A veces me
sucede; pongo un título y no sé cómo comenzar a desarrollarlo. Sólo necesito unos
compases de música ambiental. Sin ella no sé qué sería de mi vida. Para todo la
necesito. La música actúa en mi subconsciente, quedándome atrapado en una
especie de mensaje que me hace llegar a momentos verdaderamente
insospechados. Ella hace que “pase” por
mi vida, haciendo reconstruir, trozos, episodios, épocas, o quizás pequeños
momentos, que merecen la pena destacar. Y francamente no encuentro otra manera
de escribir. Sí, es la única forma de apreciarlos de nuevo, haciendo que sólo
por el mero hecho de escribirlos, ya lo estoy viviendo de nuevo.
Si al escucharla
sentimos evocar algún sentimiento, te aseguro que merece la pena recordar si
encontramos algo de valor en nuestra vida. Sin darnos cuenta, esa melodía va
calando en nuestro interior, creándonos una atmósfera de sosiego, otras de
desesperanza, otras, por qué no decirlo, de momentos de lágrimas, al sentirnos entristecido
de forma que se apodera de nuestro ser, una angustia difícil de explicar. Sólo
esa continua melodía, tiene el poder de apagar esas frustraciones que
aparecieron en mi vida, y que sólo pueden ser conjuradas por el sencillo
arrullo de esa música que siempre hace que me sienta vivir en paz.
A pesar de todo,
no hace mucho tiempo escribí algo sobre nuestro pasado. Es decir; nunca
deberíamos olvidarlo, ya que “ese pasado” no es ni más ni menos que nuestra
propia vida. ¡No lo olvidemos nunca! Nuestra vida, decimos “es corta” y vemos
que el tiempo se nos acaba, pero si meditamos detenidamente, también
observamos, que hemos tenido mucho tiempo para haber realizado algo más, ¡Pero
no quisimos! ¿Por qué? Volviendo al título del artículo: ¿Encontraste algo de
valor? Sí, me refiero al transcurso del tiempo de nuestra vida. ¡Yo diría que
sí! Alguna cosa, algún objeto, algunas palabras o posiblemente alguna persona.
Y pregunto: si algo tenía que te interesaba, ¿por qué lo desechaste. Por insignificante,
por desprecio, por rencor, por miedo, o quizás por propio orgullo personal. ¡Vaya Ud. a saber!
Lo cierto es, que todos necesitamos siempre de alguien, por inferior que le
consideremos.
No es la primera vez que lo menciono, pero a través
de mi vida, estudié Música en el Conservatorio de Cádiz. No me he dedicado
profesionalmente a este tipo de actividad, sólo lo necesitaba, como un
complemento personal. También en cierta ocasión creo haber citado que en un
momento determinado y después de haber pasado por aquellos Estudios, encontré a
personas, que sin saber nada de Música me enseñaron a comprender y entender
ciertas facetas de este bello Arte, del cual desconocía por completo. Como la
sinfonía necesita de sus notas, el libro de sus palabras y el mar de cada gota
de agua, por pequeñas que sean, todos necesitamos aprender de “aquel” que por
azar encontramos en nuestra vida. A pesar que, de todo esto hace ya muchos
años, siempre estaré agradecido a lo mucho que me enseñó. Pero cuando los
recursos se agotan, sólo nos queda, marcharnos con nuestros propios recuerdos e
intentar olvidar aquellas palabras que nuca sirvieron para nada.
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