Cuantas veces las personas que nos rodean, e incluso aquellas que ni siquiera las conocemos personalmente por no estar cerca de ellas, y a través de sus idiosincrasias y sus actitudes personales sobre su carácter, nos proporcionan un desafío. La familia, los compañeros de trabajo, los amigos con los que tratamos a diario, o esos vecinos siempre dispuestos a ayudarnos. Todos ellos, forman una red protectora que hacen que nuestro día a día sea más agradable.
El ser humano por naturaleza es un ser sociable, que se siente cómodo y seguro a su grupo, satisfaciendo así su necesidad de convivencia. Por tanto deberíamos comprender que las personas que nos rodean también tienen que afrontar nuestro propio carácter y naturaleza; esto es un proceso muy lógico en que la actitud correcta es aceptar a los demás y aprender cómo armonizar nuestra propia personalidad.
A veces se presentan trastornos de personalidad debido a un conjunto de perturbaciones que se dan circunstancialmente a una avanzada edad, y casi siempre a hechos de mantener el mismo estilo personal de cuando se era joven, queriendo conservar la misma afectividad emocional y pasional de aquellos primeros años de nuestra vida.
Esta doble personalidad es un diagnóstico controvertido descrito como la existencia de una o más identidades que se experimentan durante las facetas de la vida, coincidiendo casi siempre en la madurez.
Al menos estas dos personalidades suelen formar actitudes, de un estilo controlado del comportamiento del individuo, y a través de su forma rutinaria, llegan asociados siempre a una acentuación de grande estímulos de carencias afectivas, terminando en estados de auténticas anormalidades.
Es realmente curioso observar cómo actúan estas personas cuando están en reunión; son de lo más compresivas, observándose en ellas una altiva coherencia, fluidez de palabra, conocimiento intelectual sobre distintas materias e incluso muchas veces convenciéndonos de sus propios conocimientos y manifestaciones.
Pero es curioso estudiarlas en su permanente soledad. ¡Ahí, es cuando se experimenta ese desdoblamiento en su personalidad¡ Todos lo que antes se expuso en reunión, ahora es desdoblado, maquinado, extorsionado de una forma distinta, siempre llevándolo a su propio concepto, que para esa persona siempre es el verdadero, con tal de conseguir su fin preconcebido. Si todos esos conceptos no llegaran a ser conseguidos, esa misma persona, trataría por todos los medios posibles hacerlos desaparecer, sin importarle la forma que fuera; lo único que le interesa es que prevalezca lo que le impulsó a su desdoblamiento.
Esa alteración en tal, que llegan a un estado de introversión, el cual se niegan a reconocerlo, y por tanto su comportamiento en diversas ocasiones se muestran de formas anómalas; todo debido, cómo anteriormente dije a un largo periodo de “carencia afectiva”. Ese desdoblamiento no suele tener carácter negativo, puesto que son ellos los únicos que lo padecen, ya que todas sus realizaciones son efectuadas con fuerte apasionamiento, como queriendo hacer todo lo que en la vida no tuvieron tiempo de realizar. Aunque parezca una contradicción, estos tipos de personas suelen ser muy atentas, de una esmerada educación y de una total correspondencia con sus amistades, de tal manera que no soportan dejar de corresponder a ningún tipo de comentario.
En el estado pasional suelen llegar a clasificaciones que se prestan a reflexiones de tipos aclaratorios, llegando a ser emergentes y transitorios, inducidos a veces por condicionamientos externos e imaginativos. En su soledad, es cuando llegan a reconocerse, puesto que en otro estado son incapaces de mostrase abiertamente, ya que le genera un desasosiego interno que suele llegar a lo que comúnmente se dice: “quiero pero no puedo”.
Estas personas suelen poseer una inseguridad afectiva, llegando a extremos de irritabilidad, ansiedad e incluso una pasión desmesurada por todo lo que realizan. Generalmente su estado de ánimo es con frecuencia de inestabilidad, provocando con ello una irregularidad debido al descuido de una descontrolada alimentación y sobre todo a algún suceso nefasto acaecido en su juventud, el cual le dejó marcado para la posterioridad. Todo esto conlleva a la formación de esa doble personalidad. No es raro que lleguen a tenerles miedo a las fuertes emociones (por ejemplo, miedo a enamorarse), aunque no se descarta, pero siempre dicha actitud va encaminada a un determinado objetivo. ¡La carencia afectiva! Suelen ser personas que se vuelcan en determinados quehaceres con tal intensidad, queriendo con ello superar ese estado de anormalidad.
Meditación: Tu mejor amigo es el que con sabios consejos contribuye a pulir tu personalidad, el que goza con tus alegrías, se entristece con tus penas y el que sin herirte te saca del error.
EXCELENTE!!!!! NADA MÁS ACERTADO.
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