miércoles, 7 de mayo de 2014

Saber dar apoyo.

            Las personas con las que convivimos son nuestro principal apoyo, a ellas recurrimos cuando estamos en dificultades. Existen muchas formas diferentes de dar y recibir ayuda. A veces sólo necesitamos unas palabras de ánimo. Otras veces necesitamos que nos orienten o nos den una nueva perspectiva sobre las cosas. La ayuda puede ser algo muy específico en inmediato, como apoyo para llevar a cabo unos deberes en concreto.
             Pero, ¿y cuándo nos toca ser la parte fuerte? No siempre sabemos cómo actuar, y nos desesperamos buscando la forma para ayudar. La clave es hablar, lograr que quien lo está pasando mal se abra. Debe sentir que está respaldado, pero también que él es el protagonista del esfuerzo por superar su problema.
            Saber que alguien te aprecia significa mucho. Y es algo muy importante cuando uno está estresado. Los problemas parecen menores y más fáciles de sobrellevar cuando se habla con la persona adecuada. De esta forma somos capaces de afrontar mejor las cosas y de ver soluciones con mayor facilidad cuando compartimos nuestros problemas.
             Contactar con médicos y psicólogo a veces no es suficiente, sino también con familias que han pasado por una situación similar, y pueden proporcionarnos apoyo e intercambiar experiencias, puede ayudar a dar salida a nuestras angustias.
             Es muy importante que a veces es conveniente escapar de situaciones como: atribuir a la mala voluntad del afectado, a sus deseos de molestar, comportamientos que nos parecen extraños. Responsabilizar al mundo exterior de los que nos está ocurriendo.
             El objetivo es proporcionarle un ambiente de afecto y de apoyo, pero sin caer en actitudes de protección y complicidad con su adicción.  Probablemente recordarás los momentos en que alguien te ayudó. Tal vez un amigo te ayudó para abandonar un mal hábito o a sobrellevar la tristeza o a supera una decepción. Y al mismo tiempo podrás también recordar momentos a que tú ayudaste a otras personas.
             Pensemos siempre que esta ayuda siempre tendrá fuerza para seguir luchando si conservamos la autoestima, y los que nos rodean nos ofrecen un papel fundamental para espantar los fantasmas que sacuden nuestra mente.
           Cuando está afrontando una situación estresante o atravesando un mal momento las personas que hay en nuestra vida pueden ayudarnos a afrontar difíciles situaciones. Si alguien a quien le importas sabe lo que estás pasando, siempre te ayudará a sentirte comprendido, y no te encontrarás solo.
             Los seres humanos fuimos educados en un contexto de independencia falso, en el que nos enseñaron que siempre debemos hacer las cosas “solos y bien” Sin embargo dada la evolución alcanzada, los cambios tecnológicos, y los descubrimiento que se revelaron ante nuestros ojos, seguir sosteniendo como una única posibilidad es el sufrimiento en soledad. Dar, también implica recibir.
             Saber recibir apoyo no nos hace débiles, por el contrario, nos glorifica; nos hace más humanos, porque nos sitúa en un plano en que captamos la finalidad de nuestros actos; y la incapacidad para resolver solos algunas cosas, en las que podemos decir sin temor, “con esto solo, yo no puedo” y por eso no perdemos “glamour” ni estilo; por el contrario, ganamos la confianza de ser quienes somos.

  Meditación: Ayuda a tus semejantes a levantar su carga, pero no te consideres obligado a llevársela

 

2 comentarios:

  1. Hace unos días, recibí un mensaje en el que se definía un concepto
    Resilencia: Capacidad del ser humano para hacer frente a las adversidades de la vida, superarse e inclusive, ser transformados por ellas. Un abrazo.

    ResponderEliminar
  2. Gracias por tu comentario.- Saludos.-

    ResponderEliminar