lunes, 2 de enero de 2012

Una carga muy especial.

               Al hablar de la “carga”  enseguida  se nos viene a la mente, la forma que tienen  en estas tierras del Sur, las formas de transportar los llamados “pasos” de Semana Santa por las calles de estas bellas ciudades andaluzas. Aunque todas estén dentro del mismo marco regional, son distintas las formas, y estilos de proceder. Entre esas denominadas “cargas”, podemos diferenciarlas por ejemplo: “la carga al hombro” en sentido longitudinal como se lleva en Cádiz,  “la carga de costal” de forma transversal propia de la ciudad de Sevilla, o la “carga de la molía”, estilo de cargar en Jerez de la Frontera.
            Otras de las “carga” dignas de tener en cuenta son aquellas, en las que al comenzar el curso escolar, vemos a chicos relativamente  pequeños cargando con enormes mochilas repletas de libros y enseres de carácter didácticos. Qué duda cabe que ambas cargas son extremadamente peligrosas, pero debo reconocer que la primera está debidamente vigilada, y solo la pueden realizar los llamados “cargadores” o “costaleros” con prescripción médica, no así esos pequeños que desde una temprana edad, ya están sometidos diariamente a ese esfuerzo, aún sin estar constituidos físicamente.  
            Solo hago mención, a estos dos tipos de “cargas”, para a continuación referirme a un tipo de carga muy especial, que no muchas señoras tienen en cuenta, y que ellas ejercen,  durante toda su vida. Estas “cargas” aunque pequeñas, pero insistente y continua, son las de portar en un solo hombro ciertos kilos de peso, durante treinta o cuarenta años. Y digo sobre un solo hombro, (supongamos el derecho), porque algunas son incapaces de sobrellevar ese bolso  (y a veces dos si fuera necesario) sobre el izquierdo.  Es más, si lo portara sobre el hombro no acostumbrado, sentiría la misma sensación de incomodidad como si tratara de  llevar los zapatos colocados al revés, lo cual al instante lo volvería a situar sobre el derecho.
En la mayoría de los casos lo que hacen es cargar demasiado peso, sobre una parte de vuestro cuerpo, algo que si no os dais cuenta puede tener graves consecuencias para la estructura ósea de vuestra espalda, debiendo tener en cuenta que es aconsejable  repartir esa carga de forma equitativa para que éste, no deba estar descompensado y hacer que una parte no se sobrecargue más en detrimento de la otra. Para conseguirlo hay que intentar  situar ese peso, alternativamente sobre el  izquierdo, es decir: que ese peso no esté sometido siempre  sobre el mismo hombro, y así evitaremos que  se produzcan desequilibrios de fuerzas, sin que se provoquen lesiones de columna.
            Es muy posible que me digáis lo siguiente: “pues yo durante toda la vida he llevado mi bolso (y a veces dos) sobre el hombre derecho y nunca me ha pasado nada”. Si;  es cierto, pero os voy a invitaros a que observéis un detalle por simple curiosidad.            Posiblemente tengáis muchas fotos de familia, de amigos, de fiestas, de reuniones, etc. observad como en muchas de ellas (no en todas) vuestra cabeza está inclinada hacia el lado derecho; ¿os habéis preguntado por qué? No, no es cuestión de pose, es sencillamente porque vuestro músculo esternocleidomastoideo derecho del cuello lleva muchísimo tiempo sometido a una continua presión, que hace que la cabeza en el momento que está liberada de esa presión, tienda a inclinarse lateralmente hacia el hombro.
            Otro síntoma es que vuestro zapato derecho ofrece un cierto abultamiento lateral hacia afuera, (esto debe observarse a través de un calzado bastante usado; nuevo no puede apreciarse), eso es debido a que vuestro eje personal, está inclinado de 2 a 3 grados. (Si; muy poco, pero está) hacia la derecha, debido a esa persistente carga que durante toda una vida, ese hombro ha estado sometido diariamente.
            P.D.- Otra de las consecuencias que son producidas por el excesivo y continuo peso, a que ese pié siempre está sometido es la formación de una metatarsofalángica, la cual es producida por el desplazamiento del hueso o el tejido de la articulación del dedo gordo. Esto fuerza el dedo a doblarse hacia los otros, creando un abultamiento denominado comúnmente “juanete”.

  Meditación: Por las costumbres se forma casi otra naturaleza.


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