miércoles, 11 de mayo de 2016

La fuerza del amor.

           Empezaré citando algunas frases y, a partir de ellas, las iremos analizando y sin lugar a dudas seguro que llegaremos a entendernos: Mencionaré algunas de ellas y a través de su desarrollo me comprenderéis, si es que consigo explicarme con la debida claridad. 1ª “Nuestra capacidad de amar es de vital  importancia para el desarrollo de nuestra vida” 2ª “Todo ser humano por naturaleza propia necesita amar y ser amado” Vamos a reflexionar sobre estas dos frases completamente distintas en el ámbito de nuestra vida y a su vez, muy lejanas una de otra.
             Pensemos primeramente en un nenito de uno ocho meses y llegada la hora de su “toma”, aparece una señora con el biberón en la mano, el cual lo sitúa entre los labios del pequeñín, mientras, la señora no menciona palabra alguna. Una vez terminado lo retira y se marcha. Posiblemente el nene quede satisfecho y se duerma. Ahora contemplemos a esa misma señora entrando, y ya desde la puerta empieza a nombrar a ese mismo bebé, diciéndole todo lo que una madre puede sentir y decir hacia su hijo pequeñito. La reacción que el bebé experimenta es de una auténtica “fiesta”. Sus piernecitas patalean, sus bracitos tienden a querer alargarse, como queriendo atrapar (nunca los sabremos) si es la porción de tu “toma” o los arrumacos que la mamá le hace mientras se alimenta. Todos son caricias en sus mejillas, besos y palabras llenas de amor. Al terminar es posible hasta que llore, aunque no sabremos si es porque se retira  aquella cantidad de amor que mientras se alimentaba estaba recibiendo.
             Situemos ahora en una acción bastante parecida, pero entre una pareja de más 80 años. Ella, sentada en su diván, pasa casi todo el día, debido a sus “achaques”, dolencias de todo tipo, y sobre todo la irremediable nostalgia de los años cumplidos. En ese momento, entra su marido, casi de la misma edad y se limita solo a encender un cigarrillo pasando a la terraza para apurarlo. Ella, con voz apagada y con enorme tristeza, sólo se le oye decir con voz entrecortada: “Oh, Dios mío, qué vida más triste, y qué Dios no se acuerda de mí; ¿qué haré yo en este mundo? Pues pensemos ahora en una distinta entrada de ese supuesto marido: Al entrar, ya desde la puerta dice: ¿dónde está lo más bonito de esta casa? ¡Hoy te veo con mejor cara! A continuación se sienta a su lado, y le deposita un hermoso beso en su mejilla, con toda la experiencia de esos años cumplidos, y al mismo tiempo le dice: “Sólo deseo que si algún día te “fueras” Dios haga el milagro de llevarme al mismo tiempo contigo” Ese deseo hizo que a través de las mejillas de ambos, “corrieran” lágrimas, pero nunca pensemos que eran lágrimas de dolor, sencillamente eran lágrimas del profundo amor que se profesaban.      
            Con estos sencillos ejemplos sólo deseo haceros ver la inmensa capacidad que tiene el amor, pensando al mismo tiempo que todos la poseemos, sólo necesitamos ponerla en práctica para sentirnos profundamente feliz a través del amor.
            Sin amor resulta imposible vivir y el cariño es el combustible que nos alimenta a diario. Sin decir; un, “te quiero” estamos perdidos, así que para encontrarnos tenemos que volver a decirlo y volver a escucharlo por muchos años que hayan pasado. Es lo mejor que podemos dar y lo más sublime que podemos recibir. ¡Amor!
 
Meditación: El amor no tiene que ser perfecto, solo tiene que ser sincero.

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