Sea
como sea, está claro que cuando llegamos a cierta edad comenzamos a hacer un
historial de los acontecimientos pasados o de lo que nos hubiera gustado vivir,
y a menudo encontramos insatisfacciones o pesadumbres por aquellas tareas que
no pudimos cumplir o por las metas que no llegamos a conseguir.
A pesar de que vayamos
cumpliendo años, nunca es tarde para plantearse un cambio, siempre teniendo en
cuenta la posibilidad de perder algo que ya tenemos, para poder ganar algo que
no hemos tenido hasta ahora. También deberíamos tener claro que el cambio que
vayamos a realizar, nos suponga un beneficio realmente satisfactorio. A menudo
las fantasías de una vida ideal nos hacen confundirnos, creyendo que nos
gustaría muchísimo tener “tal cosa” y al conseguirla resulta que ya no es tan
importante por haberla idealizado demasiado.
Estas fiestas de cumpleaños se
componen de diferentes dimensiones: se trata de una fiesta personal, de una
excusa para pasárselo bien, de una manera para consolidar el narcisismo
sacudido poco a poco con el paso del tiempo. En realidad ésta es una fiesta
para comprobar la solidez de los lazos afectivos que, dada la fragilidad de los
vínculos sociales, son cada vez más necesarios.
Hay quien se obsesiona intentando
calcular o saber la edad de los demás para ver que tal llevan los años; al ver
que tienen tal cantidad, y comprobarlo observan que lo llevan relativamente bien,
eso les da fuerza porque les atisba una esperanza para cuando lleguen a esa
edad. Otros se sienten mal, cuando alguien es más joven y hacen comparaciones siendo
esto es un gran error, debido a que tarde mucho o poco, todos pasaremos por las
mismas etapas.
En el fondo esto es inmadurez e
inseguridad y que el exterior no es lo importante. También soy consciente de
que soy muy afortunado por estar vivo y poder seguir disfrutando de más tiempo
con salud. Sé que estoy cometiendo un error al intentar imaginarme a mí mismo
dentro de diez, veinte años porque del
mismo modo que cuando tenía 20 o 30 no me podía imaginar con los años que ahora
tengo.
Verdaderamente es aterrador, aunque debería reconocer que
cumplir años es advertir lo mucho que hay aún para hacer y lo mucho que podemos
enseñar. Cumplir años es ayudar, brindar una mano y ejercitar la verdadera
solidaridad. Cumplir años es advertir las sillas vacías de los muchos que
lamentablemente ya no están, pero también valorar el espacio que ocupan
aquellos que sí están. Por tanto debemos
sentir alegría, melancolía, recuerdos y todo lo bueno que te puedas imaginar.
Cumplir años es, tomar conciencia de quienes
somos y del mundo en que vivimos, es meditar sobre lo que aprendimos, es saber
que no soy igual, que he cambiado y sigo siendo yo al mismo tiempo, es
descubrir nuestra propia realidad y comprender muchas de las cosas que antes no
comprendíamos, es crecer, madurar, buscar la verdad, nuestra propia verdad, es
alegría, tristeza, melancolía, recuerdos y mucho más, cumplir años es así, la
vida misma, puesto que más allá de toda reflexión y todo balance, cumplir años
es vivir, simplemente... vivir.
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