lunes, 22 de octubre de 2012

El sentido de nuestra vida.

            ¡A veces qué difícil es encontrarle sentido a la vida! No es de extrañar que muchas personas no se planteen el sentido de nuestra vida. Vivimos en una sociedad individualista y nos centramos más en lo que hacemos que en lo que somos. A menudo confundimos lo que somos con lo que hacemos y lo que tenemos. La sociedad occidental nos ha enseñado que el equilibrio se encuentra en el crecimiento económico, y eso nos hace creer que las compras nos hará felices, pero no tiene mucho sentido, porque no necesitamos muchas cosas para serlo, ya que es un estado mental que está dentro de nosotros y no depende de algo externo. Hacer creer a la gente que tiene que consumir para ser feliz les aleja de sí mismo y les confunden entre “ser”, “hacer” y “tener”.
            Muchas veces nos preguntamos: ¿en qué sentido consideraríamos que nuestra vida ha fracasado? ¿Qué cosa haríamos para que nuestra vida no pierda sentido? Esto ayudaríamos a centrarnos porque, al final lo que admiramos de esas determinadas personas es lo que hacen a lo largo de sus vidas.
            Debemos parar y, en ese silencio, permitirnos buscarnos. Simplemente, sentir, en vez de estar respondiendo constantemente al exterior.
            Las personas que se sustentan en determinadas metas son personas muy vulnerables, y pueden caer en una crisis depresiva al quedarse sin nada. Al unir éxito con valía personal, si lo dejan de tener, piensan que sus vidas no tienen sentido. Por eso muchas personas al perder el trabajo, o al jubilarse, dicen que su vida no tiene sentido, porque piensan que lo que hagan ya no va a tener trascendencia sobre los demás.
            El sentido de la vida de alguien no puede ser la pareja o los ojos. “Ellos podrán ser una parte importante, pero no la razón única, porque en el momento que eso falte, ¿cómo te quedas?, ¿sin sentido?
            Lo que da sentido a la vida es que tengas una vida plena y que te sientas feliz, y a partir de ahí, el resto enriquezca: ayudar a los demás, lograr que tu familia esté bien o ser persona justa y honesta en tu trabajo. No podemos depender de nada ni de nadie. Nada ni nadie nos puede salvar, cada uno tiene que ir, poco a poco, haciendo su verdadero camino.

Meditación: La vida es aquello que te va sucediendo mientras te empeñas en hacer otros planes.

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