Ésta es hoy una situación muy habitual
en cualquier tipo de pareja. Aprender a afrontarla con coherencia no es nada
fácil. Eso de escuchar que te digan, “ya no te acepto” comprendo que es
bastante doloroso. Y si por añadido tendríamos que sumarle otros tipos de
complejidades como traiciones o violencias de cualquier tipo, las cicatrices
emocionales de esa ruptura pueden llegar a “herirnos” durante mucho tiempo.
En
estos casos lo más sensato es situarnos en el presente, viéndolo como una nueva
etapa en nuestra vida. Supuestamente tendremos días duros, pero pasarán siempre
que nos lo propongamos. Pensemos en el futuro con confianza, evitando no darle
más vueltas al “asunto” con el fin de no acrecentar esa situación. Puesto que
cuando ya no se puede hacer más, y esto no depende de la duración de la
relación, sino de la calidad de la misma, es hora de aceptar esa triste
decisión.
Llegar
a la determinación de decir; “ya no te quiero” es consecuencia de problemas
anteriores que nos han llevado a ese desamor. Todo consiste en “cambiar el
rumbo”, aunque lo peor es decidir el momento oportuno. Si bien, luego, es
necesario un tiempo de adaptación, en el cual siempre nos aparecerán las dudas.
Hemos de tener en cuenta que los problemas de pareja siempre son “cosas” de
dos, de modo que entre ambos deberían saber que algo no iba bien, aunque traten
de disimularlo.
En
estos casos, desgraciadamente tan frecuentes, es muy importante llegar a la
reflexión personal, antes de tomar una decisión fija, y no dejarse llevar por
opiniones de “terceros” puesto que
éstos pueden tratar de confundirnos. Reconozco que son casos muy complicados para
aconsejar y lo más acertado es confiar siempre en lo que te dicte tu
conciencia, Aunque si pensamos que es mejor tener contacto con nuestra pareja
anterior; adelante. Si por el contrario,
creemos que ya la situación es inútil seguirla, lo más conveniente es
neutralizarnos y aceptar lo que nos hemos propuesto.
Comprendo
que son comportamientos naturalmente de una influencia de aspectos muy
negativos para ambos, pero hemos de considerar que para su desarrollo como
persona, suelen estar enfocado en niveles muy bajos de energía y cuando uno se
sitúa en esa situación debemos enfocarlo hacia una dirección positiva, no sin
dejar de reconocer que la situación es extremadamente complicada.
Aunque
realmente son fases de la vida que normalmente se aceptan, siempre se tiene una
sensación de sentimiento, melancolía y nostalgia, cargado a su vez de un
profundo sentimiento de culpa, que nunca desaparece. Pero sí es cierto que
cuando esto nos sucede, nos viene enseguida a la memoria ¿y ahora qué hago?
Cuando la determinación ha concurrido sin “vuelta atrás”, solo nos queda que
confiar en nuestra capacidad de autoconfianza, sentirnos seguros y suficientes
para plantearnos unos nuevos objetivos para comenzar de nuevo.
Tener
propósitos es muy importante para cualquier ser humano, puesto que nos encamina
a una dirección y un sentido. Y si sumamos el hecho de fijarnos una meta
deseada y alcanzable, podemos tener la seguridad de conseguir unos resultados
que a la larga serán de carácter positivo.
No hay comentarios:
Publicar un comentario