¿Qué nos
garantiza que actualmente podamos transmitir paz? Que difícil, ¿verdad? Aun
así, los grandes movimientos tradicionales de toda la vida han resumido su
mensaje a través de grandes dosis de meditación y comprensión, llegando a poder
transmitirla. Me dirás: estamos cansado de tanta rivalidad, injusticias y
guerras, pero ¿qué hacemos para fomentar la paz? Pensemos siempre que cualquier
mensaje por pequeño que sea es capaz de cruzar fronteras y mover el mundo para
que las personas comencemos a actuar de manera armónica con todo lo que nos
rodea.
La paz es una
forma de vida, solo hay que entenderla, aplicar la sencillez y contemplar las
cosas que nos rodean. Es una manera abierta y positiva de relacionarnos con el
mundo, es decir; con nosotros mismos y con los demás. Es como una armonía que
nos rodea y crece de dentro hacia afuera, pero pensando siempre, que sin paz
interior no puede constituirse dicha armonía.
La vida es un
continuo ajetreo de desesperanza. Y yo me pregunto: ¿por qué no meditar? La
meditación nos ofrece innumerables beneficios para el cuerpo, mente y espíritu.
A veces el descanso que logramos con la meditación es más profundo que el sueño
más intenso que podamos tener. Pensemos siempre, que cuanto más profundo es nuestro
descanso, y más dinámica nuestra actividad, la meditación es la puerta al encuentro
con nuestro interior. Es la única fuente de vitalidad y plenitud que a veces
buscamos fuera, sin pensar que la tenemos dentro de nosotros, en lo más
profundo de nuestro corazón.
Es nuestra
decisión abrir el corazón a esa inmensidad divina. Conseguir la paz significa
eliminar de nuestra vida cualquier forma de violencia hacia uno mismo. La paz
empieza siempre con un pensamiento abierto y positivo. Para eso tenemos que sentirnos
agradecidos. Pero seguro me preguntarás: ¿cómo sentirme agradecido con todos
los problemas que tengo y todo lo que me está pasando en estos momentos?
En primer lugar
tenemos que olvidarnos de aquellos “asuntos” que no tienen solución, y
desplegar nuestros sueños a todo aquello que conlleva a conseguir una felicidad
que resplandezca ante las zonas más oscura y violentas de la humanidad. Si lo
pensáramos, todos tenemos el mismo problema: encontrar un lugar digno en la
sociedad.
No es tiempo de
revoluciones, sino de descubrimientos de nuestro potencial, por eso una nueva
educación es vital en la búsqueda del camino hacia la paz interior. ¿Qué nos
impide aprender de nuevo? Nunca encontraremos la paz ni la podríamos transmitir,
si no iniciamos un camino hacia nuestro interior.
La causa de
todos nuestros conflictos y la falta de paz, reside en el pensamiento negativo.
Si existe alguna posibilidad de que reine la paz, hay que empezar siendo
compasivo y positivo con uno mismo, poniéndonos en la piel de los demás y
dándonos cuenta de que sea la paz, y no el reproche; todo empieza en nuestra
mente. Así que empecemos por nuestra mente, y observemos el proceso de nuestros
pensamientos que tienen lugar en nuestro interior.
En resumen, la paz es fruto de la propia
búsqueda de la autenticidad y de aprender a amar todo lo que nos rodea.
Pudiéndola conseguir a través de comunicarnos con aquel que dejaste hundido y
abatido anta la incertidumbre de la duda.
Meditación: El tiempo me va dando las mejores respuestas a todos mis “por qué”
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