La gratitud I

             La gratitud se recibe cuando se da, debemos arriesgarnos para llegar a nuevas situaciones y dar gracias para reforzar nuestro día a día. La gratitud es la madre de los demás sentimientos. Generalmente las gentes reclama aquello que no tiene y le gustaría tener, o lo que tuvo y perdió. Rara vez encontramos a alguien que da las gracias por lo que tiene, o por aquello que no tiene y no le gustaría tener. Desgraciadamente la gratitud es escasa en el mundo, y por ello hay una falta de armonía e infelicidad en nuestras vidas.

            Debemos agradecer diariamente aquello que tenemos, y tomar cada nuevo día como un regalo, siendo esto la experiencia más rica que podamos tener. Un día más es una oportunidad más para ver los árboles, el cielo, el mar, para salir a pasear, escuchar música, habla con un amigo, etc. Ya seas una persona religiosa o no, el entender la vida como un obsequio nos otorga una actitud de agradecimiento, sosiego y armonía.

            ¿De dónde viene este sentimiento? ¿como crear gratitud?.... El sentimiento de gratitud llega a mirar tu mundo de la mejor manera: con bondad, paciencia y perdón, El estado sentimental de agradecimiento llega naturalmente a valorar a las gentes y a las cosas en tu vida. Este sentimiento es algo que tú puedes aprender y hacer crecer.

            En definitiva mis queridos amigos, es una tentación pensar que la gratitud llega al tener lo que uno quiere. Es un engaño asumir que podemos alcanzar la felicidad si tenemos dinero y poder. Una familia poderosa, a pesar de poseer todo eso, es ingrata e infeliz y sin embargo son muchos los que siendo pobres están llenos de gratitud por poco que tengan.

            Te deseo que pienses y reflexiones continuamente en aquello bueno que te ha pasado. Observa lo agradable de cómo se desarrolló, al mismo tiempo que tomaba forma en tu vida, porque aun en medio de las tragedias que todos en algún momento nos enfrentamos siempre hay un hilo de luz, o alguien por quien sonreír.

Meditación: El que sabe corresponder a un favor recibido es un amigo que no tiene precio.