jueves, 17 de julio de 2014

Complicidad con la pareja.

           Siempre hemos dicho que crear un espacio compartido de expresión abierta, de transparencia y complicidad nos ayudará a mejorar nuestras relaciones. Lo inverso es el enfrentamiento ya que suelen ser las actitudes que a veces adoptamos al hacer frente a aquello que se vive como amenaza, en lugar de asumirlo como una experiencia natural en cualquier relación, o incluso como una oportunidad para crecer juntos.
           Para que esta complicidad sea uno de los elementos para una relación de pareja exitosa, es necesario conocer lo que el otro siente o piensa en todo momento. La evasión o el sufrimiento suelen ser las actitudes que normalmente se adoptan para hacer frente a aquello que se vive como amenaza en lugar de asumirlo como una experiencia natural, e incluso como una oportunidad para crecer juntos.
           Cuando la pareja está empezando, las ganas de conocerse están en su mejor momento, y es agradable el poder ir descubriendo cómo es la otra persona, con su forma de ser, de pensar, sus gustos, disgustos e inquietudes, tratando de llegar a una complicidad. Este interés desgraciadamente con el tiempo desaparece, evitando que la relación se fortalezca. Así tal tipo de comportamientos repercute directamente en la forma de estar y de comunicar, conduciendo por fuerza al distanciamiento y al desamor.
             Esta complicidad no significa que ambos deban pensar igual o que deban coincidir en todo. Lo importante está en conocerse. Siempre se puede y se debe  mejorar la complicidad. El trabajo y la buena actitud es indispensable, por lo que hoy debemos compartir como “pequeñas situaciones” para mejorarlas y mantenerlas.
            Aunque parezca mentira los roles impuesto y las experiencias vividas en nuestra juventud pueden condicionar la vida personal con nuestra pareja.
            Pensemos siempre que la pareja ideal es subjetiva. Lo que es ideal para uno, quizás no sea tanto para el otro. La complicidad única entre los dos, es como un lenguaje común único que nadie entiende nada más que ellos, y al estar rodeados de gente, es posible que no nos entiendan. Esta complicidad significa amor verdadero. Si tu pareja realmente te quieres perderás todo el tiempo del mundo en conocerla. Quizás no te gusten algunas cosas, pero las comprenderás, las asumirás, las respetarás y al final serás su cómplice.
            Sí, el sexo; ¿por qué no hablar de ello? Aunque parezca mentira es lo mejor, lo único. Haciéndolo todo y sin hacer nada, todo resulta sencillo y sofisticado, Sencillamente es la fusión, es sentir el placer del otro, imaginarlo, provocarlo y sentirlo. Es realmente una comunicación real, es el lenguaje de los cuerpos sincronizados. Es empezar como el primer día, pero al mismo tiempo es conocer y provocar una y mil veces si fuera necesario. Es como querer saber y querer empezar de nuevo. Es oler, tocar, besar… en definitiva interpretar esa melodía, que siempre fue única, y aunque pase tiempo, nunca será igual. Será más melodiosa y sonará. Sí, pero diferente, aunque haya pasado mucho tiempo, con toda seguridad será más sincera.

 Meditación: La pareja no se apoya sobre la permanencia del amor y la sexualidad, sino sobre la permanencia de la ternura.

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