Una vez comentado lo anteriormente dicho,
debemos reconocer que en ocasiones, más que refugiarnos en el pasado, lo que
hacemos es evitarlo. Cuando hemos vivido un acontecimiento doloroso, puede que
intentemos reprimir su recuerdo, puesto que nos parece la única forma posible
de salir adelante. Por ello, debemos ser capaces de afrontar esos recuerdos
dolorosos para lograr cerrarlos y seguir nuestro camino, ya que la tranquilidad
pasa por la aceptación, y al mismo tiempo debemos ser capaces de afrontar esos
malos recuerdos, sabiendo reconocer lo que nos ha hecho pasar, enseñándonos a
valorar cómo afrontarlos sin tener experiencia alguna al primer paso para
liberarnos de sus influencias.
Todas
nuestras experiencias previas serán las que nos irán proporcionando un
repertorio de conductas y formas de pensar, que al haber sido adaptado a
nuestra memoria, las incorporamos a nuestro bagaje personal, mientras que las
que no nos aporten ningún tipo de beneficio las extinguiremos. Por ello debemos
tener en cuenta que, realmente, nuestro pasado y las experiencias vividas en él,
son lo que nos condiciona a la hora de seleccionar una respuesta de forma muy
personal, para sentirnos emocionalmente en el momento de tomar una decisión.
¿Qué
podemos hacer entonces? ¿Olvidar todo ese contenido, que es nuestra propia
vida? No, no se trata de eso. Si no, recordar el pasado en su justa medida, sin
atarnos a él y viviendo el presente, recordar los momentos felices y realizar
un aprendizaje de los no tan felices para evolucionar y poder seguir adelante.
Porque
efectivamente, la nostalgia no es mala, siempre que no nos impida seguir
nuestro camino, siempre que nos atrevamos a afrontar los malos recuerdos. Si lo
vives así: significa que has hecho cosas que te han servido para poder tirar
hacia adelante. Y es importante pensar que no serías quien eres si no fuera por
todas las vivencias por las que has pasado.
A
lo largo de meditar llego a entender que en la vida muchos nos van a lastimar, pero tengo que encontrar a
esas personas por la que vale la pena sufrir. Tenemos que sonreír, debemos saber
soñar y amar. Nunca debemos dejarnos envolver por el pasado.
El pasado está muerto y enterrado, no tiene
regreso posible, solo vivimos el presente que es lo único que tenemos y lo que
al final importa más, y sobre todo… tratemos por todo los medios en buscar la
felicidad, que a veces está tan cerca, la cual por tenerla tan presente no le
damos la oportunidad de llegar a nosotros.
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