jueves, 5 de mayo de 2016

¡Qué sentido tienen nuestras vidas!

             Creo que a veces es mejor no planteármelo, puesto que ni nosotros mismos sabríamos respondernos. Nos encontramos ante un mundo donde impera las prisas, las emociones, el ímpeto; pero si sólo fuera eso; es que lo peor son la maldad, la desconfianza, la avaricia de querer triunfar, acosta de lo que sea, ¡qué importa! Nuestra vida se envuelve en torno a lo exprés, a lo inmediato. Sólo pensamos que el hecho de vivir, nos enfrentamos a ciertas tinieblas que no queremos ver. ¡Qué desastre! Y terminamos diciendo “todo está mal” así que primero yo y siempre yo.
             Por todo ello, que bien sería encontrar un significado que nos haga afinar nuestra situación más halla de muchos de los ciclos ya vividos y que desearíamos no recordar, pero que irremediablemente son “asignaturas pendientes” que llevamos en nuestra conciencia. Nuestra inteligencia de vida no dejará de invitarnos a que miremos el sentido de nuestra vida, haciendo que se abra alguna puerta aunque sea pequeña, y nos dé acceso a mirar atentos al escenario que nos merezca la pena vivir.
            Es posible que más allá de esas asignaturas pendientes que decía anteriormente, no nos sintamos atendidos, por medio de un vacío tan profundo que nos haga sentirnos ciegos ante la mala utilización de nuestra existencia. Quizás estemos a tiempo de preguntarnos ¿Qué deseamos, una vez utilizado ese “trecho” de vida ya vivido? Siempre estaremos a tiempo de reflexionar y remediar muchos de los males pasados, puesto que tú experiencia considérala siempre muy valiosa y puede valerte para mejorar, de una y mil formas ante un sentido distinto,  para afrontar un mundo mejor.
              Muchos nos dicen que lo malo pasado, es mejor olvidarlo. No, no lo creas, mirar hacia atrás siempre tiene un beneficio muy significativo ante  nuestra trayectoria afectiva. Nunca deberíamos cerrar ningún capítulo de nuestra historia, ya que ello nos conduciría a una vida vacía y sin sentido. Así decimos que una vida no examinada suficientemente, no merece la pena ser vivida.
             Continuamente nos alejamos, dentro de esta sociedad cargada de estímulos, que a veces no podemos con ellos, y nos olvidamos del verdadero sentido de nuestra vida, la cual transciende de lo material, lo superficial y de lo rutinario. Muchas son las condiciones que determinan las formas de darle un sentido a nuestra vida, tantas que en determinados momentos dejamos de saber si las ideas que defendemos son fruto de nosotros mismos o si continuamente, nos basamos en experiencias ajenas.
             Nada nuevo hago al recordar que la felicidad es consecuencia, entre otras cosas, del esfuerzo y de la satisfacción personal, resultado siempre de nuestros logros y progresos. La felicidad no se compra, no se presta, ni se regala, sólo tú eres el único de crearla. No te quepa dudas que un día llegará el momento en que ya no sentirás enojo ni malestar, y por supuesto no tendrás necesidad de sentir desconfianza, entonces será cuando le encuentres el verdadero sentido a tu propia vida.

 Meditación: La vida es aquello que te va sucediendo mientras te empeñas en hacer otros planes.

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