Realmente, los desacuerdos, y las pocas ganas de trabajar pueden disminuir la productividad de un equipo de trabajo, por eso es de suma importancia prestar atención a la manera de comunicarnos con los demás e intentar una confianza mutua con nuestros compañeros, basado siempre en el respeto, y en una actitud positiva frente a los problemas diarios.
Hace bastante tiempo que las nuevas tecnologías y nuestras necesidades de estar siempre al día nos hacen vivir del todo acelerado. Con tantas prisas, se reduce el tiempo que deberíamos dedicar a las emociones y a los sentimientos, que pueden acabar con nuestra forma de vivir.
Las gentes son cada vez más maleducadas. Me refiero a las personas a las que escribimos y no contestan. Tengo la sensación de que la era de las comunicaciones sólo es un pretexto para que las gentes sean más egoísta y las relaciones se vuelvan superficiales, inútiles e incluso artificiales.
Creo que muchos no se dan cuenta de su parquedad, ni de su falta de delicadeza, ni de su desconsideración con los intereses de los demás.
Estoy cansado de leer sobre la corrupción y los trapicheos de nuestros políticos, que en vez de pensar en el bien común se centran en sus propios intereses.
El mundo no cambiará sólo porque algunas empresas empiecen a contratar gentes extremadamente especializadas en altos cargos. En mi opinión, el mundo cambiará cuando los dirigentes, los obreros, las secretarias y los empresarios de cada nivel, independientemente de su género, se pongan de acuerdo y trabajen por el bien de nuestra sociedad. El día que entendamos que hiriendo al vecino también nos causamos daño a nosotros mismos, podremos iniciar una verdadera revolución a todos los niveles, que cambiarán las cosas desde la base, mostrando verdaderas soluciones.
Meditación: La vida es un negocio en el que no se obtiene una ganancia que no se vaya acompañada de una pérdida.
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