Cuando se tiene conciencia de lo que se
siente, lo que estamos haciendo es evitar las angustias. Lo mismo pasa con los
sentimientos, cada emoción tiene un tratamiento propio, pero ¿cómo saber qué
hacer si no sabemos qué nos ocurre?
Por
eso cuando hablamos de sentimientos hacemos referencia a las diferentes formas
en las que el cuerpo o la mente se expresa ante determinadas situaciones. Así
algunos de estos sentimientos más comunes son la alegría, la tristeza, la ira,
la paciencia, la tranquilidad, la ansiedad, etc. Todos ellos se demuestran a
través de diferentes rasgos físicos. Del mismo modo que también se representan
a nivel psicológico cambiando el estado de ánimo de la persona.
Siempre
estamos interpretando durante todo el tiempo la realidad de nuestras vivencias.
El lenguaje nos facilita la codificación de nuestras experiencias en forma de
un código común para que todos nos entiendan. Nuestros sentimientos suelen ir
acompañados de importantes cambios corporales Es muy importante que nos demos
cuenta de ello. Pero tengamos presente que el lenguaje en realidad no es solo
para activar nuestros sentimientos. El lenguaje es un sistema de símbolo que
nos permite codificar la realidad. Nunca debemos olvidar que las cosas que
pensamos sobre lo que nos ocurren y los cambio que se producen en nuestro
cuerpo, determinan nuestros sentimientos.
Se
sobreentiende que la importancia de los sentimientos reside en el hecho de que
existen diversas formas a través de las cuales las personas demuestran cómo
diferentes situaciones o vicisitudes que afectan a nuestra personalidad y a
nuestro carácter, se muestran por medio de nuestros sentimientos.
A
través de nuestro diálogo interior, también es una forma de activar nuestros
sentimientos, por ejemplo: hablarnos a nosotros mismos es quizás lo que más
hacemos cotidianamente, y seguro que es con nosotros mismos con quién más
contraponemos nuestros sentimientos. Ese diálogo interior que conforma nuestros
pensamientos pueden ser tan motivador como desalentador, y de él depende las
emociones que encadenamos a lo lardo del día.
Así, los sentimientos
son los fenómenos que nos constituyen desde lo más simple a lo más complejo
como individuos únicos, capaces de sentir muy diversas cosas y completamente
diferentes entre sí. Los sentimientos humanos nos colocan, además, mucho más
cerca a nuestro yo más íntimo, ya que el momento de mayor sentimentalidad es aquel
en el cual los estímulos surgen y se hacen claramente visibles.
No
podremos evitar que algunas veces sucedan que esos sentimientos nos
entristezcan, puesto que son parte de nuestra vida. Lo que sí podemos es disfrutar de los
momentos buenos y superar los malos cuando éstos vengan. ¡No debemos
resignarnos a la tristeza, luchemos contra ella!
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