miércoles, 2 de julio de 2014

¿Sabemos recapacitar?

           Un fracaso, una traición o por el contrario, una felicidad plena; algunos acontecimientos se nos quedan marcados en la memoria hasta el punto de convertirse en infranqueables. Sin embargo, necesitamos seguir nuestro camino si no queremos quedarnos estancados en una situación estéril.
            Nadie está exento de cometer errores, ya que todo no lo sabemos, pero una cosa si es importante, es que de ellos debemos aprender para que no se vuelva a repetir. Cada vez que fallamos debemos de recapacitar y preguntarnos ¿Por qué? Esta pregunta nos ayudará a identificar por qué sucedió y nos reconfortará, evitando que suceda nuevamente, lo cual si no se hace va en perjuicio nuestro.
             Somos seres enraizados en la memoria y las emociones; los acontecimientos nos tocan, nos marcan y nos transforman para siempre. Sean con o sin nuestro consentimiento. A lo largo de nuestra vida, también suceden que algunos episodios vitales provocan una especie de “parón visual” que nos imposibilita seguir adelante y ejercen un límite infranqueable en nuestro interior.
            Todo esto afecta a nuestra vida, hasta el punto, de perder oportunidades que no se presentarán jamás y se perderán por actuar de forma precipitada y sin recapacitar.
            Si un acontecimiento se opone a nuestros esquemas nos descoloca, nos incomoda e incluso, se manifiesta en nuestro interior, como algo doloroso e insoportable. Lo que sucede entonces es que no podemos ni superarlo, ni aceptarlo, ni renunciar a ello. Y debo reconocer que no estoy hablando de grandes traumas.
            Dicha incapacidad de dejar el pasado en su sitio se debe a nuestra impronta cultural, que cree obstinadamente que hay que borrar las huellas a través del perpetuo silencio. Sin embargo, esta situación se nos convierte en un “fantasma” que nos persigue, aunque pensamos que no. De esta forma recapacitar, es aceptar esa página escrita  leída y releía una y otra vez, tratando de darle un sentido nuevo que nos permita invertir en el presente.
           Cuantas veces se nos presentan conflictos que, dificultan e incluso pueden llegar a romper unas relaciones que ya han sido establecida en nuestra vida, pero generalmente estas discrepancias  están ligadas a situaciones en las que consideramos que tenemos “razón” acerca de una cuestión determinada, y además pensamos que la otra parte no sólo está equivocada, sino que además debería aceptar que estamos en los cierto y reconocer su error.          
           Por eso debemos de buscar el conocimiento de nuestro ser, llenándolo de sabiduría e inteligencia, la cual nos capacitará para tener una vida de triunfos sin fracasos, actuando conforme a los propósito realmente verdaderos y no a aquellos que en un tiempo fueron equivocados, ya que quizás sean los responsables de que fallemos una y otra vez.

 Meditación: No digas nada cuando estés demasiado eufórico, ni cuando estés demasiado enfadado, posiblemente te equivoques.

No hay comentarios:

Publicar un comentario