lunes, 1 de octubre de 2018

La libertad de los sueños.

Cuando soñamos, cosa que no se nos da con frecuencia, se nos aparece un impulso o intuición de hacer aquello que durante mucho tiempo estuvimos pensando, a pesar de que lo vemos de diferente manera, y sobre todo ante un aspecto de libertad, viendo que tenemos unas posibilidades de elección que en la vida real no podemos escoger, ni siquiera se nos permite asumir las consecuencias.
            Nos transportamos a tiempos y lugares remotos; lugares donde en nuestra vida real jamás pudiéramos pensar que llegáramos. Así a través de todos estos mecanismos,  prodigiosamente organizados y sin saber cómo, nos permiten abrirnos a un mundo de libertad a través de los sueños.  A veces tenemos la sensación de poseer un conocimiento profundo que daría sentido a toda nuestra vida, conocimientos que olvidamos al despertar o que nos parecen incoherentes. Son momentos en los que la intuición se vuelve una herramienta fundamental. Es la voz en tu interior la que te guía a una dirección determinada, la que te susurra al oído “esto no es lo que quiero”, o “esto es lo que de verdad deseo”.  Aunque sin saber de qué manera tenemos la sensación de poseer un profundo conocimiento de estar “dentro” de ese sueño que vemos que nos da un nuevo sentido a nuestra vida.
            Ante el transcurso del sueño nos predisponemos a una lectura sosegada de todo aquello que vamos “viendo” sintiéndonos treméndamente relajados, el cual vamos siguiendo órdenes de nuestra mente. Así decimos que a veces, los sueños nos proporcionan un conocimiento real, o quizás una visión de un futuro que es posible que acontezca en realidad.  Si al levantarnos observamos que todo lo recordamos, es posible que sea un “puente” de conexión entre el inconsciente y el consciente. De esta manera el alma emplea ese “puente” para decirnos lo que necesitamos saber. Quizás a través del sueño sea posible entender el estado de nuestro cuerpo y que actividad puede influir en nuestros pensamientos. Desde esa perspectiva podemos intuir que nuestro cuerpo está dividido en mente y cuerpo, y que a través del sueño ambos  actúan en completa libertad, viéndolo todo sin ataduras.
            Cuantas veces pretendemos comprender la llamada de “ese sueño” sobre todo cuando es agradable o cuando se nos presenta como un “regalo” en nuestra vida viéndonos correspondido con ese “regalo”.  Sin embargo otras veces no es tan fácil, porque lo que llega, se percibe por una falsa interpretación, convirtiéndose entonces en una auténtica pesadilla. Por eso cuando el alma llama con intensidad, eso indica que el “regalo” que trae, tiene un gran valor y merece haber esperado tanto tiempo.
            A través de los sueños nos embriagamos de afecto, de amor, de amistad, etc. Y aunque éstos no eliminan la soledad, la hacen soportable.  Así decimos: “con los sueño esperamos ese momento y ese momento no acaba de llegar”. En ocasiones ese sueño nos desalienta ante la imposibilidad de conseguirlo, aunque comprendamos que sin los sueños la vida no sabe a nada.

Meditación: Los sueños son tan importantes, que nada se hace sin que antes se imagine.

No hay comentarios:

Publicar un comentario