuenta anticipadamente. Una señal inequívoca del distanciamiento existente, es la inadaptación a la nueva realidad y al error de aquella supuesta sinceridad. Es entonces cuando el camino de la disolución de la amistad comienza a dibujarse en el horizonte poco a poco o a veces repentinamente, a medida que se vuelve cada vez más alejada, e irremediablemente sin ningún viso de recuperación.
            Existen casos que haciendo un seguimiento muy ajustado y durante un largo periodo de tiempo de la tipología de una determinada persona, le asignamos el dicho de ¡cuánto has cambiado!, pero una vez concluido dichos análisis, y comprobado los parámetros personales durante ese tiempo, resulta que realmente “siempre fué así”.   
            Por eso, resulta que cuando se rompe ese cambio de amistad,  no siempre somos del todo conscientes de nuestros actos, por lo que en lugar de pretender que el otro cambie hacia uno, deberíamos aprovechar ese cambio para el enriquecimiento de ambos y compartir dicha actitud. Cuando los dos evolucionan de forma distintas, nunca hay que evaluar quién de los dos está en el camino correcto, pero nuca cerrarse en el empecinamiento de una “sinrazón” y sin una explicación que pueda llegar a un entendimiento razonado.

Meditación: Casi todas las cosas buenas que suceden en el mundo, nacen de una actitud de aprecio por los demás.

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