miércoles, 21 de septiembre de 2016

¿El amor tambien se derrumba?

            Si, por desgracia es así. Entonces, ¿ya que nos queda? Es que quizás le pedimos demasiado. Muchas veces consideramos que el amor es la más importante relación de afecto, y es posible que sin darnos cuenta lo sobre cargamos demasiado durante la vida, pidiéndole con exceso y volcando demasiadas ilusiones y expectativas que a veces no llegan a lograrse. El amor se nos presenta en la vida en distintas etapas y en distintas facetas muy diferente, según nuestro tiempo vivido.
          Muchos dicen que el amor son los sentimientos del alma, pero en definitiva no son más que modulaciones del deseo, de unas facetas que durante toda una vida se nos manifiesta de distintos estilos. El amor tiene sus formas, no es el mismo en la adolescencia, que en la madurez; en cualquier tiempo debemos saber comprenderlo. Solo a través de un estudio de tus propias posibilidades, el amor empezará a tomar nuevas estructuras según el tiempo en que vivas. Él siempre nos dará con perfecta sincronía, la forma para entenderlo y saber sobre llevarlo a través del tiempo, procurando que siempre desaparezcan los conflictos.
            El amor puede convertir nuestra vida en una auténtica celebración, pero solo el amor; o sea, ni el deseo, ni la posesión ni la dependencia. Cuantas veces pretendemos que llene demasiados huecos, muchos de los cuales, ni siquiera nos pertenecen. El amor tiene su “momento” No creamos que es sencillo caminar juntos durante toda una vida, por eso “dejémosle respirar” y consigamos el equilibrio necesario, que nos permita a través de la intimidad y la complicidad, poder compartir la proyección necesaria para que no se nos derrumbe.
            El amor tiene dos caras, una es el hambre y la otra la saciedad. No deberíamos interpretar estas cuestiones de forma erróneas. El sexo y el amor son conceptos diferentes, pueden ser complementarios y, también, participar en la vida de las personas de manera independiente. Los encuentros fortuitos son más excitantes que el sexo estable, por eso ambas experiencias tienen su encanto. Pero siempre consideremos que éste se sostiene sobre “pilares” muy sensible y tremendamente expuesto al derrumbe. El sexo sin amor puede ser una buena opción, siempre y cuando seas libre, responsable, placentero y seguro.
            Aparte de todo lo dicho anteriormente, debemos tener presente: que el amor es un fenómeno espiritual; el deseo, un fenómeno físico. El amor, en su forma más pura, consiste en compartir una alegría interna. Nunca pide nada a cambio, ni espera nada. Entonces: ¿Por qué pensamos que se pueda derrumbar? ¿Por qué sentirnos heridos?
            Nunca olvidemos que a través del tiempo, cada miembro de una pareja ha de crecer, y alcanzar de esa manera su propia plenitud, para de esa forma lograr un equilibrio y una armonía, para conseguir que juntos consigan que no se derrumbe.

 Meditación: Cuando sientas que tus fuerzas se agotan… piensas en todo lo maravilloso que una vez te sucedió.

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