Existe un dicho muy antiguo que dice:
“el tiempo lo cura todo” pero pocas veces es cierto. No necesitamos estar de
acuerdo para amar. Sólo el respetar al otro como es y permitirle ser a su
manera, ya estamos ofreciendo lo mejor de nosotros. Hay situaciones que nos
parecen extremadamente sencillas como, mostrarnos como si no pasara nada,
reconocer nuestras diferencias, expresar cómo nos sentimos y sobre todo, estar
siempre a la escucha del otro; todo es indispensable para lograr que las
desavenencias no se conviertan en verdaderos problemas.
Ante
esto podríamos preguntarnos, ¿pueden dos caminar juntos sin antes ponerse de
acuerdo? El “arte” de una pareja radica en la capacidad de que ambos lleguen a
un acuerdo satisfactorio. Muchas veces nos da miedo cuando hay el más mínimo
problema, puesto que la relación con una persona que nos suele importar, se
esté deteriorando. En esos momentos sentimos que nos enfrentamos a un verdadero
problema. O bien mantenemos nuestra posición o bien tenemos que renunciar a
nuestras necesidades para mantener la relación. Por eso, como decía al
principio “que el tiempo lo cura todo” en el caso de estos problemas, pocas
veces es cierto. En definitiva, afrontar lo que ocurre, en vez de ignorarlo, es
la mejor forma de solucionarlo.
No
pretendo afirmar con esto que uno de los dos deberá ser un mártir en la
relación, mientras que el otro siempre es complacido. Más bien, ¿qué pasaría si
ambos decidieran ser altruistas en sus
comportamientos de forma conjunta? Ambos vivirían buscando dar, en lugar de
pedir, y como consecuencia ambos recibirían.
Ante
estos casos me gustaría distinguir lo que es una discusión de pareja. Una
discusión es un momento en el que las dos personas pueden estar emocionalmente
muy crispadas, y en esos casos sí que muchas veces, es mejor dejar pasar un
poco el tiempo, para que las aguas vuelvan a su cauce. Es decir, no se trata
solo de saber que llegar a un acuerdo es indispensable para caminar juntos,
sino que ambos deben conducir sus vidas guiados por unos acuerdos, el cual nos
llevará a una relación firme y estable.
Así
podríamos definir un conflicto; es una relación que se está llevando mal.
Probablemente, lo que nos puede suceder es que, vamos a estar en una situación
de desconfianza mutua, es decir, no hablamos de ello, pero los dos lo sabemos
qué algo está pasando, llegando a la conclusión de “cómo eres tú”, “cómo soy
yo” y a partir de ahí es cuando se puede producir una escalada de auténticos
problemas, por lo que cada vez será más dura la reconciliación, y el vínculo se
irá deteriorando, hasta llegar a la ruptura. En definitiva, afrontar lo que
ocurre, en vez de ignorarlo, es la mejor forma de solucionarlo. ¡Cuántas veces
la educación emocional de muchas personas es una de las asignaturas pendiente y
debido a eso, manejamos muy mal los sentimientos!
Meditación:
Para que una pareja sea feliz, el acuerdo entre los caracteres es más necesario
que el acuerdo entre inteligencias.
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