En
cuantos momentos de nuestra vida hemos dicho: “solo somos amigos”, en realidad
es una frase aclaratoria, para desmentir una relación que suponíamos de pareja,
o bien como resultado final de un proceso de separación de dos personas que sí
lo habían sido. “Nada más que amigos”, la simplicidad de la frase es engañosa
porque parece expresar que la amistad no tiene un carácter vinculado como el de
la pareja o que tiene una menor importancia sentimental.
El
amor es la forma más plena de comunicación y de relación humana. Es fundamental
para todas las personas. Todos necesitamos recibir y dar amor. Pero estas
palabras están tan manipuladas y son tan complejas que a veces son necesarias
aclararlas para entender bien qué es el amor.
Sin embargo la amistad, comienza por la simpatía y
el agrado que se siente al encontrarse personas que tienen cosas en común con
nosotros. Te empieza a interesar las cosas del amigo y tú encuentras con gusto
que a él también le interesan tus cosas. Es muy agradable saber que cuentas con
alguien que te aprecie, te comprenda y que comparte muchos de tus gustos y de
tus ideas. Sin embargo, no se limita con esto la verdadera amistad, pues ésta
tiene ciertas características y exigencias. El amor de amistad se convierte en
amor incondicional cuando buscas el bien de tu amigo. Cuando respetas sus
ideas. Cuando lo aceptas tal y como es, pero le ayudas a crecer y superarse.
En
estos casos ya no es tan fácil sentir la libertad del amigo como un bien. Le
queremos, entonces para que respondas a nuestras necesidades; lo cierto es que
la amistad no es un sentimiento fácil, ni simple.
La
amistad suele ser un sentimiento generoso, y no siempre estamos preparados para
ser buenos amigos, si somos posesivos, rencorosos o dejamos que nuestro corazón
se deje invadir por el odio y el desprecio, es difícil que exista amistad.
Hay
amistades, a las que suelen denominarse con derecho a “roce”, que también
pueden utilizarse como estrategia para no dejar que la tormenta rompa lo que
parece precario en la relación.
La
profundidad de la amistad se nota cuando nos sentimos igual de relajados con
aquella amistad que no vemos desde hace mucho tiempo y parece que las
hubiéramos visto ayer, o cuando en momentos importantes para nosotros, felices o
no, nos hacen sentir su presencia y su apoyo incondicional. Por eso decimos;
nada más que amigos, sí, pero ¡¡nada más y nada menos!!
Lo de etiquetar los cariños y los aprecios es mu complicao....
ResponderEliminarSí, es cierto; pero no me negarás que ante la importancia de los pequeños detalles de aprecio hacia una persona determinada, éstos desembocan a la larga en una afectividad que confiere un valor especial, una estima y unos sentimientos. Esa valoración nos lleva a un trato de delicadeza y respeto, llegando al cariño que se merece. En definitiva; aprender a tomar conciencia de tu entorno y demostrar tu aprecio por los demás, va generando unas muestras de cariño, haciendo que sintonicemos con los demás. Saludos.-
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