lunes, 14 de julio de 2014

Siempre queremos mejorar.

            Tendríamos que empezar diciendo que, nadie cambia si no lo quieres así. El origen de dicho concepto está en el miedo. El miedo al temor del futuro, nos hace acumular presiones para evitar la angustia de pensar que el “mañana” no será tal como lo deseamos. “Lo que tengo ahora tampoco lo disfruto”. De esta forma actuamos guardando lo que tenemos aunque nunca lo vayas a usar.
            Cada vez que iniciamos el deseo de modificar algo de nosotros o de nuestra vida nunca acaba de convencernos. Muchos se rechazan a sí mismo porque encuentran algo de ellos que no les gusta y deciden en ese justo  momento cambiarlo. Es posible que   no se sientan satisfechos consigo mismo. Lo que realmente debemos es estar seguros, es que pase  lo que pase en el transcurso de un tiempo, si estamos concentrados en mejorar, en cumplir un objetivo que nos hayamos autoimpuesto, tendremos mucho más posibilidades de triunfar, puesto que nuestro ánimo se encuentra en una actitud positiva.
            También es justo considerar la actitud de nuestra autoestima, la cual esté condicionada al éxito, puesto que ella será uno de los requisitos indispensables para conseguir esos estados de mejoras que todos anhelamos. Es natural que queramos mejorar y superar esas dificultades que tanto nos acosan, pero para ello es necesario sentirse bien con nosotros mismos.
            Todos los objetivos que nos propongamos dependerán de nuestro propio interés. Si ponemos el foco fuera de nosotros, perderemos el tiempo, además de esa energía positiva, que es necesaria para conseguir la mejora. Pensemos siempre que solo podremos controlar lo que está en nuestras manos; el resto, por mucho que lo intentemos, permanecerá en un círculo de influencias en el cual no nos movemos. Si te centras en lo que hacen los demás, sufriremos una tremenda frustración al no poder conseguir lo que los demás consiguen, y además perderemos la oportunidad de mejorar en lo que sí tratamos de pretender. Unos de los sentimientos que nos condicionan es la preocupación a conseguir esa mejora, Por tanto no debemos confundir la preocupación, con hacer planes para el futuro; sólo es de verdadera preocupación cuando de alguna manera nos encontramos inmovilizados por algo que de antemano sebemos que nos pueda pasar en el futuro.
             Esta preocupación la llevamos en nuestra cultura. Casi todos los seres humanos pierden un tiempo enorme en preocuparse en lo propuesto, quizás no nos sirva para nada, ya que ni un solo minuto de preocupación puede mejorar el futuro que nos proponemos. Este es un aspecto que deberíamos tener en cuanta, ya que nos hace desperdiciar muchos momentos presentes en comportamientos que no le brindamos retribuciones positivas. La preocupación sólo nos sirve para agregar un estrés innecesario a nuestra vida, evitando conseguir aquellas mejoras que nos proponemos.
             Recordemos siempre que lo perfecto es objetivo de “imposible”, y que nuestra meta está en la mejora sencilla y paulatina, no en la mejora total y definitiva. Aceptemos que no somos perfectos, y empezaremos a mejorar más cada pequeño avance,  cada éxito y sobre todo en cada aprendizaje.

 Meditación: Tal vez no podamos cambiar el pasado, pero siempre podremos hacer algo para mejorar el futuro.
 

2 comentarios:

  1. Interesante cuestion, la verdad con muchos matices. Creo que debemos tener un equilibrio entre el hecho de reconocernos como personas imperfectas y la necesidad de querernos a nosotros mismos. Desde ahi, los cambios pueden llegar, si y solo si, nos autoconvencemos de su necesidad pues, si nos vienen desde fuera, es dudosa su eficacia. Un abrazo.

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  2. Gracias por tu comentario.- Saludos cordiales.-

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