viernes, 20 de mayo de 2016

¿Te sientes crispado?

            Cuántas veces se nos presentan días terriblemente vertiginosos, sin saber a qué atenernos. No podemos explicar a que es debido, pero es cierto que todo nos molesta, todo lo vemos “cuesta arriba”, es decir nos presentamos con un estado de ánimo ante el cual, todo lo vemos en condiciones negativas. No sabemos por qué, pero nuestro estado anímico es insoportable. Para definirlo mejor, podríamos decir que nos encontramos ante una situación de tremenda crispación, sin saber a qué es debido.
           Este estado vertiginoso ante el cual vivimos diariamente, nos provoca una tensión de desafío, haciendo que nos encontremos ante situaciones, que acabamos diciendo: “hoy no estoy para nadie” u “hoy, por poco que me digan, salto”. Todas estas estructuras muy conocidas en nuestro ámbito de vida diaria, llegan a situarnos ante un  estado continuo de crispación, imponiéndonos a nosotros mismos, la necesidad de cambiar, a fin de obtener una mejora permanente.
           Hay crispaciones que proceden ante una falta de valor para decidir cómo tenemos que actuar, o realizar algunas observaciones, y que desgraciadamente no encontramos las formas ni el momento adecuado. Es cierto que nadie muere ante un estado de crispación. Esto es bueno aclararlo debido a que muchos decimos: “cualquier día  voy a volverme loco” Así, cuando nos sentimos ante este estado, parece que la soledad es nuestra principal enemiga, pero en realidad, es una etapa que podemos aprovechar para salir bastante fortalecidos. Siempre las palabras suenan muy bien a la hora de oír consejos, cuando en nuestro interior, es el dolor y la crispación que estamos pasando por unos momentos triste y que nunca sabremos porqué se presentaron.
           Por tanto, dediquemos nuestra atención a sentir las emociones con carácter positivo, y comprobar que nuestra mente no esté aferrada a un patrón de dolor, y no alimentarlas con sentimientos de tristezas. Aunque sí os puedo dar la razón que ante esas situaciones de crispación, hace que nos sintamos agotados, inútiles y al mismo tiempo desesperanzados, ya que en esos momentos no encontramos solución. Estas formas negativas de pensar, hace que nos veamos muchas veces en un túnel sin salida.
            Muchos no estaréis de acuerdo conmigo, pero, ante estas situaciones es de vital importancia, el sentimiento de perdón, es decir; renunciar al dolor o dicho de otra manera, “debemos soltar nuestra crispación” puesto que esto, no nos conduce a ningún sitio. Es algo que nos ocurre de manera natural cuando nos damos cuenta que nuestra crispación no sirve para ningún propósito, sólo para darle un falso sentido a nuestra identidad. A pesar de todo lo dicho, es importante reconocer que son maneras negativas de ver las cosas, para no llegar a momentos de depresión, haciéndonos ver que esa crispación que padecemos, si la continuamos nos llevará a un flujo de energías muy reducidas,  que no es nada menos que una rabia o enojo contenido, en contra de aquella persona que te ha hecho sentir humillado, dañado o ridiculizado.
            Cuando nos sentimos ante un fuerte estado de crispación, no es ni más ni menos que una emoción contenida, de la que probablemente no hemos podidos ser consciente de prestarle la debida atención. Cuando perdonamos, recuperamos el poder que nos arrebató esa situación de crispación, saliendo más fortalecidos y haciéndonos que nos encontremos ante unas condiciones de paz y sobre todo de serenidad, ante la cual nunca debimos llegar.

 Meditación: Si los sonidos describen los lamentos, el silencio está gritando lo que sientes.
 

No hay comentarios:

Publicar un comentario