lunes, 27 de febrero de 2012

La fuga

             Aunque parezca su nombre el título de una película o novela, de nuevo intercalo entre estos pequeños artículos algo de Teoría de la Música. Ya anteriormente cité algo sobre el “cánon” debido al famoso Cánon de Pachelbel y sobre el “motete”, citando a Tomás Luis de Victoria. Hoy al hablar de la “fuga”, enseguida nos vendrá a la memoria, la “Tocata y fuga, en Re menor” de Juan Sebastián Bach, de todos conocida en alguna audición, sobre todo en tiempos de Cuaresma.
            La Fuga se estudia en los Conservatorios una vez terminado los estudios de “Armonía” y su denominación correcta como asignatura es “Contrapunto y Fuga”.
Al empezar, siempre hago la misma pregunta ¿qué es una fuga? Ni que decir tiene que la Fuga es una manifestación técnica-musical, atribuida especialmente a Bach. Es una de las escrituras contrapuntística artísticamente más madura, su nombre se deriva (del latín, fuga = huida). Sería imposible intentar encajar todas las fugas hasta ahora escritas  bajo un solo patrón uniforme. Sin embargo, es posible dar un esquema general de sus características más importantes.
            El sujeto: la fuga se basa en un tema o “sujeto” melódico de carácter marcado, que se estable al principio de una composición musical y reaparece durante el curso de la obra en varios lugares y en distintas alturas de sonido.
            El contrasujeto: Después de la exposición del sujeto entra la respuesta, el sujeto no se calla, sino que continúa simultáneamente con la respuesta en contrapunto o línea melódica contraria a ella; a ello se le denomina “contrasujeto”.
            Voces: Generalmente, aunque no siempre las fugas se escriben a tres o cuatro voces. Esto quiere decir que hay tres o cuatro líneas melódicas simultáneas que producen un independencia considerable, pero formando al mismo tiempo unas progresiones armónicas satisfactorias.
          Episodio: Este es un fragmento contrapuntístico que sirve de puente contrastante y modulatorio entre las diferentes reapariciones del tema principal, (sujeto). Consiste en general, aunque no siempre, en temas o motivos derivados del sujeto o del contrasujeto. Es muy común el empleo de secuencias en los episodios.
            Estructura: Una vez citado estos elementos principales, no podemos dejar de hablar de los elementos más importantes de la textura de la fuga. Con respecto a su forma esencial, la fuga está integrada por tres secciones: exposición, sección media y sección final.
            La exposición es la primera parte de la fuga donde el tema se expone una o más veces en cada una de las partes (o voces) que intervienen en la fuga.
            La sección media sigue a la exposición del tema y en ella se introduce uno o más episodios de gran riqueza modulatoria: tonalidad relativa, de subdominante o dominante
            La sección final, generalmente empieza cuando el sujeto vuelve a la tonalidad inicial de la fuga y de aquí a la culminación de la fuga completa.                                        
            Es posible que todos me recuerden, el pedal o pedalier: este se usa comúnmente para tocar la línea de bajo de una pieza de música. Esto permite al organista tocar más voces cómodamente con las manos. El pedalier a la vista parece una versión grande y corta de un teclado manual, y su uso tiene el mismo patrón de notas. El entrenamiento en la técnica de tocar los pedales en un órgano de tubos forma parte de la pedagogía estándar del órgano, tanto en música eclesiástica como simplemente artística.


Meditación: La figura de Bach es central en la historia de la música, o dicho de otro modo, Bach es el epicentro de la música occidental

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