No he dudado en insertar este pequeño vídeo a continuación del artículo que hoy expongo, puesto que nunca llegaremos a saber el placer que puede experimentar un pequeñín, cuando pasea con su perro, y observa antes sus ojos ese pequeño charquito de agua. Parece como si le dijera a su perrito; “espera, que voy a disfrutar un poquito”
Con sumo cuidado deposita la correa en el suelo y se deleita pasando una y otra vez sobre el agua, chapoteando sus pequeños piececitos. El “chucho” espera pacientemente a su pequeño amo y, cuando ya saciado, toma con extremo cuidado la correa y parece que le dice ¡vamos, ya he terminado!, reanudando su marcha como si nada hubiera pasado. Nosotros nunca llegaremos a comprender la enorme satisfacción que esa acción representa; “tenemos que ser muy pequeño, para poderlo comprender”
Meditación: Lo más hermoso de la infancia, es que cualquier cosa en ella, es una maravilla
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