Eso es lo que nos dice Friedrich
Nietzsche, “Sin música no podríamos vivir” De ahí que abunden un sin fin de
frases tratando de darnos la pista de esa envolvente realidad. La música la podemos considerar como un lenguaje, una
ciencia y un arte.
Es
por excelencia el lenguaje del sentimiento, cuando la escuchamos sentimos que
en nuestro interior se producen una serie de estados de ánimos tales como
alegría, pena, tristeza, devoción, admiración, etc. Y si quisiéramos
aproximarnos a una definición, diríamos que es como una emoción placentera que
se percibe a través de nuestros sentidos. Existe una gran relación entre la
música y la vida de las personas. La música como producto cultural ha ido
cambiando a través de los tiempos. Desde los inicios en la antigua Grecia ha
ido evolucionando cada vez más y más.
Determina
en la persona un estado de paz, de tranquilidad, de meditación, y esto es lo
que radica la importancia que tiene en la formación moral y espiritual del
educando. Entre los beneficios que se consigue con la práctica de la música son
los siguientes: Desarrolla, educa y estimula noblemente los sentimientos
estéticos religiosos, sociales y morales. En definitiva nos enseña a valorar y
descubrir emociones.
La
música se reencuentra con nuestro estado de ánimo, se funde con nosotros, para
generar melancolía, y al mismo tiempo llenarnos de alegrías o recordarnos esa
amistad perdida. La música no solo es una forma de pasar el tiempo sino que
despierta profundas emociones, aunque nos parezca imposible, suele tener un
gran poder terapéutico y suele aliviar los síntomas de ansiedad, de estrés, de
depresión y también para insomnio ha sido demostrado como altamente positivo.
Creo
que en alguno de mis artículos dije que estudié música; Pues así es, y con toda
sencillez relataré que la música cumple diversas funciones; nos hace soñar, nos
hace compañía, alivia nuestras preocupaciones y nos permite sentirnos agrupado
en un determinado grupo social. Por tanto la música representa en nosotros una
influencia que se da y que se ha utilizado tanto para potenciar la agresividad
como la tranquilidad, al mismo tiempo contiene mensajes que en muchos casos son
utilizados para una forma de vivir, representando en la persona un carácter que
nos distingue de los demás para hacernos únicos del mismo modo que se emplea
para dormir, relajar, estimular y por qué no decirlo: Para amar.
El
hecho es que hay autores que van desde la tragedia de la filosofía griega hasta
nuestros días, considerando la música como un componente de lo más místico. Se
ha llegado a decir que después de escuchar a Bach, uno no puede por menos que
creer en Dios. Puesto que la música es universal, entendamos entonces, que
cualquier ser humano es capaz de percibir y entender toda aquella comunicación
emocional que recibe a través de la música, lo mismo que por ejemplo, las expresiones
faciales. El que ama la música, se dice que es un ser noble, lleno de luz y de
amor, el cual refleja en su rostro una mirada llena de expresión, transmitiendo
a través de su mirada ese sentido que le da sus palabras por medio de su
mensaje. En general la música ha sido y es un medio de expresión y de
motivación que se ha utilizado como instrumento, para manipular y controlar el
comportamiento del ser humano.
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