A veces, cuando nos preocupa algo, en vez de buscar soluciones y analizarla de forma constructiva, lo agrandamos en nuestra mente volviendo sobre ello una y otra vez. Debemos reconocer que cuando entramos en uno de esos “bucles” del pensamiento, lo primero que debemos hacer es frenarlos.
Caminar en círculos nos impide avanzar, haciéndonos ver un destino al cual pretendemos alcanzar. Por eso; ¡¡No le demos más vueltas!!
Eso nos llevará a inquietudes, contrariedades, etc. Sin llegar a ninguna solución. Las “ralladas mentales”, como ahora solemos decir, aparecen como un nuevo mal, haciéndonos imposible salir de esa pertinaz ofuscación.
En el lenguaje popular afecta a todos aquellos que se “rallan”, “se montan películas”, “flipan” o se “comen la cabeza”
Cuando pensamos demasiado, les damos vueltas y más vueltas a nuestros pensamientos y sentimientos, resultando cada vez más negativos; los examinamos, los analizamos sin darnos cuenta que no encontramos solución.
El pensamiento excesivo es como una espiral en la que damos vueltas una y otra vez a un acontecimiento que nos ha hecho sentirnos mal. Pero en vez de buscar soluciones alimentamos nuestro malestar sumándole recuerdos de experiencias negativas.
Normalmente esos pensamientos negativos surgen al analizar de forma retrospectiva nuestros actos, y no es para sacar conclusiones positivas, sino para hacernos reproches muchas veces injustificadas.
Para ello, no hay recetas universales, "cada uno debe encontrar su método". Hay muchas actividades que son útiles para desconectar de esos "bucles" y volver a poner un pié en la realidad. El ejercicio físico, la meditación. la relajación y las actividades artísticas, son muy necesarios para eliminar esos pensamientos negativos.
Meditación: La vida es como el tiempo, cuestión de ciclos.
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