Lo más lógico y normal es entender y
explicarnos a través de la palabra. Pero ¿Cuántas veces éstas, como se suele
decir: “se las lleva el viento”? No porque no se entiendan ni porque se
expliquen de formas mal intencionadas. No, siempre suelen mostrarse de la forma más correcta; entonces,
¿Qué sucede? No es otra cosa que el
producto de pasar de tener una dinámica y distendida relación, a la terca
sinrazón del mutismo, sin la más leve explicación.
Sería
relevante remarcar que el pasado no se puede explicar en su totalidad con
palabras a distancias, Utilizando las palabras lo que hacemos es fragmentar la
realidad en partes, cuando lo real, es que todo está unido a todo. Una razón
muy importante es la que debemos hablar a las personas de forma educada y con
buenas palabras, puesto que si no se
hace, el mismo silencio ya está haciendo daño de una forma indirecta.
También
el problema, es que la mayoría nos pasamos gran parte del día con la mente
saltando agitadamente entre el pasado y el futuro, y mientras tanto nos
perdemos el presente. La vida es eso que sucede mientras estás haciendo otros
planes. Así decimos que la vida transcurre entre palabras y silencios. Pero
¡ojo! Los silencios, no son un elemento accidental, sino un elemento decisivo
para conseguir una comprensión auténtica. Aunque reconozco que nadie (o casi
nadie) quiere callar para siempre, pues callar se percibe como un fracaso
emocional.
Cuando
escuchamos continuadamente, no deberíamos dejar que nuestra mente divague y
salte hacia temas totalmente imaginativos. Decimos que a través de la palabra
es posible la comunicación, así es posible comprendernos; sin embargo el poder
de la palabra va más allá que el simple intercambio de ideas, al mismo tiempo
sirve para cautivar y convencer.
Consideremos
siempre que somos seres “sociales”, en el sentido de que pasamos la mayor parte
de nuestra vida con otras personas. Por consiguiente, es importante aprender,
entenderse y funcionar adecuadamente en situaciones al menos sociales. Todos
conocemos y podríamos citar en teoría cuales son los principios básicos para
lograr una correcta comunicación, pero a veces “cerramos los ojos” y nuestra
mente no la dejamos hablar
El
perdón es una necesidad en nuestro tiempo. La imperiosa necesidad que tenemos
de él, surge del hecho de que nadie está libre de heridas, como consecuencia de
frustraciones, decepciones, penas de amor, traiciones… Las dificultades de
vivir en sociedad se encuentran por doquier. Conflictos en las parejas, entre
amigos, personas divorciadas, patrones y empleados, etc., y todos tienen algún
día necesidad de perdonar para establecer la paz y seguir viviendo juntos.
Si nos atreviéramos a decir lo que pasa
por nuestra mente, seguramente encontraríamos mucha paz al final de lo dicho,
más armonía y no tendríamos la necesidad de pensar en silencio, aumentando de
esta forma nuestra confianza personal.
Meditación:
Los buenos tiempos se convierten en buenos recuerdos; los malos tiempos en
grandes lecciones, solo hay que aprender.
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