sábado, 2 de mayo de 2015

¡Cómo pasan los años!

           Sea como sea, está claro que cuando llegamos a cierta edad comenzamos a hacer un historial de los acontecimientos pasados o de lo que nos hubiera gustado vivir, y a menudo encontramos insatisfacciones o pesadumbres por aquellas tareas que no pudimos cumplir o por las metas que no llegamos a conseguir.
            A pesar de que vayamos cumpliendo años, nunca es tarde para plantearse un cambio, siempre teniendo en cuenta la posibilidad de perder algo que ya tenemos, para poder ganar algo que no hemos tenido hasta ahora. También deberíamos tener claro que el cambio que vayamos a realizar, nos suponga un beneficio realmente satisfactorio. A menudo las fantasías de una vida ideal nos hacen confundirnos, creyendo que nos gustaría muchísimo tener “tal cosa” y al conseguirla resulta que ya no es tan importante por haberla idealizado demasiado.
            Estas fiestas de cumpleaños se componen de diferentes dimensiones: se trata de una fiesta personal, de una excusa para pasárselo bien, de una manera para consolidar el narcisismo sacudido poco a poco con el paso del tiempo. En realidad ésta es una fiesta para comprobar la solidez de los lazos afectivos que, dada la fragilidad de los vínculos sociales, son cada vez más necesarios.
           Hay quien se obsesiona intentando calcular o saber la edad de los demás para ver que tal llevan los años; al ver que tienen tal cantidad, y comprobarlo observan que lo llevan relativamente bien, eso les da fuerza porque les atisba una esperanza para cuando lleguen a esa edad. Otros se sienten mal, cuando alguien es más joven y hacen comparaciones siendo esto es un gran error, debido a que tarde mucho o poco, todos pasaremos por las mismas etapas.
            En el fondo esto es inmadurez e inseguridad y que el exterior no es lo importante. También soy consciente de que soy muy afortunado por estar vivo y poder seguir disfrutando de más tiempo con salud. Sé que estoy cometiendo un error al intentar imaginarme a mí mismo dentro de diez, veinte  años porque del mismo modo que cuando tenía 20 o 30 no me podía imaginar con los años que ahora tengo.
            Verdaderamente es aterrador, aunque debería reconocer que cumplir años es advertir lo mucho que hay aún para hacer y lo mucho que podemos enseñar. Cumplir años es ayudar, brindar una mano y ejercitar la verdadera solidaridad. Cumplir años es advertir las sillas vacías de los muchos que lamentablemente ya no están, pero también valorar el espacio que ocupan aquellos que sí están.  Por tanto debemos sentir alegría, melancolía, recuerdos y todo lo bueno que te puedas imaginar.
             Cumplir años es, tomar conciencia de quienes somos y del mundo en que vivimos, es meditar sobre lo que aprendimos, es saber que no soy igual, que he cambiado y sigo siendo yo al mismo tiempo, es descubrir nuestra propia realidad y comprender muchas de las cosas que antes no comprendíamos, es crecer, madurar, buscar la verdad, nuestra propia verdad, es alegría, tristeza, melancolía, recuerdos y mucho más, cumplir años es así, la vida misma, puesto que más allá de toda reflexión y todo balance, cumplir años es vivir, simplemente... vivir.

 Meditación: No llenes tu vida de años, sino tus años de vida

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