martes, 7 de abril de 2015

La vida con la música.

           Eso es lo que nos dice Friedrich Nietzsche, “Sin música no podríamos vivir” De ahí que abunden un sin fin de frases tratando de darnos la pista de esa envolvente realidad. La música  la podemos considerar como un lenguaje, una ciencia y un arte.
           Es por excelencia el lenguaje del sentimiento, cuando la escuchamos sentimos que en nuestro interior se producen una serie de estados de ánimos tales como alegría, pena, tristeza, devoción, admiración, etc. Y si quisiéramos aproximarnos a una definición, diríamos que es como una emoción placentera que se percibe a través de nuestros sentidos. Existe una gran relación entre la música y la vida de las personas. La música como producto cultural ha ido cambiando a través de los tiempos. Desde los inicios en la antigua Grecia ha ido evolucionando cada vez más y más.
            Determina en la persona un estado de paz, de tranquilidad, de meditación, y esto es lo que radica la importancia que tiene en la formación moral y espiritual del educando. Entre los beneficios que se consigue con la práctica de la música son los siguientes: Desarrolla, educa y estimula noblemente los sentimientos estéticos religiosos, sociales y morales. En definitiva nos enseña a valorar y descubrir emociones.
            La música se reencuentra con nuestro estado de ánimo, se funde con nosotros, para generar melancolía, y al mismo tiempo llenarnos de alegrías o recordarnos esa amistad perdida. La música no solo es una forma de pasar el tiempo sino que despierta profundas emociones, aunque nos parezca imposible, suele tener un gran poder terapéutico y suele aliviar los síntomas de ansiedad, de estrés, de depresión y también para insomnio ha sido demostrado como altamente positivo.
           Creo que en alguno de mis artículos dije que  estudié música; Pues así es, y con toda sencillez relataré que la música cumple diversas funciones; nos hace soñar, nos hace compañía, alivia nuestras preocupaciones y nos permite sentirnos agrupado en un determinado grupo social. Por tanto la música representa en nosotros una influencia que se da y que se ha utilizado tanto para potenciar la agresividad como la tranquilidad, al mismo tiempo contiene mensajes que en muchos casos son utilizados para una forma de vivir, representando en la persona un carácter que nos distingue de los demás para hacernos únicos del mismo modo que se emplea para dormir, relajar, estimular y por qué no decirlo: Para amar.
           El hecho es que hay autores que van desde la tragedia de la filosofía griega hasta nuestros días, considerando la música como un componente de lo más místico. Se ha llegado a decir que después de escuchar a Bach, uno no puede por menos que creer en Dios. Puesto que la música es universal, entendamos entonces, que cualquier ser humano es capaz de percibir y entender toda aquella comunicación emocional que recibe a través de la música, lo mismo que por ejemplo, las expresiones faciales. El que ama la música, se dice que es un ser noble, lleno de luz y de amor, el cual refleja en su rostro una mirada llena de expresión, transmitiendo a través de su mirada ese sentido que le da sus palabras por medio de su mensaje. En general la música ha sido y es un medio de expresión y de motivación que se ha utilizado como instrumento, para manipular y controlar el comportamiento del ser humano.

 Meditación: El arte de la música es lo que más cercano se encuentra entre las lágrimas y los recuerdos.

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