martes, 25 de noviembre de 2014

¿Tanto nos cuesta decidir?

            ¿Por qué siempre tenemos miedo a decidir entre varias alternativas?; es posible que temamos equivocarnos o cometer errores. Pero los errores son simplemente datos que nos proporcionan información sobre hasta qué punto nuestras predicciones fueron atinadas. Debemos comenzar por darnos oportunidades a esa “nueva idea” y así empezar a trabajar en la expansión de nuestra conciencia y poco a poco veremos cómo se van abriendo las puertas al mundo que nos rodea. Puesto que con respeto y cautela nada es absolutamente imposible.
            ¿Cuántas veces pensamos que las indecisiones son unos de los males más comunes de nuestra sociedad. Es verdad que existen personas que están indecisas entre dos amores que le aportan cosas diferentes y, realmente no se atreven a escoger. Esto es  miedo a decidir, uno de los males más comunes, que actualmente nos afectan, sobre todo cuando no estamos en forma a nivel emocional.
            Para lograr una decisión pensada es importante conocer y entender el escenario o problema que nos afecte. Debemos comprender y analizar las consecuencias de las distintas decisiones que podamos tomar, porque una buena o incorrecta resolución tendrá seguramente resultados positivos o negativos para nosotros.         
            Cuando nos cuesta mucho decidir, es cuando vemos la situación como insoportable, por eso no tomar la decisión acertada tras haber invertido tanto esfuerzo y tanto tiempo pensando en cuál era la mejor elección, nos vemos abocados a una situación  de desesperación. La solución para los indecisos pasa por darse cuenta de que ninguno de los fallos puede llegar a ser terribles; puede ser un poco malo, pero nada más. Es decir, cuando fallamos, también podemos intentar de ser felices. En la cultura de hoy, donde la búsqueda del placer parece ser lo más importante ya que  lo único movilizador en nuestro interior, es el deseo, el querer o el tener ganas para iniciar algún cambio conductual.
            Tomar decisiones acertadas es la mejor forma de evitar problemas. Una forma de saber si la decisión que hemos tomado es la correcta, es examinar las consecuencias de nuestra decisión. Sinceramente es difícil encontrar la pócima que nos haga infalibles a la hora de decidir, aunque creo que no debamos realizar ningún acto sin antes meditarlo.
            Todos queremos creer y todos queremos sentir, cosa que nos suele pasar con el amor, puesto que esa es una decisión que nos llega con el tiempo, con palabras, frases que emocionan y, un día creemos tener la edad suficiente para salir a su encuentro y emprender la aventura a su búsqueda, y a los miedos de otros corazones rotos. En estos casos las diferencias, nunca son entendidas, ni bien recibidas cuando empiezan a conmovernos de que todo aquello era un mito, de que no existía y, que eso que estábamos buscando no era verdad ni jamás hubo existido.
             Pero cuando las emociones descienden a nuestro nivel, necesariamente sólo nos queda la auténtica verdad, aunque pocos son los que se atreven a quedarse con ellas.  Es entonces cuando muchos pueden dar testimonio de veracidad de que aquello, nunca existió. Nadie es perfecto y tú no eres la excepción, puede ser que te equivoques pero la mejor parte de esto es que siempre puedes regresar y volver a tomar una decisión en base a tus nuevas experiencias. Por tanto esas decisiones para una inmensa mayoría, solo es entrar en el mundo de la utopía, la ilusión y los mitos.

 Meditación: Cuando tengas que decidir con el corazón, es mejor que decidas con la cabeza.

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