sábado, 28 de enero de 2012

¿Sabemos gozar del sexo?

           ¿Nos entendemos bien con nuestra pareja en la cama? ¿Son satisfactorios nuestros encuentros íntimos o nos gustarías probar otras experiencias? ¿Les dedicamos tiempo suficiente al sexo? Si hemos respondido “no", a  alguna de estas preguntas, ¡algo falla!.
            Bajo mi punto de vista y sobretodo, bajo mi criterio personal: debemos hacer uso de nuestras fantasías como fuente de nuestros deseos sexuales. Las fantasías están ligadas al deseo, es decir la materia prima más preciada de la sexualidad. El cerebro lo utilizamos para dar salida a todo lo que la sociedad nos prohíbe: Sirven a veces como escape a la represión, para expresar  en nuestra imaginación lo que no podemos exteriorizar en la sociedad por ser tabú.
            Los que saben disfrutar de ellas las utilizan para enriquecer nuestra imaginación, como fuente de deseo y posterior excitación.
            Para disfrutar del placer sexual es preciso no sólo conocer nuestro propio cuerpo, sino también el de nuestra pareja. El cuerpo es como un instrumento musical, al que se le saca más rendimiento cuanto mejor lo conocemos.
            Es de vital inteligencia sexualmente, quién usa el sexo como modo de conocimiento y profundización de su pareja, el que no busca su placer exclusivo, sino la experiencia conjunta, quien sabe mantener una larga relación con la misma persona sin caer en el tedio ni en la apatía, es capaz de ser sexualmente activo incluso a los 80 años.
            El sexo satisfactorio conlleva siempre una sensualidad compartida, alegre, generosa, apasionada, libre, y por supuesto que no busque someter al otro y, nunca dependiendo de la edad. Es un mito de la sociedad que el sexo y la sensualidad sólo puedan ser vividos por los jóvenes; la pasión se puede vivir a cualquier edad. El amor es quererse bien, cuidarse, respetar las cualidades de cada uno, pero sin estar por encima el otro; ninguno debe mandar y ninguno obedecer.
            La asignatura que a veces tenemos pendiente, tanto el hombre como la mujer, es la ternura, la comprensión, nunca esperar lo que el otro no pueda dar.
            En definitiva ser conscientes de que somos diferentes, de que realmente las relaciones a veces son difíciles, y eso nos lleva a desencuentros que en parte son inevitables.
            Aunque lo más importante para ambos son las relaciones afectivas, puesto que el sexo nos lleva a un fondo de sentimientos, de claudicación anticipada, debido a que el ser humano necesita muchas otras cosas; como sentirse útil, tener confianza, cariño y sobre todo ayuda en los momentos de soledad.


Meditación: Esta sociedad nos da facilidades para hacer el amor, pero no para enamorarnos.

2 comentarios:

  1. La verdad es que el amor y el sexo tienen que ir ligados para que se puedan sentir y nos puedan hacer mejores personas cuando se separan ,nunca llegan a ser felices del todo solo llenan una parte y se siente un vacío después,pues para mi no hay mayor placer que dar placer y sentir que la otra parte siente tanto o más que tu cuando se dan las circunstancias de que no estabas previsto,el placer llega ser mucho más intenso,yo tengo 46 años y mi mujer los mismo,yo creía que sentiríamos unos 5 o 6 años de pasión y que luego ya no ,pero cuando haces ligeras modificaciones ,resulta que encuentras zonas que vuelven a la vida y te hacen sentir más,por eso creo que si dos se entienden bien ,pueden sentir siempre pues sola cambiado la postura se logran sentir muchísimo más que si te limitas a hacerlo siempre de la misma manera.

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  2. Muy agradecido por tu comentario: El placer de gozar es un bien, del mismo modo que el bien es placentero en cuanto fuente de serenidad y liberación de los conflictos internos, junto con el conocimiento, de una vida plena de amor. Pero es evidente que aún podamos aprender mucho de esta apelación a través de la madurez.
    Saludos cordiales.-

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