miércoles, 4 de enero de 2012

La memoria

           La memoria es esa habilidad para recordar y para almacenar los recuerdos, es sin duda, una pieza clave en nuestra vida. Pero, ¿qué se esconde detrás de este complejo engranaje? Y lo más importante, ¿cómo podemos potenciarla?
            Si hay algo en lo que coinciden los expertos en esta materia es en que la memoria, esa capacidad para recordar y memorizar datos y hechos, viene determinada por varios factores, entre ellos los genéticos. Pero independientemente de si nacemos con memoria de elefante o de lince, y dado por sentado que nuestro cerebro y nuestro cuerpo            está abocado al envejecimiento, lo cierto es que podemos mantenerla y potenciarla.
            La memoria se puede entrenar y desarrollar hasta extremos que roza lo insospechado. Todos hemos oído hablar de personas capaces de memorizar un texto de un vistazo, o un libro en horas o pocos días. En realidad, la cuestión es más compleja, ya que para entrenar la memoria son condiciones previas, como la motivación, disciplina y capacidad de trabajo, que influyen necesariamente en los resultados finales.
            Es muy importante destacar las emociones que perduran. Es decir, de la misma manera, si reflexionamos unos instantes y hacemos una prueba es fácil comprobar cómo recordamos mejor aquello que va unido a situaciones emocionales intensas. “Seguro que recuerdas perfectamente las ciudades que has visitado en tus viajes y no recuerdas, o te resulta más difícil, las lecciones de Geografía que aprendiste en el colegio.
            Por eso, todo lo vivido, lo sentido, lo extravagante, lo que nos sorprende, lo que nos emociona…lo recordamos mejor.
            Aunque en ocasiones, muchas personas nos califican como despistados y achacamos ciertos olvidos a nuestra mala memoria, existen teorías que aseguran que los despistes, siempre dentro de un límite, son algo normales, e incluso, necesario. Y es que, aunque nadie tiene el poder de eliminar de un plumazo aquellos momentos desagradables o poco relevantes parece que nuestra memoria, en ocasiones, nos echa un “cable” para aparcarlos. A veces saber olvidar también es positivo.


Meditación: Nadie puede juzgar sin conocer primero su propia debilidad.

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